El hasta hoy Senador republicano por Pennsylvania desde 1980, Arlen Specter, ha anunciado esta tarde que abandona su partido y pasa a formar parte del caucus demócrata.
Políticamente, se trata de una pésima noticia para el Partido Republicano: hasta hoy, había 58 senadores demócratas y 41 republicanos, lo que permitía a estos últimos, si se mantenían unidos, bloquear las iniciativas demócratas en el Senado mediante el llamado "filibuster" (la prolongación indefinida del debate). Con Specter en el bando demócrata, estos pasan a ser 59. Y si el Tribunal Supremo de Minnesota finalmente ordena el mes que viene que se certifique la victoria de Al Franken en ese Estado en las elecciones al Senado del año pasado, habrá 60 demócratas en el Senado, con lo que las posibilidades del "filibuster" republicano se verán dramáticamente cercenadas (dependerá de los demócratas más conservadores).
Hay que hacer dos lecturas respecto de la maniobra de Specter: la personal y la política. En cuanto a la personal, es muy sencilla: Specter se enfrentaba a unas primarias el año que viene en las que iba a perder con toda seguridad, en base al siguiente cálculo:
- En 2004, se enfrentó contra Pat Toomey, al que derrotó por un raquítico 51 a 49%.
- En 2008, 200.000 republicanos moderados abandonaron el Partido y se pasaron a los demócratas para votar en las primarias Obama-Clinton.
- En 2010, Toomey se volvía a presentar contra Specter, cuya base de partidarios en el Partido Republicano se había visto reducida sustancialmente.
Specter sabe leer las encuestas tan bien como cualquiera, y la última de Rasmussen indicaba que Toomey le ganaba por 21 puntos de diferencia, mientras que el 71% de los demócratas aprobaban su gestión. Era evidente que Specter tenía más posibilidades de ganar una primaria demócrata que una republicana, y por eso se ha cambiado de partido. El oportunismo político es flagrante.
Pero la lectura política que hay que extraer de esto es la que ha ofrecido hoy la senadora republicana de Maine Olympia Snowe: el actual Partido Republicano está empujando a sus moderados a la retirada o al transfuguismo. Si el GOP aspira a recuperar un espacio central en la política norteamericana, tiene que aceptar que hay Estados en los que no es posible ganar con un candidato conservador. El Partido Republicano tiene que aceptar en sus candidatos en lugares como California, Nueva York o Pennsylvania posturas más suaves en materia inmigratoria, de política fiscal, en cuanto a la cuestión homosexual o incluso frente al aborto.
Sean Trende es un excelente comentarista más bien conservador en RealClearPolitics que hoy estaba un poco desesperado ante las noticias de la marcha de Specter por dos motivos: en primer lugar, porque Specter girará hacia la izquierda de manera clara en los próximos meses, (aunque yo creo que quizá no tanto como el último republicano que hizo esta maniobra en 2001: Jim Jeffords, de Vermont). En segundo lugar, porque con la manía del ala conservadora de atacar a los pocos republicanos moderados que quedan en el GOP, lo único que se está consiguiendo es perder un montón de escaños y regalándoselos al Partido Demócrata.
Y para acabar, una avalancha de artículos sobre el tema desde derecha e izquierda, cortesía una vez más de RCP.
Una reflexión final: el gran ganador del día es Obama, que gana un Senador en Pennsylvania por pura torpeza política republicana, y con ello incrementa mucho las posibilidades de que su agenda política progrese sin impedimentos.
Políticamente, se trata de una pésima noticia para el Partido Republicano: hasta hoy, había 58 senadores demócratas y 41 republicanos, lo que permitía a estos últimos, si se mantenían unidos, bloquear las iniciativas demócratas en el Senado mediante el llamado "filibuster" (la prolongación indefinida del debate). Con Specter en el bando demócrata, estos pasan a ser 59. Y si el Tribunal Supremo de Minnesota finalmente ordena el mes que viene que se certifique la victoria de Al Franken en ese Estado en las elecciones al Senado del año pasado, habrá 60 demócratas en el Senado, con lo que las posibilidades del "filibuster" republicano se verán dramáticamente cercenadas (dependerá de los demócratas más conservadores).
Hay que hacer dos lecturas respecto de la maniobra de Specter: la personal y la política. En cuanto a la personal, es muy sencilla: Specter se enfrentaba a unas primarias el año que viene en las que iba a perder con toda seguridad, en base al siguiente cálculo:
- En 2004, se enfrentó contra Pat Toomey, al que derrotó por un raquítico 51 a 49%.
- En 2008, 200.000 republicanos moderados abandonaron el Partido y se pasaron a los demócratas para votar en las primarias Obama-Clinton.
- En 2010, Toomey se volvía a presentar contra Specter, cuya base de partidarios en el Partido Republicano se había visto reducida sustancialmente.
Specter sabe leer las encuestas tan bien como cualquiera, y la última de Rasmussen indicaba que Toomey le ganaba por 21 puntos de diferencia, mientras que el 71% de los demócratas aprobaban su gestión. Era evidente que Specter tenía más posibilidades de ganar una primaria demócrata que una republicana, y por eso se ha cambiado de partido. El oportunismo político es flagrante.
Pero la lectura política que hay que extraer de esto es la que ha ofrecido hoy la senadora republicana de Maine Olympia Snowe: el actual Partido Republicano está empujando a sus moderados a la retirada o al transfuguismo. Si el GOP aspira a recuperar un espacio central en la política norteamericana, tiene que aceptar que hay Estados en los que no es posible ganar con un candidato conservador. El Partido Republicano tiene que aceptar en sus candidatos en lugares como California, Nueva York o Pennsylvania posturas más suaves en materia inmigratoria, de política fiscal, en cuanto a la cuestión homosexual o incluso frente al aborto.
Sean Trende es un excelente comentarista más bien conservador en RealClearPolitics que hoy estaba un poco desesperado ante las noticias de la marcha de Specter por dos motivos: en primer lugar, porque Specter girará hacia la izquierda de manera clara en los próximos meses, (aunque yo creo que quizá no tanto como el último republicano que hizo esta maniobra en 2001: Jim Jeffords, de Vermont). En segundo lugar, porque con la manía del ala conservadora de atacar a los pocos republicanos moderados que quedan en el GOP, lo único que se está consiguiendo es perder un montón de escaños y regalándoselos al Partido Demócrata.
Y para acabar, una avalancha de artículos sobre el tema desde derecha e izquierda, cortesía una vez más de RCP.
Una reflexión final: el gran ganador del día es Obama, que gana un Senador en Pennsylvania por pura torpeza política republicana, y con ello incrementa mucho las posibilidades de que su agenda política progrese sin impedimentos.