El pasado 1 de mayo el Juez del Tribunal Supremo David Souter le anunció al Presidente Obama su intención de retirarse de su posición como Magistrado cuando acabe el presente período de sesiones (a finales de junio). El Presidente le agradeció sus servicios en una rueda de prensa "sorpresa" ese mismo día.
Y bien agradecido tiene que estarle, él y los restantes demócratas, porque David Souter ha constituido una auténtica sorpresa (positiva) para la izquierda norteamericana, y una decepción notable para los conservadores.
Souter fue nombrado en 1990 a propuesta de George Bush padre al anunciarse la retirada de William Brennan, un auténtico león liberal que había llevado al Tribunal Supremo desde 1956 a algunas de sus decisiones más liberales y controvertidas, especialmente durante los primeros años de su mandato (luego se había visto cada vez más en minoría en el Tribunal, a medida que el Partido Republicano conseguía nombrar a jueces más conservadores).
Con el nombramiento de Souter, un juez relativamente joven de 50 años y que llevaba apenas tres meses en un Tribunal de apelaciones federal, Bush aspiraba a dar un vuelco definitivo a la derecha en el Tribunal Supremo, como se pudo ver al año siguiente, cuando sustituyó a Thurgood Marshall, primer Juez negro en el Tribunal, icono de los derechos civiles y claramente "progresista", por Clarence Thomas, el magistrado más conservador de los que hoy hay en el Supremo norteamericano.
Pero Souter defraudó totalmente las expectativas de sus mentores: republicano de Nueva Inglaterra (es decir, moderado), Souter pasó apenas un par de años en el ala conservadora del Tribunal, hasta que la decisión en el asunto Casey (1992), que mantuvo el derecho constitucional al aborto merced al voto de cinco magistrados nombrados por Presidentes republicanos (Blackmun, Stevens, O' Connor, Kennedy y Souter) contra los cuatro restantes (Rehnquist, White -nombrado por Kennedy- Scalia y Thomas), le empezó a mover hacia la izquierda.
Es incontable el número de decisiones en las que Souter ha adoptado la postura "liberal": ha votado contra la aplicación de la pena de muerte contra menores y retrasados mentales, a favor de la despenalización de la sodomía como delito, a favor de continuar con el recuento de los votos en Bush v. Gore (es decir, la posición demócrata), etc. Y finalmente, ha decidido retirarse durante el mandato de un presidente demócrata en lugar de uno republicano.
Souter, a sus 69 años, es el magistrado más joven en retirarse desde que Potter Stewart se retiró en 1981 a los 66 años. Se retira asqueado de la vida en Washington DC, una ciudad que detesta (al parecer, especialmente desde Bush v. Gore), y deseoso de volver a New Hampshire.
¿A quién nombrará Obama? Es difícil acertar, pero lo más seguro es que se trate de una mujer. El Tribunal Supremo está ridículamente desequilibrado (8 hombres y Ruth Bader Ginsburg), y la presión para que nombre a una mujer es (de manera absolutamente comprensible) inmensa.
Obama no tendrá problemas para encontrar candidatas cualificadas, pero las opciones más claras a día de hoy son dos:
1) Diane Wood, Magistrada del Séptimo Circuito de Apelaciones, nombrada por Clinton en 1995. Una Juez liberal, Wood fue "clerk" (becaria) de Harry Blackmun (el autor de Roe v. Wade) en 1976-77. A sus casi 59 años, Wood es brillantísima, tiene montones de experiencia, es considerada suficientemente liberal para satisfacer a los demócratas, y no tanto como para alienar a todos los republicanos.
2) Sonia Sotomayor, Magistrada del Segundo Circuito de Apelaciones, nombrada por Clinton en 1997, pero bloqueada durante un año en el Senado, que tenía mayoría republicana en aquel momento. Sotomayor sería no sólo mujer, sino la primera mujer hispana en alcanzar el Tribunal Supremo. Curiosamente, a pesar de que tengo la ligera impresión de que es menos liberal que Wood, es más controvertida (prueba de ello es que en 1995 Wood fue aprobada por unanimidad, y Sotomayor recibió 29 votos en contra en 1998). A sus casi 55 años, tiene la edad exacta para ser nominada. Es quizá menos brillante que Wood, pero trabajadora y concienzuda, según amigos y detractores.
La favorita es Wood, sin embargo, por un motivo que la comentarista conservadora Jan Crawford Greenburg expone con su habitual inteligencia: Obama tendrá casi sin duda otra posibilidad de efectuar un nombramiento en el Tribunal Supremo durante su mandato, dado que el Juez John Paul Stevens acaba de cumplir 89 años, y es casi seguro que se retirará en 2011, una vez haya roto el record de edad de Oliver Wendell Holmes. A menos de año y medio de las elecciones, Obama mandaría un mensaje alto y claro a la comunidad hispana al nombrar a la primera mujer hispana magistrada del Tribunal Supremo.
En todo caso, veremos: siempre puede haber alguna sorpresa. Lo que parece claro es que Obama, con sus 59 Senadores (60 probablemente para cuando haya que votar a la candidata, dado que Franken seguramente será Senador en junio), tiene mayoría suficiente con los suyos, los republicanos moderados (Snowe y Collins, y probablemente Murkowski) y los conservadores "tradicionales" (es decir, los que creen que es potestad del Presidente nombrar a sus candidatos al Tribunal Supremo, como los dos Senadores de Utah y Richard Lugar de Indiana), para sacar adelante a su candidata sin problemas e incluso con cierta holgura.
Souter fue nombrado en 1990 a propuesta de George Bush padre al anunciarse la retirada de William Brennan, un auténtico león liberal que había llevado al Tribunal Supremo desde 1956 a algunas de sus decisiones más liberales y controvertidas, especialmente durante los primeros años de su mandato (luego se había visto cada vez más en minoría en el Tribunal, a medida que el Partido Republicano conseguía nombrar a jueces más conservadores).
Con el nombramiento de Souter, un juez relativamente joven de 50 años y que llevaba apenas tres meses en un Tribunal de apelaciones federal, Bush aspiraba a dar un vuelco definitivo a la derecha en el Tribunal Supremo, como se pudo ver al año siguiente, cuando sustituyó a Thurgood Marshall, primer Juez negro en el Tribunal, icono de los derechos civiles y claramente "progresista", por Clarence Thomas, el magistrado más conservador de los que hoy hay en el Supremo norteamericano.
Pero Souter defraudó totalmente las expectativas de sus mentores: republicano de Nueva Inglaterra (es decir, moderado), Souter pasó apenas un par de años en el ala conservadora del Tribunal, hasta que la decisión en el asunto Casey (1992), que mantuvo el derecho constitucional al aborto merced al voto de cinco magistrados nombrados por Presidentes republicanos (Blackmun, Stevens, O' Connor, Kennedy y Souter) contra los cuatro restantes (Rehnquist, White -nombrado por Kennedy- Scalia y Thomas), le empezó a mover hacia la izquierda.
Es incontable el número de decisiones en las que Souter ha adoptado la postura "liberal": ha votado contra la aplicación de la pena de muerte contra menores y retrasados mentales, a favor de la despenalización de la sodomía como delito, a favor de continuar con el recuento de los votos en Bush v. Gore (es decir, la posición demócrata), etc. Y finalmente, ha decidido retirarse durante el mandato de un presidente demócrata en lugar de uno republicano.
Souter, a sus 69 años, es el magistrado más joven en retirarse desde que Potter Stewart se retiró en 1981 a los 66 años. Se retira asqueado de la vida en Washington DC, una ciudad que detesta (al parecer, especialmente desde Bush v. Gore), y deseoso de volver a New Hampshire.
¿A quién nombrará Obama? Es difícil acertar, pero lo más seguro es que se trate de una mujer. El Tribunal Supremo está ridículamente desequilibrado (8 hombres y Ruth Bader Ginsburg), y la presión para que nombre a una mujer es (de manera absolutamente comprensible) inmensa.
Obama no tendrá problemas para encontrar candidatas cualificadas, pero las opciones más claras a día de hoy son dos:
1) Diane Wood, Magistrada del Séptimo Circuito de Apelaciones, nombrada por Clinton en 1995. Una Juez liberal, Wood fue "clerk" (becaria) de Harry Blackmun (el autor de Roe v. Wade) en 1976-77. A sus casi 59 años, Wood es brillantísima, tiene montones de experiencia, es considerada suficientemente liberal para satisfacer a los demócratas, y no tanto como para alienar a todos los republicanos.
2) Sonia Sotomayor, Magistrada del Segundo Circuito de Apelaciones, nombrada por Clinton en 1997, pero bloqueada durante un año en el Senado, que tenía mayoría republicana en aquel momento. Sotomayor sería no sólo mujer, sino la primera mujer hispana en alcanzar el Tribunal Supremo. Curiosamente, a pesar de que tengo la ligera impresión de que es menos liberal que Wood, es más controvertida (prueba de ello es que en 1995 Wood fue aprobada por unanimidad, y Sotomayor recibió 29 votos en contra en 1998). A sus casi 55 años, tiene la edad exacta para ser nominada. Es quizá menos brillante que Wood, pero trabajadora y concienzuda, según amigos y detractores.
La favorita es Wood, sin embargo, por un motivo que la comentarista conservadora Jan Crawford Greenburg expone con su habitual inteligencia: Obama tendrá casi sin duda otra posibilidad de efectuar un nombramiento en el Tribunal Supremo durante su mandato, dado que el Juez John Paul Stevens acaba de cumplir 89 años, y es casi seguro que se retirará en 2011, una vez haya roto el record de edad de Oliver Wendell Holmes. A menos de año y medio de las elecciones, Obama mandaría un mensaje alto y claro a la comunidad hispana al nombrar a la primera mujer hispana magistrada del Tribunal Supremo.
En todo caso, veremos: siempre puede haber alguna sorpresa. Lo que parece claro es que Obama, con sus 59 Senadores (60 probablemente para cuando haya que votar a la candidata, dado que Franken seguramente será Senador en junio), tiene mayoría suficiente con los suyos, los republicanos moderados (Snowe y Collins, y probablemente Murkowski) y los conservadores "tradicionales" (es decir, los que creen que es potestad del Presidente nombrar a sus candidatos al Tribunal Supremo, como los dos Senadores de Utah y Richard Lugar de Indiana), para sacar adelante a su candidata sin problemas e incluso con cierta holgura.
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