lunes, 29 de febrero de 2016

Normalidad en el Partido Demócrata: Hillary Clinton arrasa en Carolina del Sur

Mientras el Partido Republicano se hunde en el caos, las primarias en el Partido Demócrata, tras el picante que le otorgó el empate en Iowa y la clara victoria de Sanders en New Hampshire, han vuelto completamente a la normalidad. Hillary Clinton, como era de esperar, arrasó en Carolina del Sur, y con un resultado espectacular, muy superior a lo reflejado por la media de las encuestas (como tantas otras veces, cortesía de RealClearPolitics):

Poll
Clinton
Sanders
Spread
73.5
26.0
Clinton +47.5
RCP Average
58.2
30.7
Clinton +27.5

La clave, como había anticipado todo el mundo, fue su arrollador triunfo entre los votantes negros, que supusieron el 61% de todos los votantes demócratas y apoyaron a Clinton con el 84% de los votos.

(Incidentalmente, Hillary también ganó entre los votantes blancos demócratas en Carolina del Sur, aunque en este caso sólo por 54 a 46).

Todo esto sitúa a Hillary de maravilla de cara al Supermartes demócrata, en el que votan 12 Estados, de los cuales la mitad al menos tienen un perfil muy parecido a Carolina del Sur (es decir, Estados sureños con un contingente muy elevado de negros y otro contingente muy elevado de votantes moderados y conservadores, que son los mejores grupos demógraficos de Clinton). De hecho, es perfectamente posible que Sanders únicamente gane en Vermont, el Estado al que representa como Senador.

Por lo tanto, si Hillary gana tal y como se espera este martes, es dudoso incluso que Sanders continúe en la carrera presidencial y, en todo caso, su decisión será irrelevante, porque las primarias ya estarán decididas a favor de su rival.

domingo, 28 de febrero de 2016

Caos en el Partido Republicano: Trump puede ser el candidato presidencial

La reacción del establishment republicano tras el resultado de las primarias en Carolina del Sur y los caucuses de Nevada puede resumirse de la siguiente manera:



Analizándolo con la distancia del Océano Atlántico de por medio, hay que decir que la victoria de Trump en Carolina del Sur no fue especialmente impresionante: sometido por primera vez a ataques serios por parte de sus oponentes (y a publicidad negativa en televisión) apenas mejoró su margen sobre las encuestas, al contrario que sus grandes rivales Marco Rubio y Ted Cruz (datos de Real Clear Politics):

Poll
Trump
Rubio
Cruz
Bush
Kasich
Carson
Spread
32.5
22.5
22.3
7.8
7.6
7.2
Trump +10.0
RCP Average
31.8
18.8
18.5
10.7
9.0
6.8
Trump +13.0

Pero el problema fue el resultado de los caucuses de Nevada, donde Trump obtuvo el mejor resultado hasta el momento y obtuvo más votos que Rubio y Cruz juntos: (datos de la Associated Press)

Nevada - Summary Vote Results
February 24, 2016 - 01:53PM ET(i) = incumbent= winner= runoff
President - GOP Caucus
1784 of 1784 Precincts Reporting - 100%
NamePartyVotesVote %
Trump, DonaldGOP34,53146%
Rubio, MarcoGOP17,94024%
Cruz, TedGOP16,07921%
Carson, BenGOP3,6195%
Kasich, JohnGOP2,7094%

Por si esto fuera poco, la división entre los candidatos republicanos continúa: aunque Jeb Bush, como esperábamos, renunció tras no alcanzar siquiera el 8% del voto en Carolina del Sur, John Kasich continúa incomprensiblemente en la carrera presidencial, tras obtener porcentajes de voto raquíticos en Carolina del Sur y Nevada. Y Ben Carson persiste en su todavía más incomprensible candidatura (¿no basta con un candidato completamente inexperto liderando las encuestas y las elecciones? ¿para qué necesitamos dos?)

Hay que señalar que Trump, pese a los mensajes que estamos recibiendo hasta el momento de los medios de comunicación, no es inevitable. Sigue teniendo serios problemas para aglutinar a una mayoría del voto republicano (en Nevada llegó a un 46%, pero en los demás Estados ha oscilado entre el 24 y el 35%). Pero la situación sigue siendo la misma que señalábamos al comentar los resultados en New Hampshire: Trump gana porque el voto de sus oponentes se divide entre cuatro. Puede incluso permitirle ganar si el voto se divide entre dos. Pero parecería improbable que Trump consiga ganar en un duelo cara a cara contra sus rivales (especialmente contra Marco Rubio, que alcanzó la segunda posición en Carolina del Sur y Nevada y se perfila como el último baluarte contra Donald Trump).

Sin embargo, esta conclusión me genera cada vez más dudas, porque hay dos fuerzas completamente distintas enfrentadas a día de hoy: por una parte, el horror generalizado en el establishment republicano frente a Trump, y por otra el efecto "bola de nieve" que generan las victorias de Trump.

Y lo que es más grave: esta semana han empezado a aparecer las primeras grietas en el establishment del Partido Republicano: dos congresistas y especialmente dos gobernadores (los de Maine y New Jersey) han anunciado su apoyo a Donald Trump.

Y ese gobernador de New Jersey no es otro que Chris Christie, el excandidato presidencial republicano. Resulta difícil exagerar la importancia que ese imprimatur tendrá sobre los votantes republicanos indecisos. No porque Christie sea una figura especialmente popular en el partido, que no lo es, sino por el hecho de que su apoyo destruye una de las líneas de ataque básicas contra Donald Trump: que es un candidato inaceptable para el Partido Republicano. Si empiezan a haber congresistas, gobernadores (y posiblemente algún Senador como Jeff Sessions, de Alabama, que está emitiendo señales muy ambiguas estos últimos días) apoyando a Trump, el votante genuinamente indeciso recibirá el mensaje "Trump no puede ser tan inaceptable, si algunos miembros del Partido empiezan a decantarse por él".

En cualquier caso, el tiempo se agota: este martes votan 13 Estados, que reparten 661 delegados (la mitad de los que se necesitan para alcanzar la nominación republicana). Aunque el reparto de delegados es básicamente proporcional, lo que significa que Rubio y Cruz se llevarán numerosos delegados, todo parece indicar que Trump ganará como mínimo 10 de los 13 Estados (Cruz probablemente ganará Texas, y Rubio puede que rasque algún Estado menor, aunque quedará segundo por encima de Cruz en casi todas partes menos Texas). Y los titulares en la televisión y la prensa serán inequívocos: "Trump arrasa".

Si el Partido Republicano quiere tener alguna oportunidad de parar a Trump, necesita que tras el Supermartes todos los candidatos que no sean Rubio se retiren (especialmente Kasich y Cruz), porque las primarias republicanas a partir del día 15 de marzo pasan de ser proporcionales a "winner take all"  o "winner take most" (es decir, que el candidato que obtiene un solo voto más que otro se lleva todos los delegados o la mayoría de éstos). Si Trump se enfrenta a una oposición dividida, no necesitará más que un 40-45% de los votos para arrasar y ser el candidato republicano a la Presidencia, aunque su apoyo dentro del Partido sea en realidad minoritario.

domingo, 21 de febrero de 2016

¿Crisis constitucional a la vista? La muerte de Antonin Scalia y la batalla por el Tribunal Supremo (II)

(Nota del autor: Ésta es una actualización de dos artículos que escribí en octubre de 2008 y que, tras la muerte del Juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia, creo que son de suma actualidad)

Los Jueces del Tribunal Supremo pueden servir de por vida si así lo desean, y sólo los retira su propio fallecimiento, su dimisión por razones de edad (o en rarísimos casos, forzados por algún escándalo, como le ocurrió a Abe Fortas en 1969),

En cualquier caso, como decíamos en el comentario anterior sobre este tema, el control sobre el actual Tribunal Supremo está totalmente en el alero de cara a las próximas elecciones. Basta con examinar la composición actual del Tribunal para entender por qué:



Fila superior, de izquierda a derecha:

- Sonia Sotomayor: nombrada por Barack Obama en 2009, es la primera hispana nombrada en el Supremo. Es miembro del ala liberal del Tribunal. Tiene 61 años.

- Stephen Breyer: nombrado por Bill Clinton en 1994, miembro del ala liberal del Tribunal (aunque es un liberal moderado, algo más que su antecesor en el cargo, Harry Blackmun, un republicano nombrado por Nixon que acabó pronunciándose contra la pena de muerte). Tiene 77 años.

- Samuel Alito, nombrado por George W. Bush en 2006, es un Juez profundamente conservador. Tiene 65 años.

- Elena Kagan, nombrada por Barack Obama en 2010, la exdecana de Harvard es un voto razonablemente liberal. Tiene 55 años.

Fila inferior, de izquierda a derecha:

- Clarence Thomas: nombrado por George Bush padre en 1991 en sustitución de Thurgood Marshall (el primer magistrado negro, que había sido nombrado por Johnson), es el miembro más conservador del Tribunal Supremo y el que más apoyó de manera sistemática a la administración de George Bush en su concepción "expansiva" de los poderes de la Presidencia (votando para denegar el "habeas corpus" -el derecho al acceso a los tribunales para combatir su detención- a los presos de Guantánamo, por ejemplo). Tiene 67 años.

- El difunto Antonin Scalia, nombrado por Ronald Reagan en 1986, era junto con Clarence Thomas el magistrado más conservador del Tribunal Supremo. Era partidario de una doctrina teórica conocida como "originalismo", que consiste en que hay que interpretar el texto de la Constitución literalmente y, en todo caso, de conformidad con la intención de los redactores de la Constitución en el momento en que ésta fue redactada.

Es una teoría muy polémica, por supuesto, especialmente por dos motivos:

a) porque hay cláusulas en la Constitución que no pueden ser interpretadas "literalmente", por cuanto están redactadas de manera muy vaga, y admiten distintas interpretaciones, y

b) porque la Constitución fue redactada en 1787, y han pasado ya 230 años. Estados Unidos es un país muy distinto del existente en los tiempos de Jefferson. Interpretar la Constitución en base a las premisas de los Padres Fundadores tiene tres problemas: que algunos de ellos eran propietarios de esclavos, que algunos de los problemas actuales -cualquier cuestión relacionada con Internet, por ejemplo- simplemente no fueron analizados por ellos y por último, que cabe entender que algunas de las enmiendas constitucionales posteriores alteraron el sentido originario de la Constitución -por ejemplo, las enmiendas sobre derechos civiles-.

- John Roberts, presidente del Tribunal Supremo nombrado por George W. Bush en 2005, había sido un abogado del máximo prestigio (especializado en defender casos precisamente ante el Tribunal Supremo) y posteriormente Juez del Tribunal de Apelaciones. Roberts es el líder del ala conservadora del Tribunal Supremo, en su condición de Presidente ("Chief Justice"). Contrariamente a lo que afirman sus detractores conservadores, Roberts es uno de los suyos, y el único caso de verdadero impacto en el que su voto fue decisivo y contrario a su "facción" fue su voto favorable a la constitucionalidad de la reforma sanitaria de Obama, el "Obamacare" (a la que, en todo caso, impuso notables restricciones).

Entre sus funciones, además de las judiciales, figuran las administrativas (puesto que también encabeza el Poder Judicial de Estados Unidos). En tanto que Presidente, tiene la facultad de designar al autor de las Sentencias del Tribunal, siempre y cuando forme parte de la mayoría del mismo (lo que, dada la actual configuración del Tribunal, suele ocurrir). Tiene 60 años.

- Anthony Kennedy, nombrado por Ronald Reagan en 1988, es un conservador moderado que suele ser el voto decisivo en los asuntos más controvertidos. En su día, por ejemplo, aportó por un lado el quinto voto a la mayoría conservadora para derogar la ley de control de armas de la capital del país, Washington, D.C., y por otro el año pasado el quinto voto a la mayoría liberal que afirmó que el matrimonio gay no puede ser declarado ilegal por ser ello inconstitucional. En materia de aborto, considera que el mismo tiene que estar constitucionalmente protegido, con limitaciones. Tiene 79 años (la misma edad que el fallecido Scalia, por cierto).

En su condición de voto decisivo y de magistrado de mayor antigüedad (el segundo tras el fallecimiento de Scalia: el presidente siempre es considerado el primer magistrado por antigüedad aunque no lo sea realmente), el poder que tiene Kennedy es el de "asignar" la redacción de las Sentencias, que es un poder muy importante en el Tribunal Supremo. Dicho poder le corresponde al Presidente del Tribunal, siempre que esté en la mayoría. Pero si está en minoría, el Juez más veterano de entre los miembros de la mayoría es el encargado de asignar la redacción de la misma, y ése suele ser Kennedy, dado que está en el centro del Tribunal (con cuatro magistrados a su derecha y cuatro a su izquierda).

- Ruth Bader Ginsburg, nombrada por Bill Clinton en 1993, abogada feminista especializada en casos de discriminación de todo tipo contra las mujeres, Ginsburg es la líder del ala liberal del Tribunal, aunque siempre depende de Kennedy (que, además, tiene más antigüedad que ella en el Supremo, a pesar de ser más joven que ella) para conseguir resultados liberales. Tiene 82 años.

Por lo tanto, y en resumen, ésta es la composición del Tribunal y su edad:

Ala conservadora: Roberts- Presidente (60), Thomas (67) y Alito (65)
Ala liberal: Ginsburg (82), Breyer (77), Sotomayor (62) y Kagan (55)

Voto decisivo hasta el fallecimiento de Scalia: Kennedy (conservador moderado-79)

Como se puede comprobar, las elecciones son decisivas para ambos bandos. Un presidente republicano durante cuatro años tendría casi con seguridad la posibilidad de sustituir como mínimo al difunto Scalia (suponiendo que el Senado bloquee cualquier nombramiento de Obama, cosa muy probable), a Kennedy (que quiere retirarse bajo un presidente republicano), a Ginsburg, octogenaria y superviviente de un cáncer de páncreas (y quizá incluso a Breyer). Las consecuencias de la sustitución de Kennedy, Ginsburg o Breyer por uno más jueces más conservadores serían, como mínimo, las siguientes:

- Revocación de Roe v. Wade (apoyada ahora por los cuatro liberales y Kennedy).
- Revocación de las Sentencias que derogaron la pena de muerte para los retrasados mentales y los menores de 18 años (una vez más, apoyada ahora por los cuatro liberales y Kennedy).
- Declaración de constitucionalidad de la prohibición del matrimonio gay (porque la Sentencia que declaraba dicha prohibición inconstitucional sólo fue apoyada por los cuatro liberales y Kennedy).

En general, el nombramiento de un quinto Juez verdaderamente conservador permitiría al movimiento conservador americano lograr su máximo sueño: destruir el legado de Earl Warren.

A la inversa, si Hillary Clinton gana las elecciones y hay una mayoría demócrata en el Senado, todo parece indicar que podríamos encontrarnos con la primera mayoría liberal en el Tribunal Supremo desde 1969. Clinton nombraría como sustituto de Scalia a un Magistrado más liberal (si es que Obama no consigue superar el bloqueo republicano durante los diez meses que le quedan de mandato), y es posible que Kennedy tuviera que retirarse o falleciera (a fin de cuentas, cumple 80 años este mes de agosto).

Es más difícil predecir qué ocurriría con una mayoría demócrata en el Tribunal Supremo, aunque quizá la predicción más atrevida que se puede hacer es que la pena de muerte tendría los días contados (a día de hoy tanto Ginsburg como Breyer ya se han mostrado contrarios a la misma, y Sotomayor y Kagan únicamente están esperando a tener una mayoría de cinco para revelar su oposición a la misma).

Por lo tanto, la composición 4 conservadores-1 conservador moderado-4 liberales que ha regido el Tribunal desde 2006 se ha acabado definitivamente y las elecciones de 2016 serán las más decisivas para el futuro del Tribunal Supremo en los últimos cincuenta años, decidiendo si éste será decididamente conservador o decididamente liberal, sin medias tintas.

sábado, 20 de febrero de 2016

Las primarias republicanas en Carolina del Sur: sigue la lucha para descubrir quién se enfrentará a Trump uno contra uno

Las primarias republicanas en New Hampshire el pasado día 9 confirmaron que la pesadilla continúa para el establishment republicano: no sólo Donald Trump ganó con autoridad y superando a las encuestas, sino que su candidato preferido, Marco Rubio, sólo consiguió la quinta plaza, lastimado indudablemente por su mala actuación en el debate electoral previo a las mismas: 

New Hampshire Republican primary, February 9, 2016
CandidateVotesPercentageActual delegate count
BoundUnboundTotal
America Symbol.svg Donald Trump100,40635.3%01010
John Kasich44,91015.8%044
Ted Cruz33,19011.7%033
Jeb Bush31,31211.0%033
Marco Rubio30,03410.6%033
Chris Christie21,0707.4%000
Carly Fiorina11,7044.1%000
Ben Carson6,5102.9%000
En cualquier caso, las primarias tuvieron la virtud de reducir aún más el número de candidatos existentes: Chris Christie y Carly Fiorina, tras unos desalentadores sexta y séptima plaza, decidieron abandonar la lucha (y no digamos ya Jim Gilmore, el exgobernador de Virginia, que decidió dejar de hacer el ridículo y retirarse tras cosechar 130 votos en total)

En cualquier caso, las posiciones de los restantes cinco candidatos con posibilidades (descartando de antemano a Ben Carson, cuya campaña no es más que un elaborado esquema para que sus asesores se hagan millonarios) son muy distintas, especialmente a la vista de las encuestas que nos van llegando de Carolina del Sur:

1) Trump por ahora sigue siendo el líder claro en las encuestas a nivel nacional y en Carolina del Sur, aunque hay que decir que la media de las encuestas muestra un cierto grado de erosión en la última semana, tras atacar frontalmente al expresidente George W. Bush en el último debate:


Bush hijo sigue siendo popular entre el electorado republicano, así que la decisión de atacarle es estratégicamente muy arriesgada. Tampoco puede estar haciéndole ningún bien el que se esté revelando que su supuesta oposición a la guerra de Irak en 2003 es una pura falacia, a medida que van apareciendo clips suyos en la televisión o en la radio indicando que estaba a favor de la misma.

En todo caso, Trump parece tener ciertos problemas para superar el 35% del voto en sus mejores primarias. Ahora bien, eso no es un problema ahora, cuando el voto de sus oponentes se divide entre cinco. Puede incluso permitirle ganar si el voto se divide entre dos. Pero parece improbable que Trump consiga ganar en un duelo cara a cara contra sus rivales (especialmente contra Marco Rubio).

2) Marco Rubio; hablando del rey de Roma, su resultado en New Hampshire fue indudablemente decepcionante, pero como se puede apreciar en la tabla que adjuntamos, se ha recuperado bien, y va claramente encaminado a quedar tercero esta noche, siendo perfectamente posible incluso que acabe en segundo lugar (y lo que es más importante, consiguiendo librarse de Jeb Bush, absorbiendo la mayoría de los votos de éste).

3) Ted Cruz: el senador tejano se está desinflando un poco, la verdad, y en un Estado tan evangélico como Carolina del Sur debería estar obteniendo un resultado mejor que el 20% que parece que va a obtener esta noche. Tiene organización y medios para aguantar durante el mes de Marzo, pero si Marco Rubio empieza a superarle, la presión para que se retire en favor de éste será probablemente insuperable, especialmente dado que Rubio no es ningún moderado.

4) Jeb Bush: probablemente su campaña presidencial acabe esta noche, tras quedar en cuarta posición, y muy lejos del tercer lugar. Eso serían buenas noticias para el establishment, que está como loco porque Rubio quede como único candidato suyo frente a Trump y Cruz.

5) John Kasich: el gobernador de Ohio no parece haber amortizado su meritorio segundo puesto en New Hampshire y su estrategia es poco clara: quiere concentrarse en Estados norteños que votan pasado el Supermartes, pero si no consigue obtener buenos resultados en éste simplemente no tendrá apoyos ni dinero para llegar a esos Estados. Una vez se retire Bush, la presión de los Senadores y congresistas de Washington sobre Kasich para que se retire será insoportable.

Los caucuses de Nevada en directo: ¿empieza la remontada para Hillary Clinton?

Hasta ahora, las primarias no han sido especialmente favorables para Hillary Clinton: tras una victoria absolutamente por la mínima en Iowa, el resultado de los caucuses de Iowa fue una auténtica humillación para la exsecretaria de Estado (datos de Wikipedia):

New Hampshire Democratic primary, 2016
New Hampshire
2012 ←February 9, 2016→ 2020

 Bernie Sanders September 2015 cropped.jpgHRC in Iowa APR 2015.jpg
CandidateBernie SandersHillary Clinton
Home stateVermontNew York
Delegate count159
Popular vote151,57895,249
Percentage60.40%37.95%

Especialmente si lo comparamos con los resultados de 2008, donde Clinton, tras ser derrotada en Iowa, consiguió remontar en el último instante y derrotar a Obama:

New Hampshire Democratic primary, 2008
New Hampshire
2004 ←January 8, 2008→ 2012

 Hillary Clinton official Secretary of State portrait crop.jpgOfficial portrait of Barack Obama.jpgJohn Edwards, official Senate photo portrait.jpg
NomineeHillary ClintonBarack ObamaJohn Edwards
PartyDemocraticDemocraticDemocratic
Home stateNew YorkIllinoisNorth Carolina
Popular vote112,404104,81548,699
Percentage39.1%36.5%16.9%
Obteniendo más votos frente a dos contrincantes de los que ha obtenido en esta ocasión frente a uno.

Sin embargo, la lógica invita a pensar que New Hampshire marcó el nadir de la campaña de Clinton y que a partir de ahora las cosas van a ir mejor, a medida que las primarias avanzan hacia Estados más representativos de la pluralidad norteamericana y especialmente demócrata.

Dicho de otro modo: Iowa y New Hampshire son dos Estados blancos como la leche, y cuyos demócratas son más liberales que la media del resto del Partido Demócrata.

Tradicionalmente, las primarias demócratas han enfrentado a dos tipos de candidatos: uno claramente liberal, apoyado por los blancos liberales de la Costa Este y Oeste, que como máximo alcanzaba un 40% del electorado demócrata, y otro más moderado, apoyado por los trabajadores blancos de clase media-baja, los sindicalistas, los negros y los hispanos, que representaba un 60% del electorado demócrata (la suma de los votantes moderados y conservadores demócratas- estos últimos, negros evangélicos y los últimos restos de los Dixiecrats, los votantes sureños blancos (y racistas) que desde la Guerra Civil apoyaban al Partido Demócrata.

Obama, que era el candidato del ala liberal en 2008, logró subvertir las coaliciones demócratas tradicionales al conseguir que el voto negro se sumara al voto blanco liberal y de este modo (por los pelos) derrotar a Clinton.

Ahora, en 2016, Sanders quiere repetir la proeza, pero se encuentra con el problema de que el voto negro, por el momento, parece leal a Hillary Clinton. No es imposible que Sanders triunfe, pero depende de una cuestión que hasta el momento está pendiente de acreditarse: hasta qué punto el ala liberal del Partido Demócrata ha conseguido superar ese 40% de apoyo y acercarse a porcentajes de mayoría.

Nevada es un buen laboratorio para experimentar esta hipótesis: con apenas dos tercios de votantes demócratas blancos, y el resto latinos o negros, en teoría es un Estado más favorable para Hillary. De hecho, Hillary ganó en 2008, con un margen respetable, aunque en modo alguno aplastante:

Nevada Democratic precinct caucuses, 2008[22]
CandidateCounty delegatesPercentageEstimated national delegates[23]
Barack Obama4,84445.09%13
Hillary Clinton5,45950.82%12
John Edwards3993.71%0
En principio, si Hillary consigue repetir el resultado del 2008 contra Bernie Sanders (más o menos 51-49) eso indica que su coalición (blancos moderados + hispanos + negros) aguanta frente al bloque Sanders (blancos liberales).

jueves, 18 de febrero de 2016

¿Crisis constitucional a la vista? La muerte de Antonin Scalia y la batalla por el Tribunal Supremo (I)

(Nota del autor: Ésta es una actualización de dos artículos que escribí en octubre de 2008 y que, tras la muerte del Juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia, creo que son de suma actualidad)

Incluso si un presidente tiene una mayoría clara en el Congreso y en el Senado, y una mayoría de gobernadores de su propio partido a lo largo de la geografía del país, todavía existe un enorme obstáculo para que pueda impulsar su programa político: el Poder Judicial.

El Poder Judicial en Estados Unidos, como el poder legislativo y el ejecutivo, tiene dos ramas: estatal (sobre la que el Presidente no tiene control alguno) y federal, que funciona del siguiente modo: el Presidente designa a un Juez cuando se produce una vacante, y el Senado lo confirma o lo rechaza. Hay tres escalafones jerárquicos, de menor a mayor:

- Jueces de Distrito.
- Tribunales de Apelación (hay 13 "Circuitos", divididos en áreas geográficas o, en algún caso, por temas).
- El Tribunal Supremo.

Históricamente, no solía haber grandes problemas para que el Presidente obtuviera la aprobación del Senado para sus jueces de distrito (en primer lugar, porque solían venir recomendados por los Senadores de su Estado, fueran demócratas o republicanos), aunque durante la era Obama la oposición republicana incluso a este nivel ha sido más que anecdótica.

Los magistrados de los Tribunales de Apelación, en cambio, solían ya presentar más problemas, especialmente en situaciones, como ahora, en las que el Presidente es de un partido, y la mayoría del Senado es de otro. Lo que suele ocurrir en estos casos (y de hecho lo que está ocurriendo desde que en 2014 los republicanos recuperaron el control del Senado) es que el Senado "aparca" la mayoría de las designaciones efectuadas por el Presidente saliente hasta que es sustituido por el nuevo Presidente, que entonces efectúa nuevas propuestas más del gusto del Senado (esta jugada se la hicieron los republicanos a Bill Clinton en el año 2000, los demócratas se la devolvieron a George Bush en 2008, y ahora los republicanos se la están devolviendo, redoblada, a Obama, "no efectuando recomendaciones" o bien "reteniendo" sus designaciones hasta que un presidente republicano salga elegido y pueda efectuar nuevos nombramientos, más de su gusto).

Pero la gran batalla se da, por supuesto, por la cúspide del Poder Judicial, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, que tiene la facultad de revocar las leyes dictadas por el Congreso y el Senado y firmadas por el Presidente, siempre que entienda que las mismas son contrarias a la Constitución de Estados Unidos.

Los miembros del Tribunal Supremo hasta el sábado pasado

El control del Tribunal Supremo ha dado lugar a algunas de las confrontaciones más tremendas de la historia del Senado. En 1936, Roosevelt fue reelegido con una victoria abrumadora (con más del 60% de los votos). El Congreso y el Senado también estaban abrumadoramente copados por el Partido Demócrata. Sin embargo, el Tribunal Supremo se componía, en su mayoría, de magistrados elegidos por presidentes republicanos (que habían ocupado la Casa Blanca entre 1896 y 1912, y entre 1920 y 1932), y derogó muchas de las leyes del New Deal. Roosevelt, furioso, intentó modificar la composición del Tribunal, ampliándolo de 9 a 15 miembros. Sólo cuando la opinión pública y el ala sureña de su partido indicaron que se opondrían a él, el Presidente abandonó su plan (el llamado "Court-packing scheme"). Afortunadamente para Roosevelt, entre 1937 y 1943 se produjeron ocho vacantes en el Tribunal que le permitieron remodelar la cima del Poder Judicial. Y para cuando Harry Truman dejó la Presidencia en 1952, ya no quedaba ni un solo juez nombrado por un presidente republicano en el Tribunal Supremo.

Curiosamente, este hecho no provocó un giro liberal radical en el Tribunal, entre otros motivos porque el Partido Demócrata, por aquel entonces, no era ni mucho menos uniformemente de izquierdas (el ala sureña del partido era racista y socialmente muy conservadora) y varios de los Magistrados nombrados por Roosevelt y (especialmente) Truman eran moderados o conservadores (o se volvieron así por el camino, como Felix Frankfurter o Stanley Reed).

Eisenhower, el primer presidente republicano en veinte años, tuvo ocasión de nombrar cinco jueces durante su Presidencia. Basta para indicar su (escaso) éxito en mover el Tribunal a la derecha con recordar su frase: "he cometido dos errores graves durante mi mandato, y los dos están sentados en el Tribunal Supremo".

Eisenhower se refería a los nombramientos de Earl Warren, exgobernador republicano de California, como presidente del Tribunal Supremo, y de William Brennan, católico de Nueva Jersey, como Magistrado del Tribunal.

Entre Warren y Brennan, ayudados por los miembros más liberales nombrados por Roosevelt, y por otros miembros liberales nombrados por Kennedy y Johnson, el Tribunal Supremo adquirió un tinte marcadamente de izquierdas (para Estados Unidos); entre 1953 (y especialmente desde 1962, cuando se alcanzó una mayoría de cinco jueces liberales) y 1969, durante la llamada "Warren Court", el Tribunal Supremo, entre otras cosas, hizo lo siguiente:

- Declaró inconstitucional la segregación de las escuelas públicas.
- Exigió que los distritos electorales tuvieran como mínimo una población similar (hasta entonces había enormes diferencias de población en los distritos).
- Obligó a suministrar abogados de oficio a los acusados que no tuvieran medios para pagárselos.
- Declaró inconstitucional la prohibición de los matrimonios interraciales.
- Ordenó a la Policía leer sus derechos a los delincuentes en el momento de su detención.
- Declaró inconstitucional la prohibición de la venta de anticonceptivos por parte de los Estados.

Tras la elección de Nixon en 1968, la obsesión del movimiento conservador ha sido controlar el Tribunal Supremo para revocar todas las decisiones liberales de la época Warren (y algunas de las posteriores, como la más famosa de todas: Roe v. Wade, que declaró inconstitucional la prohibición de abortar en 1973). Sorprendentemente, los conservadores han sufrido fiasco tras fiasco en ese terreno:

- Nixon efectuó cuatro nombramientos, de los cuales uno, Blackmun, fue el que redactó precisamente Roe v. Wade y se volvió más y más liberal con los años, hasta el punto de que finalmente, en 1994, se declaró contrario a la pena de muerte.

- Gerald Ford efectuó un solo nombramiento, el de John Paul Stevens, que entre 1994 y su retirada en 2010 fue el líder del ala liberal del Tribunal (y acabó declarándose tambíen contrario a la constitucionalidad de la pena de muerte).

- Ronald Reagan efectuó otros cuatro nombramientos, de los cuales Sandra Day O' Connor y Anthony Kennedy resultaron ser conservadores moderados que se negaron a revocar Roe v. Wade, declararon que la criminalización de la sodomía es inconstitucional, y que la aplicación de la pena de muerte contra retrasados mentales y menores de edad es inconstitucional.

- George Bush padre efectuó otros dos nombramientos, uno de los cuales, David Souter, siguió la misma trayectoria de Stevens (del que era un gran amigo) y formó parte del ala liberal del Tribunal Supremo hasta su retirada en 2009 (votó contra Bush hijo en el famoso caso "Bush v. Gore" que decidió las elecciones de 2000).

- Aunque los nombramientos de George Bush hijo han sido, a mi juicio, jueces consistentemente conservadores, los republicanos se llevaron un disgusto tremendo con John Roberts cuando éste votó a favor de declarar constitucional el Obamacare en 2012, salvando así la reforma estrella de la era Obama.

Sólo a raíz de estas defecciones se puede entender que, aunque en los últimos 47 años los republicanos han nombrado 11 jueces al Tribunal Supremo y los demócratas tan solo 4, el Tribunal Supremo todavía no está dominado de forma total por los conservadores, y las decisiones del Tribunal durante la época de Earl Warren todavía no hayan sido revocadas (en su mayoría, aunque John Roberts ha conseguido algún éxito importante en ese sentido).

La muerte de Antonin Scalia el sábado pasado plantea una disyuntiva histórica de cara a las próximas elecciones: o bien el control definitivo sobre el Tribunal Supremo pasa por fin a los conservadores, tras casi 50 años de espera, o bien por primera vez desde 1969 podemos tener una mayoría liberal en el Tribunal Supremo. En el próximo comentario examinaremos la actual composición del Tribunal, y qué cabe esperar de la batalla por la nominación del sucesor de Scalia, así como de los próximos cuatro años.

martes, 9 de febrero de 2016

Esperando a New Hampshire

Mientras esperamos el cierre de los colegios electorales en New Hampshire, veamos la media de las encuestas. En el bando republicano, Trump lidera con casi más de 15 puntos de ventaja de media sobre Marco Rubio y John Kasich, a los que siguen a corta distancia Ted Cruz y Jeb Bush (cortesía de RealClearPolitics):

Polling Data

PollDateSampleMoETrumpRubioKasichCruzBushChristieFiorinaCarsonSpread
RCP Average2/4 - 2/8----31.214.013.511.811.55.84.82.8Trump +17.2
ARG2/7 - 2/8418 LV5.0331417109831Trump +16
Gravis2/7 - 2/7705 LV3.72815171114653Trump +11
UMass Lowell/7News2/5 - 2/7464 LV5.13413101310543Trump +21
CNN/WMUR2/4 - 2/8362 LV5.2311710147453Trump +14
Emerson2/4 - 2/7686 LV3.43112131116673Trump +15
Monmouth2/4 - 2/6508 LV4.43013141213654Trump +16


En cuanto a los demócratas, Sanders lidera a Clinton por más de trece puntos (otra vez, RealClearPolitics):

Polling Data

PollDateSampleMoESandersClintonSpread
RCP Average2/2 - 2/8----54.541.2Sanders +13.3
ARG2/7 - 2/8409 LV5.05344Sanders +9
UMass Lowell/7News2/5 - 2/7407 LV5.55640Sanders +16
CNN/WMUR2/4 - 2/8363 LV5.16135Sanders +26
Emerson2/4 - 2/7783 LV3.75442Sanders +12
Monmouth2/4 - 2/6502 LV4.45242Sanders +10
Boston Herald/FPU2/2 - 2/6407 LV4.95144Sanders +7

¿Cuáles son los aspectos a tener en cuenta esta noche?

Entre los republicanos:

1) Si Trump conseguirá mantener el voto que predicen las encuestas o si, igual que le ocurrió en Iowa, muchos de sus presuntos seguidores no comparecen a las urnas. Su ventaja es tan elevada que aunque pierda siete puntos, al igual que le ocurrió la semana pasada, le bastaría para ganar. Pero con un 25% de apoyo no basta para ganar las siguientes primarias, porque no va a haber nueve candidatos repartiéndose el voto perpetuamente.

2) Tanto o más interesante que el porcentaje de voto de Trump es responder a la pregunta de quién quedará segundo:

  • ¿Conseguirá John Kasich amortizar los casi seis meses que lleva acampado en New Hampshire? ¿Le apoyarán los republicanos moderados que son la minoría mayoritaria del Partido en el Estado? 
  • ¿Resurgirá Jeb Bush de entre los muertos, a la vista de la división existente entre sus rivales?.
  • ¿Conseguirá Ted Cruz quedar segundo, aprovechándose de la división entre los candidatos del establishment?
  • Y la pregunta del millón: ¿afectará a Marco Rubio su mala actuación en el debate de este fin de semana, en el que Chris Christie consiguió definirlo como un robot incapaz de salirse del guión? La prensa norteamericana, curiosamente, se ha lanzado en masa contra Rubio, cuando hasta ahora le habían tratado con guantes de seda. Contexto del vídeo: Rubio repite una línea contra Obama en dos ocasiones en medio de un ataque contra la mediocre gestión de New Jersey por parte de Christie. Éste responde acusándole de ser un político sin logro alguno, capaz sólo de repetir la misma frase. E increíblemente, Rubio cae en la trampa:



3) Y para acabar, ¿cuantos candidatos quedarán tras New Hampshire? Lo más probable es que entre un tercio y la mitad de los candidatos abandonen en los próximos días (Fiorina, Gilmore y quizá Christie son los candidatos con más números para no continuar).

Entre los demócratas:

1) Cualquier cosa que no sea la victoria de Sanders sería una sorpresa descomunal y un fallo monumental de las encuestas.

2) A lo máximo que puede aspirar Clinton es a minimizar los daños, intentando perder por menos de diez puntos, aprovechando que las primarias demócratas son menos interesantes que las republicanas.

En cualquier caso, Hillary sabe que una vez derrotada en New Hampshire, la campaña se mueve hacia Nevada y Carolina del Sur, Estados con muchas más minorías y menos blancos liberales, un terreno más favorable para ella.