viernes, 28 de enero de 2011

Podría haber sido peor: los resultados en el Senado

En comparación con los resultados del Congreso, auténticamente catastróficos para los demócratas, los resultados en el Senado, siendo también malos para éstos, podrían haber resultado peores.

Los demócratas perdieron seis escaños de los diecinueve que tenían en liza, mientras que los republicanos mantuvieron sus diecisiete.

Sin embargo, como decimos, las cosas podrían haber sido peores, de no ser por la ayuda (absolutamente involuntaria) que el Tea Party ofreció al Partido Demócrata en cuatro concretos escaños, al conseguir imponer en las primarias republicanas a candidatos excesivamente extremistas para circunscripciones que, de otro modo, el GOP hubiera podido obtener (en Alaska ocurrió algo inusitado, pero eso me lo reservo para el final).

Empecemos en cualquier caso por las victorias republicanas (en azul claro en el mapa, de Oeste a Este):
Generated Map

1) Dakota del Norte: Byron Dorgan había sido Senador demócrata durante 18 años en un Estado que los demócratas no ganan en unas presidenciales desde 1964. En 2010, en un año malo para los demócratas, contra un posible contrincante (John Hoeven, el gobernador republicano) extremadamente popular, Dorgan optó por retirarse y no acabar su carrera con una derrota ignominiosa. Hoeven, literalmente, arrasó.

2) Arkansas: Blanche Lincoln había sido elegida en 2004, un buen año republicano (George Bush, Jr., ganó las elecciones en Arkansas con el 54% de los votos). En 2010, un año republicano todavía mejor, enfrentada a un buen rival (John Boozman, el hasta ahora único congresista republicano de Arkansas), Lincoln fue aplastantemente derrotada (58%- 37%). Merece la pena recordar que en 2008, Arkansas, lejos de apoyar a Obama, votó mucho menos al ticket demócrata de lo que lo había hecho cuatro años antes.

3) Wisconsin: Russ Feingold, Senador demócrata desde 1992, fue derrotado por el empresario Ron Johnson por un margen bastante cómodo (52%-47%). Feingold, un Senador sumamente liberal para un Estado que no lo es tanto, siempre había tenido elecciones ajustadas (jamás había ganado por más del 55%). Su decisión de no emitir anuncios negativos contra su oponente, aunque le honra, obviamente le dañó, y tampoco creo que fuera positivo su segundo divorcio (aunque se produjo en 2005). Johnson, un millonario que superó  ampliamente en dinero gastado a Feingold, llevó a cabo una buena campaña, sencilla, clara, centrada en la economía, con anuncios inteligentes, y consiguió aprovechar la ola republicana para estar los próximos seis años en Washington D.C.

4) Illinois: el duelo de los malos candidatos se saldó con victoria republicana. Mark Kirk, congresista republicano moderado, llevó a cabo una floja campaña, salpicada de mentiras sobre su currículo militar, sólo superada por el hecho de que el candidato demócrata, Alexi Giannoulias, era miembro de una familia cuyo banco quebró tras otorgarle préstamos a miembros de la Mafia. Obviamente, ninguno llegó al 50% de los votos, pero Kirk consiguió arrastrarse al menos hasta el 48%, lo que le bastó para ganar.

5) Indiana: Evan Bayh, Senador demócrata, decidió retirarse (relativamente joven) "harto del partidismo en el Senado". Los republicanos apostaron sobre seguro y nominaron a Dan Coats, el Senador que se había retirado y al que había sustituido Bayh en su día. Coats ganó cómodamente un Estado que, pese a la victoria de Obama en 2008, sigue siendo notablemente republicano.

6) Pennsylvania: Arlen Specter, senador republicano desde 1980, estuvo ya a punto de ser derrotado en las primarias republicanas de 2004 por Pat Toomey, mucho más conservador. En 2010, Toomey volvió a lanzarse a su yugular, y Specter, convencido de que esta vez sí iba a ser derrotado, decidió dar el salto y pasarse al Partido Demócrata. Lamentablemente para él, un congresista demócrata, Joe Sestak, exgeneral de tres estrellas, decidió que un tránsfuga no era el mejor candidato posible para su partido, y le derrotó en las primarias. Sestak y Toomey se enfrentaron en una batalla campal. En otro año, Toomey posiblemente hubiera sido demasiado conservador para Pennsylvania (un Estado que no ganan los republicanos en unas presidenciales desde hace veinte años), pero 2010 era el año adecuado. Toomey ganó 51-49 a Sestak.

Estas seis victorias republicanas dejaron el marcador 53-47 a favor de los demócratas en el Senado. Pero los republicanos podrían haber empatado, como mínimo, si no hubieran dejado escapar tres escaños que el Tea Party les birló al nominar a tres candidatos impresentables. Además, pusieron en peligro otro escaño republicano en Alaska. Se trata de los cuatro Estados marcados en verde en el mapa, esta vez, por variar, de Este a Oeste:

1) Delaware: en 2008, Joe Biden era candidato a la vicepresidencia y candidato a la reelección por su escaño en Delaware (sí, en Estados Unidos te permiten eso). Al ser elegido con Obama, Biden llegó a un acuerdo con la gobernadora saliente de Delaware (que en teoría era quién debía nombrar al sucesor temporal de Biden por un período de dos años) y ésta nombró a Ted Kaufmann, amigo íntimo de Biden. El plan del vicepresidente era que éste calentara el asiento un par de años para que en 2010 Beau Biden, fiscal general de Delaware y casualmente hijo del vicepresidente, pudiera ser elegido en la elección especial de noviembre.

Este plan hubiera sido perfecto de no haber sido porque los republicanos convencieron al único candidato que podía hacerle sombra al hijo de Biden: Mike Castle, congresista único y exgobernador de Delaware, al que todas las encuestas daban como claro favorito frente a Biden hijo. Éste no quiso arriesgar y anunció que no se presentaría a la elección especial de 2010 al Senado, dejando a Castle como claro favorito. Los demócratas se contentaron con presentar a un candidato derrotado de antemano: Chris Coons, y se resignaron a perder el escaño.

Pero no habían contado con el Tea Party: Christine O' Donnell, que ya se había presentado en 2008 contra Biden padre (y perdió por más de 20 puntos) quiso repetir, argumentando que Castle era "demasiado liberal". Castle fue pillado con la guardia baja y fue derrotado en las primarias. Al día siguiente, las mismas encuestas que habían mostrado a Castle con una ventaja de entre 10 y 15 puntos frente a Coons, empezaron a mostrar una ventaja de 10 a 15 puntos de Coons frente a O' Donnell. Ésta hizo una campaña absolutamente lamentable, ayudada por el hecho de que era una candidata desastrosa: mucho más conservadora que su Estado, ignorante, verbalmente incontinente... El día de las elecciones, Coons ganó por más de 17 puntos y se encontró como Senador probablemente vitalicio (Delaware es un Estado muy demócrata). Beau Biden debe estar todavía dándose de cabezazos contra la pared.

2) Colorado: Obama nombró en 2009 al Senador de Colorado Ken Salazar miembro de su gobierno, por lo que éste abandonó el cargo. El gobernador de Colorado (en la mayor parte de los Estados los gobernadores suelen nombrar a los Senadores cuando hay una vacante) nombró al superintendente de las escuelas de Denver, Michael Bennet, que se tenía que presentar a la reelección en 2010. La ola que arrasó con tantos de sus compañeros falló con Bennet porque los republicanos nominaron a un mal candidato, Ken Buck, socialmente muy conservador, y al que le hizo muchísimo daño sus posiciones sobre el aborto (se opone al mismo en casos de violación e incesto) y su actuación como fiscal en un asunto de violación en el que se comportó como si la mujer violada fuera responsable de su violación (¡cuando el violador había confesado su crimen!). Las mujeres de Colorado votaron masivamente por Bennet, en un mal año en general para los demócratas.

3) Nevada: Nevada tenía que haber sido la guinda del pastel para los republicanos en 2010: Harry Reid es el líder de los demócratas en el Senado desde 2007, y senador desde 1987. Es un hombre poco carismático (siendo compasivos) e impopular entre los republicanos, dado que ha sido la imagen de los demócratas en el Senado durante los años del "Obamacare". Todas las encuestas indicaban que a menos que los republicanos nominaran a alguien completamente inaceptable, Reid estaba perdido. Pero el Tea Party decidió hacer exactamente eso: nominar a Sharron Angle, una candidata de extrema derecha contraria al aborto, a los inmigrantes, a la separación entre Iglesia y Estado, y favorable a la privatización del Medicare, el programa federal que garantiza la asistencia médica a los mayores de 65 años. Reid consiguió batir a Angle, pese a que muchas encuestas indicaban que no lo conseguiría.

Así pues, el Tea Party consiguió birlarle a los republicanos tres escaños que deberían haber ganado.

Y acabó con Alaska, donde el Tea Party también armó de las suyas: Lisa Murkowski fue nombrada Senadora por su padre Frank Murkowski en 2002 cuando éste fue elegido gobernador del Estado (sucediendo precisamente a su padre en el puesto de senador). Tras este espectacular acto de nepotismo, Murkowski ganó las elecciones en 2004 con poco margen sobre su oponente demócrata. En 2006, su padre fue derrotado en las primarias por una tal Sarah Palin, que se convirtió en gobernadora de Alaska, candidata a la vicepresidencia en 2008 y enemiga jurada del clan Murkowski para siempre. En 2010, Palin y el Tea Party auspiciaron la candidatura de Joe Miller contra Lisa Murkowski, y consiguió derrotarla en las primarias republicanas (es cierto que Murkowski es una republicana muy moderada para Alaska).

Esto debería haber supuesto el fin de Murkowski, pero ésta, decidida a impedir que Miller y Palin se salieran con la suya, decidió presentarse a las generales. Pero había un gran inconveniente: Alaska no permite que un candidato derrotado en unas primarias se presente como independiente. Sólo permite que el candidato se presente como "write-in" (es decir, que el elector tiene que escribir específicamente en la papeleta el nombre del candidato por el que vota, sin errores ortográficos). Ganar así es muy difícil (de hecho, sólo había pasado una vez antes en toda la historia de Estados Unidos: en 1954, cuando el repugnante Strom Thurmond ganó unas elecciones al Senado en Carolina del Sur). Pero Murkowski lo consiguió: ayudada por una coalición de republicanos y demócratas moderados, consiguió batir a Joe Miller y al candidato demócrata, y consiguió que todo el mundo supiera como escribir su complicado apellido con anuncios como éste.