domingo, 28 de octubre de 2012

¿Quién ganará: Obama o Romney?

No quiero hacerme el interesante: la respuesta es Obama. Las encuestas se muestran enormemente disputadas y además se advierte una seria dicotomía entre ellas: la media de las encuestas nacionales muestra una ligerísima ventaja para Romney (en el momento en que escribo esto):
 
- Pollster.com: Romney 47,4 %- Obama 47,2%.
- Realclearpolitics: Romney 47,7%- Obama 46,8%.
- Talking Points Memo: Romney 48,3% - Obama 47,3%.
 
En cambio, las encuestas estatales reflejan una pequeña pero sólida ventaja para Obama en cuanto a votos en el Colegio Electoral (lo que a fin de cuentas es lo esencial, dado que el ganador de las elecciones no es el que obtenga mayor número de votos, sino el que obtenga 270 de los 538 votos electorales):

- Pollster.com: Obama 303, Romney 235.
- Realclearpolitics: Obama 290, Romney 248.
- Talking Points Memo: Obama 332, Romney 206.

Las páginas web que predicen los resultados también dan favorito a Obama, tanto en el Colegio Electoral como en el número de votos:
 
- Fivethirtyeight: Obama 50,4%- Romney 48,6%, 303 a 235 en el Colegio Electoral.
- Votamatic: Obama 332, Romney 206.
- Princeton Election Consortium: Obama 300, Romney 238.

Como ya comentamos en un artículo anterior, los Estados clave de estas elecciones son nueve: Nevada, Colorado, Iowa, Wisconsin, Ohio, Florida, Carolina del Norte, Virginia y New Hampshire. Los demás Estados, salvo hecatombe total, votarán por Obama o por Romney. El punto de partida son 237 votos electorales para Obama, 191 para Romney:

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A día de hoy, podemos afirmar con razonable certeza que:

- Romney ganará en Carolina del Norte (en las últimas 10 encuestas efectuadas en el Estado, ganaba en 7, empataba en 1 y sólo perdía en 2).

- Obama ganará en:

a) Nevada, en la que Obama tiene clara ventaja (lidera en todas y cada una de las últimas diez encuestas)
b) Wisconsin, en la que Obama lidera en 9 de las 10 últimas encuestas (y en la décima empata, y es una encuesta de Rasmussen, con un claro sesgo pro-republicano)

Esto nos sitúa en un mapa en el que Obama tiene 253 votos electorales a favor, y Romney 206:

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Si afinamos algo más, vemos que:

- Es muy posible que Romney gane en Florida, donde tiene ventaja en 5 de las 10 últimas encuestas, 2 muestran un empate y sólo 3 muestran a Obama por delante.

- En cuanto a Obama, es muy posible que gane en:

a) Iowa, donde tiene ventaja en 7 de las últimas 10 encuestas, mientras que Romney sólo gana en 1 (las otras dos son empates).
b) Ohio, donde tiene ventaja en 8 de las últimas 10 encuestas (y para colmo, las otras dos son empates).
c) New Hampshire, donde tiene ventaja en 6 de las últimas 10 encuestas (Romney lidera en 3, y hay un empate).

Esto nos conduce a un mapa en el que Obama gana las elecciones con 281 votos electorales (recordemos que con 270 se gana), frente a 235 de Romney:

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Y aún quedan dos Estados prácticamente divididos por la mitad: Virginia (4 encuestas favorables a Romney, 4 a Obama, y 2 empates entre las 10 últimas) y Colorado (7 encuestas favorables a Obama, 2 a Romney, 1 empate). La opinión general es que Colorado irá hacia Obama y Virginia a Romney, con lo que nos encontramos con el siguiente mapa final: Obama 290, Romney 248.

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A día de hoy, la única ruta viable para la victoria de Romney es: ganar Colorado y Virginia, y confiar en que haya algún tipo de voto oculto en su favor en Ohio y que las encuestas estén equivocadas. Con ese mapa, Romney ganaría las elecciones por 275 votos a 263. Pero insisto, es un escenario en el que se necesita un error sistémico de las encuestas de Ohio.

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Sin Ohio, por lo demás, no veo una ruta plausible para la victoria de Romney: necesitaría ganar Colorado, Virginia, New Hampshire, Iowa (en estos dos últimos la mayoría de las encuestas son favorables a Obama) y Nevada o Wisconsin (recordemos que en estos dos últimos Estados Romney no lidera en el 95% de las encuestas; en Wisconsin, por ejemplo, Romney no lidera en una encuesta desde Agosto).

Al igual que en las elecciones de 2004, Ohio va a ser la clave de todo. Y al igual que en 2004, el presidente vigente tiene ventaja. Por eso Obama es el favorito, y por eso (casi con seguridad) va a ganar.
 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Scalia v. Breyer: ¿cómo interpretar la Constitución?

Una de los poderes presidenciales más llamativos desde el punto de vista europeo es el de nombramiento de los jueces de los tribunales federales en sus tres niveles: Jueces de Distrito, Jueces de los Tribunales de Apelación y, por supuesto, Jueces del Tribunal Supremo.

Uno de los fiascos más notables de la presidencia Obama ha sido su incomprensible lentitud a la hora de efectuar nombramientos en este terreno: a día de hoy, por ejemplo, hay 76 vacantes (62 jueces de distrito y 14 jueces de Tribunales de Apelación) y Obama sólo ha propuesto 33 candidatos para cubrirlas (26 y 7, respectivamente). El comportamiento de la minoría republicana tampoco ha sido encomiable ni mucho menos, retrasando en la medida de lo posible todos los nombramientos y directamente torpedeando algunos, amparándose en una norma arcana que exige dos votaciones: una (el "cloture vote") para decidir si puede votarse (que requiere de una mayoría de 3/5 del Senado) y otra para votar (que sólo requiere 50 votos más el del Presidente del Senado). Como desde 2011 los demócratas tienen sólo (¡sólo!) 53 senadores sobre 100, la minoría republicana ha saboteado constantemente las nominaciones del Presidente en numerosos "cloture votes", alegando que muchos candidatos eran "demasiado liberales".

Por supuesto, los Jueces más importantes son los nueve del Tribunal Supremo, entre otras cosas, porque suelen ser los legados más duraderos en el tiempo de todos los Presidentes. Por ejemplo:

- Ronald Reagan, aunque abandonó la Presidencia en enero de 1989, tiene todavía dos Jueces nombrados por él en el Tribunal: Antonin Scalia (desde 1986) y Anthony Kennedy (desde 1988).
- George Bush padre, aunque lleva casi 20 años alejado de la Casa Blanca, tiene todavía un Juez nombrado por él en el Tribunal: Clarence Thomas (desde 1991).
- Otro tanto cabe decir de Bill Clinton, que nombró dos Jueces que continúan a día de hoy en el Supremo: Ruth Bader Ginsburg (desde 1993) y Stephen Breyer (desde 1994).
- George Bush padre nombró a otros dos Jueces, John Roberts, Presidente del Tribunal (desde 2005) y Samuel Alito (desde 2006).
- E incluso si Obama es derrotado este noviembre, su legado en el Supremo ya es relevante, pues también ha nombrado dos jueces: Sonia Sotomayor (en 2009) y Elena Kagan (en 2010).

En estos momentos la mayoría en el Tribunal Supremo es de 5 conservadores frente a 4 liberales (con muchos matices: los jueces Alito, Scalia y Thomas son conservadores a ultranza, mientras que Roberts y sobre todo Kennedy en ocasiones se han desviado de la ortodoxia conservadora. Por su parte, Ginsburg y Sotomayor son liberales, mientras que Breyer y Kagan son más bien centristas o liberales muy moderados).

En muchos temas "sociales" (en oposición a "económicos") Kennedy se ha alineado con los cuatro liberales: derecho (limitado) al aborto, limitaciones a la imposición de la pena de muerte, protección a las minorías raciales o sexuales, etc, lo que hace de su voto el más decisivo en aquellos casos que se deciden por 5 votos frente a 4 (aunque curiosamente, el caso estrella de 2012, el recurso contra el Obamacare, fue rechazado por una mayoría compuesta por los cuatro liberales y John Roberts).

Ahora bien, por edad, los jueces más viejos son Ginsburg (79 años), Scalia (76), Kennedy (76) y Breyer (74), lo que abre dos escenarios muy distintos en caso de la elección de Romney o la reelección de Obama:

1) Si Obama es reelegido, es casi seguro que Ginsburg se retirará dentro de los cuatro próximos años, y no es descartable que Breyer lo haga también. En cambio, ni Scalia ni Kennedy, salvo que su salud les obligue a ello, se retirarían bajo un presidente demócrata.

2) A la inversa: si Romney fuera elegido, Ginsburg y Breyer intentarían evitar, en la medida de lo posible, retirarse bajo su mandato, pero especialmente la primera, dada su avanzada edad, lo tendría difícil para mantenerse en el Tribunal durante cuatro (no digamos ya ocho) años. En cambio, tanto Scalia como Kennedy estarían muy tentados de retirarse durante una presidencia republicana. Y en particular la sustitución de Kennedy por un magistrado más conservador culminaría la larga batalla del Partido Republicano iniciada hace más de cuarenta años para conseguir una mayoría totalmente conservadora en el Tribunal Supremo y dinamitar toda la jurisprudencia liberal de los años cincuenta, sesenta y setenta. En particular, el Santo Grial del ala más socialmente conservadora del Partido Republicano es la derogación de la Sentencia Roe v. Wade, de 1973, que declaró la existencia de un derecho constitucional a la privacidad que abarcaba (con límites) la posibilidad de que una mujer pudiera abortar.

Así pues, resulta evidente que la reelección de Obama o la elección de Romney serán totalmente decisivas a la hora de ver la dirección que toma la jurisprudencia federal norteamericana en los próximos años.

Acabo con un vídeo muy interesante de hace unos dos o tres años en el que dos Jueces de cada una de las alas del Tribunal Supremo, Scalia y Breyer, debaten durante algo más de una hora acerca de las formas de interpretar la Constitución norteamericana. Resumiendo mucho: Scalia es un "originalista", es decir, un defensor de la tesis de que la Constitución debe ser interpretada en función del significado del texto de la misma en el momento en que fue redactado. Breyer es un partidario de lo que se llama la "living Constitution", es decir un defensor de la tesis de que la Constitución debe ser interpretada en función del "propósito" del texto y del significado del mismo, a día de hoy.

Pongo un ejemplo muy sencillo: la Octava Enmienda, de 1787, señala que "no se infligirán castigos crueles e inusuales" ("cruel and unusual punishments"). El principal problema es que nuestra noción de lo que es un castigo "cruel e inusual" no es la misma hoy que en 1787 (o en 1887, o incluso en 1987). La condena a prisión por deber dinero o los latigazos como forma de castigo, eran condenas que no se consideraban "crueles e inusuales" hace 200 años (la silla eléctrica es un buen ejemplo mucho más reciente). Los jueces liberales del Tribunal Supremo han desarrollado la teoría de los denominados "evolving standards of decency" (es decir, la evolución de los estándares morales de la sociedad) para justificar la declaración de inconstitucionalidad de diversos castigos (la pena de muerte para violadores, retrasados mentales o menores de edad) en base a la tesis de que a día de hoy ello constituye un castigo "cruel e inusual", mientras que los conservadores insisten en que debe efectuarse una interpretación acorde al significado de las palabras en el momento en que fueron redactadas.

En fin, que lo disfrutéis y no dudéis en dejar vuestra opinión en los comentarios.

sábado, 20 de octubre de 2012

La pelea por la Cámara de Representantes

Además de las elecciones presidenciales y de las elecciones a un tercio del Senado, a nivel federal se renueva cada dos años la Cámara de Representantes, compuesta de 435 miembros. Tras las elecciones de 2006 y 2008, los demócratas llegaron a tener una contundente mayoría de 257 a 178 sobre los republicanos, pero ese resultado se invirtió fulminantemente en las elecciones de medio mandato de Obama, en 2010, en las que los republicanos consiguieron ganar nada menos que 63 escaños, amparándose, entre otras cosas, en el hecho de que había un número muy elevado de congresistas demócratas en distritos rurales marcadamente conservadores, como se puede ver en el mapa que se adjunta (los distritos perdidos por los demócratas están marcados en rojo claro).

2010 House elections.svg

A raíz del resultado de las elecciones de 2010, los republicanos pasaron a dominar el Congreso por 242 a 193. Por si esa fuerte mayoría no fuera suficiente, los demócratas sufrieron aplastantes pérdidas en las elecciones a Congresos y Senados estatales, justo en el peor momento posible, porque cada diez años toca resideñar las fronteras de los distritos del Congreso, tarea que llevan a cabo las cámaras estatales, que en la mayoría de los casos están ahora en manos republicanas.

Los republicanos, de manera sensata, rediseñaron los distritos protegiendo a sus nuevos congresistas más que intentando ampliar su ya vasta mayoría. Pero en algunas ocasiones han creado un nuevo mapa específicamente diseñado para derrotar a los demócratas. Un ejemplo ya clásico es Utah, donde por segunda vez, los republicanos han dibujado el nuevo mapa de los distritos al Congreso para derrotar al único congresista demócrata del Estado, Jim Matheson. Ya lo intentaron en el año 2002, cuando Utah sólo disponía de tres escaños al Congreso, y lo están volviendo a intentar ahora, cuando dispone de cuatro. La táctica es siempre la misma: trocear la capital del Estado, Salt Lake City, que es el único lugar de Utah donde los demócratas son competitivos, en tres pedazos, y añadirle a cada uno una enorme faja de territorio rural mormón extremadamente conservador. El mapa de 2002 tenía este aspecto (Matheson se presentaba en el segundo distrito, marcado en verde):

UT02 109.gif

Y el de 2012 tiene el aspecto que se puede ver en este enlace que adjunto. Matheson se presenta en el nuevo cuarto distrito, que es el más pequeño de todos. Al igual que en 2002, tiene un montón de electores nuevos, rurales y republicanos, que no le conocen, pero además en esta ocasión se enfrenta a una candidata republicana interesante (negra y mormona) y por si ello fuera poco, su campaña de reelección coincide con la primera candidatura a la Presidencia de un mormón en la historia, lo que hace que la ya habitual mayoría republicana en Utah se vaya a incrementar de manera muy significativa. Matheson se enfrenta a un reto verdaderamente duro: es ya el congresista que representa al distrito más republicano de entre los que han votado por un congresista demócrata. E incluso si gana, su distrito será significativamente más republicano que el que representaba dos años atrás.

Volviendo a nuestro tema: el rediseño de los distritos por parte de los republicanos, unido al hecho de que Obama, si es que gana, lo hará por un margen muy pequeño, entre el 50 y el 51% de los votos, hace que las posibilidades de los demócratas de recuperar la mayoría en la Cámara de Representantes sean muy escasas. La impresión generalizada es que los demócratas pueden aspirar, como mucho, a ganar unos 10 escaños.

Así pues, el escenario más probable en las tres elecciones a Presidente, Senado y Cámara de Representantes a día de hoy es el siguiente:

- Obama reelegido presidente con una mayoría muy escasa.
- El Senado nuevamente con mayoría demócrata, pero también muy escasa (52-48).
- La Cámara de Representantes con mayoría republicana, sólo ligeramente inferior a la de hace dos años (230-205 a favor de los republicanos, más o menos).

O dicho de otro modo: el mismo escenario de bloqueo institucional que hemos vivido en los dos últimos años. De las consecuencias de ello hablaremos en las próximas entradas.

sábado, 13 de octubre de 2012

La pelea por el Senado

Existe una confusión enorme acerca de los poderes del Presidente de Estados Unidos. No ya en Europa, lo que podría ser más o menos excusable, sino en la propia Norteamérica (donde lo es menos). Eso se pudo ver de manera muy clara durante el proceso de aprobación del Obamacare, cuando los elementos más liberales del Partido Demócrata parecían ser completamente incapaces de entender que el Presidente no es el faraón de Egipto en "Los Diez Mandamientos", que podía hacer aprobar leyes al grito de "Así se escriba y así se cumpla". Estados Unidos, al igual que muchas democracias, tiene un sistema legislativo bicameral, compuesto en primer lugar por lo que ellos llaman la "House of Representatives" (técnicamente, la "Cámara de Representantes", aunque nosotros solemos traducirlo como "Congreso") y luego el Senado. Cada Estado federal, por su parte, tiene también su Congreso y su Senado (excepto Nebraska, que es unicameral).

En este comentario nos vamos a centrar en las elecciones al Senado federal. El Senado de Estados Unidos se compone de 100 miembros (dos por cada Estado, independientemente de la población de los mismos, lo que hace que California, con sus más de 36 millones de habitantes, y Wyoming, con poco más de 500.000, tengan el mismo peso en el Senado).

En estos momentos la composición del Senado es la siguiente:

- 51 demócratas.
- 47 republicanos.
- 1 independiente (Bernie Sanders, senador socialista de Vermont) que forma parte del caucus (grupo parlamentario) demócrata.
- 1 "independiente demócrata" (Joe Lieberman, senador de Connecticut, que pese a haber sido derrotado en las primarias demócratas de 2006 en su Estado por su apoyo a la guerra de Irak, se presentó como independiente a las elecciones y ganó al candidato "oficial" demócrata y al republicano. Con grandes tensiones -apoyó a McCain en las elecciones presidenciales de 2008- ha seguido formando parte del caucus demócrata, pero ha decidido retirarse en lugar de aspirar a la reelección).

Cada Senador ejerce su mandato durante seis años, y puede ser reelegido cuantas veces quiera. Ahora bien, no todos los Senadores son reelegidos en una misma elección. El Senado se renueva por tercios cada dos años, y en esta ocasión se renuevan 33 escaños.

Os adjunto un mapa que muestra qué escaños y en qué Estados se renuevan este año:

2012 Senate election map.svg
Veréis que en el mapa hay cinco colores distintos:

- En los Estados en gris no hay elecciones al Senado.

- En los Estados en rojo hay un Senador republicano que se presenta a la reelección.

- En los Estados en azul hay un Senador demócrata que se presenta a la reelección.

- En los Estados en rojo muy clarito el Senador republicano que ocupaba hasta ahora el asiento se ha retirado o ha sido derrotado en las primarias, creando lo que se llama un "open seat".

- En los Estados en azul claro el Senador demócrata que ocupaba hasta ahora el asiento se ha retirado.

- En el Estado en verde oscuro, Vermont, el socialista Bernie Sanders se presenta a la reelección.

- En el Estado en verde claro, Connecticut, como ya hemos dicho, el "independiente demócrata", Joe Lieberman, se retira.

No hay más que ver el mapa para comprobar que el mismo presenta un escenario muy complicado para los demócratas, que tienen que defender 23 de los escaños que se renuevan este año (21 suyos y 2 de los independientes que forman parte de su "caucus"), mientras que los republicanos sólo tienen que defender 10.

Por si ello fuera poco, los demócratas tienen que defender 7 "open seats", mientras que los republicanos sólo tienen que defender 4 (defender un escaño "abierto" siempre es más complicado que defender a un Senador que aspira a la reelección -salvo en casos de escándalo).

Por último, los demócratas tienen que defender 5 escaños en Estados ganados por McCain en 2008, y otros cuatro en Estados tradicionalmente disputados, mientras que los republicanos sólo tienen que defender cuatro escaños en Estados ganados por Obama en 2008 (y uno de ellos es en Indiana, donde Obama no va a ganar este año).

Y sin embargo... pese a todo lo anterior, el panorama a día de hoy para los demócratas es competitivo, como se puede ver en este mapa:
Generated Map

1) Los Estados en azul oscuro son aquellos en los que el Partido Republicano mantendrá el escaño, bien porque el Senador republicano será reelegido, bien porque será sustituido por un colega de su mismo partido.

2) Los Estados en rojo oscuro son aquellos en los que el Partido Demócrata mantendrá el escaño. Merece la pena observar que los demócratas van a mantener algunos escaños en terreno nada favorable: Virginia Occidental, por ejemplo, que votará claramente contra Obama, pero donde el candidato demócrata, Joe Manchin, un demócrata conservador y exgobernador del Estado durante ocho años, es un candidato ideal. También es sorprendente el caso de Florida, donde Connie Mack, el candidato republicano, hijo de un exgobernador, ha resultado ser una pésima elección y arrastrará a su partido hasta la derrota incluso si Romney acaba haciéndose con el Estado. Y también es llamativo el caso de Nuevo México y Hawaii, donde los republicanos han presentado a dos mujeres moderadas y sin embargo no han conseguido avanzar en las encuestas.

3) El Estado en fucsia es un Estado en el que hasta ahora había un Senador republicano, y las encuestas indican, más allá de toda duda, que va a ser sustituido por un demócrata: Maine, donde Olympia Snowe, una de las últimas republicanas moderadas, decidió retirarse asqueada (según ella) acerca de la incapacidad del Senado para llegar a acuerdos (y crecientemente incómoda ante la deriva conservadora de su partido). Será sustituida por Angus King, exgobernador independiente del Estado que se sentará como independiente también en el Senado, aunque todo parece indicar que será miembro del caucus demócrata.

4) El Estado en azul claro, a la inversa, es un Estado en el que hasta ahora había un Senador demócrata y las encuestas indican que va a ser sustituido por un republicano: Nebraska, donde Ben Nelson, demócrata conservador, perdió un crédito enorme al votar a favor del Obamacare y decidió retirarse antes de ser derrotado. Los demócratas consiguieron al mejor candidato posible, Bob Kerrey, exgobernador y exsenador por Nebraska, pero hoy en día Nebraska, que no dio a Obama más de un 42% en 2008, es un Estado casi totalmente republicano. Además, los republicanos escogieron a un mujer razonablemente moderada, Deb Fischer, como candidata, lo que hace todavía más imposible la tarea de los demócratas para conservar el escaño.

5) Eso nos deja nada menos que 11 escaños en los que las encuestas están lo suficientemente cercanas para que a día de hoy no sepamos con plena certeza quien ganará (y quien controlará el Senado). Si todos los escaños fueran ganados por los republicanos, estos tendrían una mayoría de 54 escaños. Si los demócratas consiguieran ganar los 11, incrementarían su mayoría hasta los 57 escaños (ahora tienen 53).

De estos 11 escaños, 7 están en manos demócratas y 4 en manos republicanas. Empezando por los escaños demócratas, y de mayor a menores posibilidades de éxito para los republicanos:

- Dakota del Norte: para un Estado que no vota demócrata en las presidenciales desde hace casi 50 años, la capacidad de los demócratas para ganar escaños en el Senado es llamativa. De hecho entre 1987 y 2011, los dos senadores del Estado fueron demócratas. Sin embargo, la pulsión conservadora del Estado provocó ya en 2010 que los republicanos ganaran el primero de esos escaños y hará que en 2012 ganen el segundo. Kent Conrad, senador desde 1987, ha anunciado su retirada, y aunque los demócratas tienen una excelente candidata en Heidi Heitkamp, ex-fiscal general del Estado, y los republicanos uno no demasiado bueno, Rick Berg, el congresista del Estado, el hecho de que Romney va a ganar el Estado cómodamente muy probablemente sea suficiente para llevarse el escaño.

- Montana: Jon Tester, el Senador demócrata, fue elegido por los pelos en 2006 en un año muy bueno para los demócratas. Es un buen candidato (es granjero y muy moderado) pero una vez más, Montana es un Estado que en 50 años sólo ha votado demócrata en unas presidenciales en 1992 (y muy probablemente porque Ross Perot dividió parte del voto republicano). El candidato republicano, Denny Rehberg, congresista del Estado desde hace muchos años, sólo necesita que la ola de Romney le conduzca hasta la victoria.

- Missouri: en teoría, Missouri tendría que ser tan o más fácil de ganar para los republicanos que los escaños anteriores; aunque es un Estado que estuvo a punto de votar por Obama en 2008, su Senadora, Claire McCaskill, es notablemente impopular. Pero el Tea Party, una vez más, ha hecho de las suyas: en las primarias apoyó a un congresista muy extremista, Todd Akin (McCaskill llegó a pagar anuncios indicando que era el más conservador de los candidatos republicanos, con la obvia intención de conseguir que fuera su rival). Pues bien, lo consiguió, pero inicialmente todas las encuestas indicaban que Akin iba a ganar. Y entonces, el 20 de agosto, Akin dijo esto. Una posición tan absolutamente ignorante (en un miembro del Comité de Ciencias de la Cámara de Representantes, nada menos) le descalificó ante los votantes indecisos (Romney tuvo que salir inmediatamente a decir que desaprobaba por completo los comentarios de Akin). Los republicanos intentaron que Akin abandonara la contienda, pero Akin se negó. McCaskill le está machacando con anuncios televisivos protagonizados por víctimas de violaciones. El Tea Party, en suma, consiguió nominar a un candidato absolutamente inaceptable y perder un escaño que el Partido Republicano tenía ganado. Otra vez.

- Ohio: a partir de aquí, cada escaño es más difícil para los republicanos. Sherrod Brown, el Senador demócrata de Ohio, es un buen candidato especialmente para este ciclo electoral: es un populista, adecuado para su electorado de clase trabajadora en un contexto de difícil recuperación económica. Josh Mandel, el candidato republicano, es bueno pero está muy verde (tiene 34 años, pero aparenta 24). Dado el sorprendente hecho de que Ohio continúa siendo muy resistente a los republicanos en este ciclo electoral, Brown parece razonablemente seguro.

- Virginia: el candidato republicano, George Allen, un exgobernador y exsenador, perdió en 2006 por llamar "macaco" a un demócrata negro durante su campaña para la reelección. En 2012, con un electorado algo más favorable, Allen, pese a todo, tenía una buena oportunidad. Pero los demócratas tuvieron la buena fortuna de captar como candidato a Tim Kaine, también exgobernador y presidente del Partido Demócrata. Las encuestas están muy ajustadas, pero Kaine lleva varias semanas mostrando una ligera ventaja en las mismas que probablemente le bastará para alcanzar la victoria.

- Wisconsin: aquí el Tea Party no llegó a fastidiarla del todo, pero probablemente la fastidió lo suficiente para derrotar al Partido Republicano. El candidato más moderado, Tommy Thompson, consiguió ganar en las primarias a tres candidatos más conservadores (con sólo el 34% de los votos)  pero se quedó sin fondos. Su rival, Tammy Baldwin (abiertamente lesbiana) ha aprovechado la situación para aplastarlo a golpe de anuncios y abrir una ventaja que, unida al sesgo prodemócrata de Wisconsin (que vota demócrata en las presidenciales desde 1988) bastará para otorgarle la victoria (contra un hombre que fue gobernador del Estado durante 12 años).

- Connecticut: una situación muy peculiar: la candidata republicana es una ejecutiva multimillonaria del sector de la lucha libre, lo que por una parte no le da una gran pátina de seriedad, pero le otorga una enorme cantidad de dinero para sepultar a su rival demócrata. En 2010, Linda McMahon (que así se llama la candidata) se enfrentó al fiscal general del Estado por un escaño en el Senado, e incluso en las excelentes circunstancias de ese año, perdió por 12 puntos. En 2012, en principio, un año de elecciones presidenciales, no tenía porque tener grandes esperanzas (Connecticut lleva 20 años votando demócrata de manera creciente). Sin embargo, lo ha hecho muy bien y únicamente el sesgo demócrata del Estado impedirá su victoria.

En cuanto a los escaños demócratas, de menos a más posibilidades para los demócratas:

- Arizona: un Estado que vota de manera sistemática por los republicanos, estos tienen un candidato de su ala libertaria, Jeff Flake, que en principio debería ganar. Los demócratas, sin embargo, lograron un buen candidato, Richard Carmona, vicealmirante y nº 2 del Departamento de Sanidad durante la presidencia de George Bush pero que se ha convertido en un duro crítico de los republicanos por lo que considera sus constantes interferencias en el área de la ciencia. Es el tipo de demócrata centrista que puede ganar en Arizona, pero éste no parece el año más adecuado para lograrlo. Pese a todo, las encuestas le muestran competitivo.

- Indiana: otra jugada del Tea Party: Dick Lugar era el Senador republicano por Indiana desde 1976, uno de los estadistas norteamericanos más respetados. Lugar era un conservador (no un moderado), pero un conservador de la vieja escuela, es decir, dispuesto a poner a su país por encima de su partido (lo que no quiere decir abdicar de sus creencias; votó contra el Obamacare, por ejemplo). El Tea Party, sin embargo, no entiende otra política cuando hay un presidente demócrata en el poder que la de la tierra quemada. Buscaron un candidato mucho más conservador que Lugar, le financiaron, y utilizaron las primarias como instrumento para derrocarle. Richard Mourdock, el secretario de Estado, es el nuevo candidato republicano. Su filosofía política creo que queda bien definida en este lamentable aserto que efectuó a las pocas horas de su victoria en las primarias: "I certainly think bipartisanship ought to consist of Democrats coming to the Republican point of view" (es decir, que el bipartidismo significa que a mí me den la razón).

Los demócratas, por su parte, consiguieron un buen candidato en el congresista moderado Joe Donnelly. Indiana es un Estado lo suficientemente republicano como para que Mourdock sea el favorito, pero las encuestas están muy ajustadas.

- Nevada: Dean Heller es un congresista que fue elegido Senador por el gobernador de Nevada cuando su predecesor tuvo que dimitir por un escándalo sexual y económico (se acostó con la esposa de su mejor amigo y luego les prometió dinero para acallarlos). Heller es un buen candidato, y ha tenido la buena fortuna de que su rival demócrata, otra congresista, Shelley Berkley, también tenga un escándalo económico entre manos (favoreció a la empresa de su marido mediante la aprobación de distintas leyes). Aunque es muy probable que Obama gane en Nevada, Heller probablemente se salvará.

- Massachusetts: Scott Brown es un republicano muy moderado para los estándares actuales del Partido. ¿Pero lo es suficientemente para la liberal Massachusetts? Las encuestas indican que, por poco, pero no. Pese a ser muy popular y atractivo, el sesgo demócrata de Massachusetts en unas presidenciales es tan acusado que Brown, casi con total seguridad, no podrá hacerle frente. Su rival, Elizabeth Warren, una economista liberal, puede ser una Senadora muy interesante en los próximos años si consigue ser elegida (el escaño en disputa es el de Ted Kennedy, que es muy simbólico para los demócratas).

En resumen: con las encuestas en la mano, lo lógico es que los demócratas pierdan Nebraska, Dakota del Norte y Montana (tres Estados en los que Romney ganará cómodamente). Deberían perder también Missouri, pero el Tea Party se ha encargado de salvar el escaño para ellos.

Por su parte, los republicanos perderán Maine y Massachusetts, no por casualidad dos Estados de Nueva Inglaterra en los que Obama ganará cómodamente. Y el Tea Party podría regalarles el escaño de Indiana, pero no creo que eso ocurra.

El nuevo Senado estará 52 a 48 a favor de los demócratas, por lo tanto, lo que hará la vida de un hipotético presidente Romney mucho más complicada, al menos durante sus dos primeros años.