En las próximas semanas analizaremos con calma los resultados de las elecciones de ayer (mientras escribo quedan todavía escaños por asignar en el Congreso y en el Senado, y también elecciones a gobernador pendientes de decidir), pero tengamos al menos claras las ideas principales:
- En la Cámara de Representantes, el Partido Demócrata ha sufrido la peor derrota en una elección de medio mandato desde 1938 (sic). Los demócratas conservadores han sido exterminados en tres cuartas partes, y los moderados también han padecido fuertes pérdidas. Un día catastrófico para el Partido Demócrata.
- En el Senado, los demócratas han resistido mejor, gracias a los nobles esfuerzos del Tea Party por impedir la victoria al Partido Republicano haciendo ganar las primarias de éste a candidatos extremistas (especialmente en Delaware y Nevada). Aún así, los demócratas se han llevado una notable tunda (aunque inferior a la de 1994)
- En las elecciones a gobernador, los republicanos han tenido globalmente una buena noche, con un mínimo de cinco gobernadurías conquistadas a los demócratas en el cómputo global. Pese a eso, en 1994 lo hicieron el doble de bien (ganaron 10).
- Y una cosa de la que nadie habla en Europa, pero que es importantísima: había elecciones a la inmensa mayoría de los Congresos y Senados estatales. Los republicanos han añadido entre 15 y 20 de éstas a las que ya dominaban, lo que les dará el control del diseño de la mayoría de los distritos electorales al Congreso, que se efectúa cada diez años (el próximo toca el año que viene), lo que muy posiblemente les permitirá cimentar su mayoría en la Cámara de Representantes durante la próxima década. Y por cierto, es el mejor resultado para los republicanos desde 1928 (o sea, antes de la Gran Depresión).
Para quien tenga curiosidad, aquí puede leer cómo efectúa cada Estado el diseño de los distritos legislativos.
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