El 21 de enero Newt Gingrich consiguió una contundente victoria en Carolina del Sur. Sin embargo, lejos de marcar el renacimiento de su campaña electoral, lo cierto es que todo indica que dicha victoria ha supuesto la señal dentro del Partido Republicano para el arremolinamiento en torno a Newt Gingrich.
Veamos primero los resultados escuetos:
Newt Gingrich: 243.323 votos.- 40,4%
Mitt Romney: 167.417 votos.- 27,8%
Rick Santorum: 102.113 votos.- 17%
Ron Paul: 78.036 votos- 13%
(Rick Perry y Jon Huntsman, sensatamente, se retiraron días antes, al constatar que sus campañas no iban a ninguna parte).
1) Gingrich se apoyó en dos buenos debates y en el hecho de que pudo igualar en publicidad negativa a la campaña de Romney en un Estado relativamente pequeño como Carolina del Sur. Sustentado en los votantes de Mike Huckabee de hace cuatro años, pero con la ventaja añadida de tener un solo candidato a su derecha (Santorum) cuando Huckabee tuvo dos hace cuatro años (Romney -sic- y Thompson), Gingrich consiguió subirse a la ola en el momento justo.
2) El resultado de Romney, por supuesto, fue flojo. Sin embargo, el exgobernador de Massachusetts ha reaccionado con notable dureza, ahogando a Gingrich en publicidad negativa en Florida (le está batiendo con un margen de casi 5 a 1) y sacando toda la artillería pesada en términos de apoyos del "establishment" republicano (el ejemplo más característico ha sido este ataque brutal de Bob Dole, candidato a la vicepresidencia en 1976, y a la Presidencia en 1996, y líder de los republicanos en el Senado, que poco menos que imputa su derrota frente a Clinton en 1996 a la ejecutoria de Gingrich como líder de la mayoría en la Cámara de Representantes).
3) Santorum mejoró algo su resultado respecto a las encuestas, pero su momento ha pasado: el estandarte del ala conservadora del partido es Gingrich. Mañana obtendrá en Florida una honrosa tercera posición, pero realmente no se ve un camino viable para él emparedado entre dos candidatos como Romney y Gingrich.
4) Ron Paul sigue a lo suyo: mejorando sus resultados de manera clara, pero continúa sin poder llegar a más del 15-20% del partido, dependiendo del Estado.
Mañana, como decíamos, Florida. Un megaestado, en el que la unión del apoyo del aparato del partido y la publicidad negativa masiva que está recibiendo Gingrich provocará una notable victoria de Romney y el fin de las primarias republicanas (Gingrich intentará armar gresca durante un par de meses más, pero no tiene ni dinero ni organización).
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