jueves, 31 de marzo de 2016

This campaign is no more! It has ceased to be! Las primarias demócratas

El martes 22 y el sábado 26 se celebraron primarias demócratas en Arizona, Idaho, Utah, Washington, Alaska y Hawaii. Aunque Bernie Sanders ganó en cinco de esos seis Estados, y la prensa habló de la resurrección de su campaña, lo cierto es que la misma está tan muerta como el loro del sketch de los Monty Python:



Los resultados en sí mismos fueron los siguientes:

- Arizona: Clinton 57,6, Sanders 39,9: en la única primaria de las celebradas el día 22, Clinton logró una victoria muy clara, aupada por el apoyo latino y negro.

- Idaho: Sanders 78, Clinton 21,2: Hillary obtuvo un resultado casi igual de malo que hace ocho años contra Obama. Sin embargo, el formato del caucus, a una hora fija, favorece más a los votantes jóvenes y sin obligaciones familiares de Hillary que a los votantes más mayores de Hillary (aunque para ser justos, el Oeste interior es la peor región de Hillary).

- Utah: Sanders 79,3, Clinton 20,3: véase Idaho.

- Alaska: Sanders 81,6, Clinton 18,4: otro caucus, otra victoria abrumadora de Sanders.

- Hawaii: Sanders 69,8, Clinton 30: aunque la victoria de Sanders fue clarísima, Hillary consiguió mejorar sus resultados de ocho años atrás, cuando apenas obtuvo el 23% contra Obama, nacido en Honolulu.

- Washington: Sanders 72,7, Clinton 27,1: el último caucus del día 26 también otorgó una gran victoria a Sanders.

¿Por qué, por lo tanto, insistimos tanto en este blog con la idea de que las primarias demócratas están ya decididas? Porque el perfil de Estados en los que está ganando Sanders se acaba: apenas quedan caucuses (sólo quedan tres, dos de los cuales son en Guam y las Islas Vírgenes) y el perfil de los Estados que quedan por votar tiende a favorecer a Hillary.

La coalición de Hillary blancos moderados + negros y latinos (especialmente del Sur y del Suroeste) es más grande que la coalición de Sanders de blancos liberales (y restos de los Dixiecrats), una minoría de voto negro norteño y la mitad del voto latino norteño.

El mapa permite apreciar claramente que a pesar de las cinco victorias consecutivas de Sanders, la ventaja de Hillary a simple vista es clara: 

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El número de delegados que se precisan para ganar las primarias demócratas son 2.382. Así es como va el reparto a día de hoy, según RealClearPolitics:

Hillary Clinton: 1712 (1243 delegados, 469 superdelegados), 8.924.821 votos
Bernie Sanders: 1011 (980 delegados, 31 superdelegados), 6.397.980 votos

Como se puede ver, Hillary sigue aventajando a Sanders en más de 250 delegados elegidos por los votantes, la abrumadora mayoría de los superdelegados y más de 2,5 millones de votos.

Y como decíamos, el mapa pendiente no tiene muchos Estados favorables a Sanders, y desde luego no por el margen del 58% de media que necesita para batir a Hillary. Marco en rojo los que a día de hoy favorecen a Hillary según las encuestas y según la demografía, en azul a Sanders (más Wyoming, que es un caucus), y en verde los dudosos (siendo generosos con Sanders: Hillary ganó en 2008 seis de los siete que pongo en esa categoría, aunque a todos los que nos interesan estas cosas nos pica mucho la curiosidad por ver cómo se comportan Kentucky y West Virginia). Como se puede ver, Hillary ganará como mínimo en la mitad más o menos:


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Como se puede ver, precisamente los tres premios gordos, Nueva York, Pennsylvania y California, favorecen a Hillary. Sanders puede ganar algunos Estados pequeños y medianos (Wisconsin, Oregon), pero eso simplemente no le bastará para compensar la ventaja que ya lleva Hillary y la que le sacará con los Estados grandes y medianos (Maryland, New Jersey) que las encuestas indican que Hillary va a ganar con comodidad.

En suma, la campaña de Bernie Sanders, se diga lo que se diga, "has expired and gone to meet his maker", como decía John Cleese en el vídeo que mencionábamos al comienzo.

martes, 22 de marzo de 2016

El Partido Republicano agoniza: después del segundo Supermartes

Por su parte, el martes 15 se celebraron también primarias republicanas en Florida, Illinois, Carolina del Norte, Missouri y Ohio (y en las Islas Marianas, donde Trump se llevó todos los 9 delegados). En cuatro de los cinco Estados ganó Donald Trump, que sin embargo consiguió lo mejor de ambos mundos: echar a Marco Rubio de la carrera presidencial tras aplastarlo en Florida, pero mantener a John Kasich tras perder frente a él en Ohio, manteniendo así dividido el voto republicano.

Los resultados en sí mismos fueron los siguientes:

- Florida: Trump 45,7, Rubio 27,0, Cruz 17,1, Kasich 6,8: aunque Trump obtuvo una resonante victoria, una vez más la suma de los candidatos que se le oponían hubiera podido vencerle de hallarse unificada. Pero la división se mantuvo, y acabó con la campaña de Marco Rubio, que tuvo que retirarse tras obtener apenas una carta parte del voto en su Estado natal (posible explicación; sólo un tercio de los votantes de Florida son nacidos en Florida, por lo que no sienten un excesivo apego por su Estado). En cualquier caso Trump se llevó los 99 delegados del Estado, pese a no obtener ni siquiera el 50% de los votos.

- Illinois: Trump: 38,8, Cruz 30,3, Kasich 19,7, Rubio 8,7: un caso casi más sangrante que el de Florida: la división del voto permitió a Trump llevarse 54 de los 69 delegados pese a no llegar ni siquiera al 39% de los votos. Las normas republicanas, como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, literalmente están conduciendo a que un candidato con apenas el 40% de los votos acabe llevándose la mayoría de los delegados republicanos.

- Missouri: Trump 40,9, Cruz 40,7, Kasich 9,9, Rubio 6,1: otro caso increíble de normas insensatas: donde Trump ganó por dos décimas de voto, y se llevó 37 de los 52 delegados, con el agravante de que, una vez más la división del voto hizo que se desperdiciaran miles de votos tirados a Kasich y a Rubio, que no se llevaron ni un delegado.

- Carolina del Norte: Trump, 40,2, Cruz 36,8, Kasich 12,7, Rubio 7,7: en Carolina del Norte, donde las normas eran estrictamente proporcionales, todos los candidatos obtuvieron delegados. En todo caso, es interesante comprobar que Rubio se desplomó en todas partes, quedando muy por debajo de Kasich, al que en general había superado a lo largo de las primarias.

- Ohio: Kasich 46,8, Trump 35,6, Cruz 13,1, Rubio 2,9: la única derrota de la noche para Trump, pero en cualquier caso una buena noticia para él, dado que John Kasich ha decidido continuar, a pesar de que matemáticamente es imposible que alcance los 1.237 delegados necesarios para ganar.

En líneas generales, si acudimos a los mapas electorales, así como a las encuestas a pie de urna, podemos ver que los apoyos de Trump están bien dispersos por todo el mapa, abarcando tanto ciudades como Chicago como áreas rurales (aunque preferiblemente no de gran predominio evangélico, porque en esas gana Cruz).

Entre las cosas más preocupantes para los republicanos: el hecho de que poquísimas minorías estén votando en sus primarias: desde luego, menos de un 5% de afroamericanos, pero incluso porcentajes escasos de latinos en Texas o en Florida (un 10% en Texas, por ejemplo, frente a un 32% en las primarias demócratas, y eso que Ted Cruz se presentaba entre los republicanos; en Florida algo mejor -un 17%- pero todavía por debajo de los demócratas -un 20%- cosa que es mala teniendo en cuenta que la minoría cubana siempre había sido muy republicana en Florida y que Marco Rubio era su candidato).

En suma, el día fue excelente para Trump, que incrementó su margen de votos y delegados ampliamente. Con los resultados del pasado martes, el mapa de las primarias republicanas queda así:

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El número de delegados que se precisan para ganar las primarias republicanas son 2.382. Así es como va el reparto a día de hoy, según RealClearPolitics y Frontloading HQ:

Donald Trump: 696 delegados, 7.536.465 votos
Ted Cruz: 423 delegados, 5.477.506 votos
John Kasich: 144 delegados, 2.722.398 votos.

(Marco Rubio se ha retirado con 167 delegados, hay 22 delegados "sin designar" y 16 delegados de otros candidatos, principalmente Ben Carson)

Como se puede ver, la situación de los tres candidatos es muy distinta:

Donald Trump: realmente la única duda que queda en estos momentos es si Trump conseguirá los 1.237 delegados necesarios para ganar en la convención republicana en una primera votación o si sus rivales podrán llegar a Cleveland con una mayoría alternativa que le impida obtener la nominación. Sin embargo, la falta de coordinación hasta el momento entre sus adversarios hace presagiar lo peor.

Ted Cruz: Cruz es teóricamente el único candidato que podría alcanzar a Donald Trump, epero el principal problema es que los Estados que quedan por delante en el Este tienen pocos votantes evangélicos, que es el núcleo duro de los votantes de Cruz. Cruz puede hacerlo bien en el Oeste, pero los delegados del interior no son lo suficientemente numerosos para alcanzar a Trump, que además tiene por delante todavía a su Estado natal, Nueva York.

John Kasich: si la estrategia de Cruz es muy difícil, la de Kasich es directamente incomprensible: superado claramente por Cruz en el Oeste y muy probablemente por Trump en el Este, ¿donde espera ganar sus delegados Kasich? Ha dicho que su estrategia es llegar a una convención dividida, pero ¿qué le hace pensar que los delegados van a elegir al tercero antes que a Cruz o a Trump? Lo único que hace Kasich es dividir el voto anti-Trump con Ted Cruz sin que de ello se derive ningún beneficio plausible para ambos, sólo para Trump.

Hoy veremos una vez más los frutos de esa estrategia en acción: votan Arizona, Utah y la Samoa americana. En Arizona ganará Trump, pero una vez más sin alcanzar el 50%, gracias a la división entre Cruz y Kasich. En Utah, en cambio, Trump se enfrenta con el único grupo que realmente se está mostrando netamente refractario a sus encantos: los mormones (ciertamente, no ayuda que se haya dedicado esta semana a ir insultando a Mitt Romney, que a su vez le había criticado duramente. Tampoco ayuda su postura netamente antiinmigrantes: los mormones, que pasan siempre un par de años de misión en América Latina, son el grupo republicano más favorable de lejos a los inmigrantes).

Ahora bien, si Ted Cruz no alcanza el 50% de los votos (cosa que es improbable pero no imposible debido una vez más a la presencia de Kasich), Trump podría obtener delegados allí.

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lunes, 21 de marzo de 2016

El final (oficioso) de las primarias demócratas: Hillary Clinton gana el segundo Supermartes

El martes 15 se celebraron primarias demócratas en Florida, Illinois, Carolina del Norte, Missouri y Ohio. En los cinco Estados ganó Hillary Clinton, poniendo fin a las especulaciones que había generado su derrota la semana anterior en Michigan, y señalando, a efectos prácticos, el final de las primarias demócratas.

Los resultados en sí mismos fueron los siguientes:

- Florida: Clinton 64,4, Sanders 33,3: en el Estado más importante del día, Clinton, aupada por el apoyo masivo negro y latino (y por el voto de los blancos moderados) trituró a Sanders, sacándole 90 delegados de ventaja solo en este Estado.

- Illinois: Clinton 50,5, Sanders 48,7: en este Estado, Hillary consiguió ganar, por poco, apoyada por el voto negro (aunque resulta muy interesante comprobar que así como en el Sur profundo el voto negro apoya a Hillary en proporciones en torno al 80-90%, en el Norte, ese apoyo se reduce hasta el 70%. Y lo mismo ocurre con el voto latino: mientras que en Florida o Texas los latinos apoyaron a Hillary con porcentajes en torno al 70%, en los Estados del Norte el voto latino se divide prácticamente a partes iguales entre ella y Sanders).

- Missouri: Clinton 49,6, Sanders 49,4: Clinton consiguió su victoria más ajustada de la noche en Missouri, Aunque el voto blanco se inclinó por Sanders, el 20% de votantes negros (dos tercios votaron por Hillary) le otorgaron su mínimo margen de victoria.

- Carolina del Norte: Clinton 54,6, Sanders 40,8: el último Estado del Sur en votar le dio una victoria bastante clara a Hillary, apoyada una vez más en que el voto negro se decantó por ella en un 82% de los casos.

- Ohio: Clinton 56,5, Sanders 42,7: el resultado más sorprendente de la noche. Ohio, un Estado postindustrial, similar a Michigan, era quizá el Estado en el que una victoria de Sanders era más predecible. Sin embargo, Hillary consiguió ganar el voto blanco (además del 70% del voto negro), con lo que su margen de victoria fue mucho mayor de lo esperado.

En líneas generales, si acudimos a los mapas electorales, así como a las encuestas a pie de urna, podemos ver que los apoyos de Clinton se concentran en las grandes ciudades: Miami, Chicago, Saint Louis, Charlotte, Cleveland, mientras que Sanders gana en los suburbios y en el entorno rural.

Por otra parte, Hillary obtiene los votos de los blancos moderados, los negros (especialmente sureños) y los latinos sureños, mientras que Sanders obtiene los votos de los blancos liberales, una minoría de voto negro norteño y la mitad del voto latino norteño. Interesantemente, en los pocos Estados donde todavía son representativos, como Oklahoma, Sanders también gana el voto demócrata conservador (votantes inscritos en las primarias demócratas por motivos sentimentales-históricos, pero que en las presidenciales votan republicano).

En cualquier caso el día fue excelente para Hillary, que ganó con gran autoridad e incrementó su margen de votos y delegados ampliamente. Con los resultados del pasado martes, el mapa de las primarias demócratas queda así:

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El número de delegados que se precisan para ganar las primarias demócratas son 2.382. Así es como va el reparto a día de hoy, según RealClearPolitics:

Hillary Clinton: 1614 (1119 delegados, 467 superdelegados), 8.651.128 votos
Bernie Sanders: 856 (813 delegados, 26 superdelegados), 6.111.918 votos

Como se puede ver, el Sur ya ha terminado de votar, por lo que el mapa a partir de ahora no será "tan" favorable a Hillary, pero aún quedan bastante Estados que deberían ser buenos para ella, como Nueva York o Maryland y probablemente los del Sudoeste. Por otra parte, hay varios Estados de caucus en el Oeste que son favorables a Sanders.

En cualquier caso, esto se acaba: para poder ganar, Sanders necesitaría obtener el 58% de los votos en cada uno de los Estados que quedan por votar, y eso, sencillamente, no va a ocurrir: ni en Nueva York, ni en California o Pennsylvania, por citar sólo los tres Estados más importantes.

Hoy vota Arizona (en primarias, favorita Hillary) y Utah y Idaho (caucuses, favorito Sanders). En cualquier caso, la nominación está ya decidida, aunque probablemente Sanders aguantará hasta que Hillary alcance los 2.382 delegados necesarios para ser elegida en la convención.

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sábado, 19 de marzo de 2016

How is the Merrick Garland nomination going to play out?

On Wednesday morning, President Obama announced the nomination of Chief Judge of the United States Court of Appeals for the District of Columbia Circuit, Merrick Garland, to cover the vacancy created by the sudden death, last month, of Justice Antonin Scalia. 


Nicholas Kamm/AFP/Getty Images


Mr. Garland, 63, has been a federal judge for 19 years and Chief Judge for the last three years. He is the nominee with most federal judicial experience in history. He is absolutely qualified for a position at the Supreme Court. This is under no serious debate.

However, the problem he faces is simple: Justice Scalia was member of a 5-4 conservative (read: Republican) majority in the Supreme Court that has existed roughly since 1969. The nomination by President Obama of any person to fill his position creates the potential of a liberal majority for the first time in nearly fifty years.

Currently, there is a 54-46 current Republican majority in the Senate. Mitch McConnell, the Senate majority leader, stated just hours after Justice Scalia died that:

“The American people‎ should have a voice in the selection of their next Supreme Court Justice," he said in a statement. "Therefore, this vacancy should not be filled until we have a new President.”

That statement is blatantly absurd. Article II, section 2, paragraph 2 of the U.S. constitution clearly states that:

[The President] shall have Power, by and with the Advice and Consent of the Senate, to make Treaties, provided two thirds of the Senators present concur; and he shall nominate, and by and with the Advice and Consent of the Senate, shall appoint Ambassadors, other public Ministers and Consuls, Judges of the Supreme Court, and all other Officers of the United States, whose Appointments are not herein otherwise provided for, and which shall be established by Law: but the Congress may by Law vest the Appointment of such inferior Officers, as they think proper, in the President alone, in the Courts of Law, or in the Heads of Departments.

The Constitution clearly vests on the President (who, by the way, is President till January 20, 2017, 10 months from now) the power to make a nomination, and compels the Senate to provide "advice and consent" on said nomination. We can argue, in particular, what the word "consent" means, but it seems to anyone who is not blatanly partisan, that it means:

1) To provide hearings for the nominee (something that every nominee has received in the last 100 years)

2) To provide an up or down vote for the nominee (that is more debatable, but it could imply either an up or down vote like Robert Bork received on 1987, or at least a cloture vote like Abe Fortas suffered in 1968).

What "advice and consent" clearly does not mean is to do nothing and wait for 10 months till the next President gets elected.

What we are facing is, therefore, an exercise of pure, raw power from the Republican Senate majority, based on a simple premise: we are blocking any decision on this nominee until a Republican President is elected and he can make a different, conservative nomination.

This is nothing but an extension of the "burnt land" politics that the majority of Republicans have practiced since President Obama was elected, but it really disrupts the American political system to a rarely seen degree. It seems strange that a party that calls itself "conservative" would disrupt traditions in the U.S. Senate in such a brazen fashion, but the Republican Party, as shown by the Donald Trump nomination, seems to be on a very profound moral crisis. Ron Fournier, who is always criticised because of his "both sides do it" attitude, blames squarely on the GOP the present nomination crisis:



(Incidentally, one of the main defences of Republicans has been that Democrats would do the same if the situation was reversed. The 1987 retirement of Justice Lewis Powell, with a 55-45 Democratic Senate majority, and its substitution by Justice Anthony Kennedy, shows that such "defence" is a hollow one: Democrats put up a big fight against Robert Bork, who they deemed "too extreme" -by the way, he was- but confirmed Anthony Kennedy 97-0. Even worse, Clarence Thomas, who faced a 57-43 Democratic majority, and was accused of sexual harassment, received hearings, an up and down vote, and was confirmed. Both sides are not equal).

To a certain extent, President Obama has called the Republicans bluff, by nominating not only an absolutely qualified nominee, but the most moderate liberal he could find. He has not played identity politics with the nomination (a constant and mostly unfounded criticism by Republicans against the President): he has not appointed a young Latino, Black, or LGBT man or woman, but an aged, bland white Jew, with such bipartisan support that Orrin Hatch, the nr. 2 Republican member on the Senate Judiciary Committee, has been praising and pushing him as a candidate for years.

(Actually, some Democrats have expressed their disappointment about this nomination, but fortunately, from what I have been reading, they are in a clear minority position, since the Democratic Party is still a functioning, thinking entity, based on reality, and the reality is that Republicans hold a majority in the Senate, and the President has made a nomination that should be acceptable to them).

So now the Republicans, as they have usually found themselves on the last seven years, find themselves in an untenable position: according to polling, a majority of Americans want the Senate to consider an Obama nominee to the Supreme Court. But what is even worse: because of the high probability of a Donald Trump (or lesser probability of a Ted Cruz) nomination for President, it seems painfully predictable that the next President will be Hillary Clinton and the next Senate will be a Democratic majority one.

That is why some Republicans (Orrin Hatch, for example) are already "open" to consider hearings for Mr. Garland on the "lame-duck" Senate session after the presidential election (November-December), which is such a hypocritical statement that it simply blows one's mind. You cannot argue that the American people should have a say on the next nominee to the Supreme Court, and then, once they have chosen a new Democratic President and a Democratic Senate, disregard your previous thought and say "Ok, we will just hold hearings and vote for the nominee that was made six months ago".

Al Franken, the U.S. Senator for Minnesota, summarised the contradictions of the Republican position on a meeting of the Senate Judiciary Committee this week. It's a long video, but it's worth watching in full:



(Franken, by the way, has been a very nice surprise: a former comedian for Saturday Night Live, he has been a hard-working, extremely serious Senator, which was not necessarily what would be expected).

So, to sum up, and to answer the question which is the title of this article, how is the Merrick Garland nomination going to play out?:

1) Republican Senators will NOT allow a hearing until the election, hoping against all hope that Trump or Cruz beat Hillary Clinton.

2) However, since Hillary Clinton will be elected President and a new Democratic majority Senate will be chosen, Republicans will push the nomination during the lame-duck season, since Hillary would push for a more liberal candidate than Merrick Garland in 2017.

3) Merrick Garland will be confirmed during the lame duck. The end.

martes, 15 de marzo de 2016

Los idus de marzo han llegado: otro supermartes Republicano

El martes 8 se celebraron primarias republicanas en Idaho, Michigan y Mississipi (y caucuses en Hawaii), con resultados dispares, pero globalmente favorables a Donald Trump:

- Hawaii: Trump 43,4, Cruz 32,3, Rubio 13,2, Kasich 13: Hawaii, un Estado en el que los blancos de hecho son minoría, era, visto en retrospectiva, un Estado favorable para Trump, y ni siquiera la buena organización de Ted Cruz fue capaz de arrebatarle la victoria.

- Idaho: Cruz 45,4. Trump 28,1, Rubio 15,9, Kasich 7,4: los Estados del Oeste interior y particularmente los mormones están resultando ser uno de los grupos más resistentes a los encantos de Trump. Cruz era el favorito y ganó claramente.

- Mississipi: Trump 47,3, Cruz 36,3, Kasich 8,8, Rubio, 5,1: el último Estado del Sur profundo en votar dio a Trump una de las victorias más claras. Mississippi, con sus republicanos pobres, poco educados y racistas era un Estado muy bien diseñado para Trump.

- Michigan: Trump 36,5, Cruz 24,9, Kasich 24,3, Rubio 9,3: Michigan era el Estado más importante del martes, y en él se repitió un patrón que habitual en estas primarias: Trump ganó, pero más por la división del voto entre sus rivales que por otra cosa. Cruz reveló los límites de sus apoyos en un Estado norteño, mientras que Kasich demostró que está absorbiendo a la mayoría de los votantes de Marco Rubio, cuyo futuro es cada vez más negro.

Con los resultados del pasado martes, el mapa de las primarias republicanas queda así, según Wikipedia:

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El número de delegados que se precisan para ganar las primarias republicanas son 1.237. Así es como va el reparto a día de hoy, según Frontloading HQ y RealClearPolitics:

Donald Trump: 473 delegados, 4.340.362 votos
Ted Cruz: 368 delegados, 3.576.997 votos
Marco Rubio: 164 delegados, 2.400.564 votos
John Kasich: 63 delegados, 1.089.874 votos

Este martes se celebra el "segundo Supermartes", porque aunque sólo votan cinco Estados se trata de Estados de mucho peso: Florida, Illinois, Ohio, Carolina del Norte, Missouri.

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1) Donald Trump es claramente favorito en los dos últimos Estados sureños que quedan por votar: Florida y Carolina del Sur, ligeramente favorito en Illinois y Missouri, y probablemente pierda en Ohio, que gobierna Kasich.

Esto le supondrá unos 200 delegados, la mayoría del botín de la noche, aunque todavía estará lejos de los 1.237 que se precisan para la mayoría (y la necesita sin duda, porque el Partido Republicano lleva ya varios días comentando que en caso de que no la alcance, no podrá obtenerla en la Convención que se celebrará en Cleveland en Julio, porque los delegados anti-Trump se unirán para impedir que alcance la nominación).

2) Ted Cruz quedará probablemente segundo en Carolina del Norte, Illinois y Missouri, rascando unos cuantos delegados de aquí y de allá que le sirven para su objetivo de ser la segunda opción. Su principal problema es que Ted Cruz es tan odiado o más dentro del Partido de lo que pueda serlo Trump, así que para los delegados de la convención republicana (excepto para los más conservadores), Cruz no es una opción especialmente apetitosa.

3) El desplome de la campaña de Marco Rubio es quizá el acontecimiento más surrealista de estas primarias: un Senador joven, latino, telegénico, que hoy va a ser aplastado por Trump en el Estado del que es Senador desde hace más de cinco años, obligándolo a anunciar esta misma noche su renuncia.

4) Kasich es un misterio: para ganar las primarias tendría que obtener básicamente el 100% de los delegados que quedan por atribuirse, lo cual es absolutamente imposible. Tiene muchos menos votos y delegados que Rubio. Sin embargo, su estrategia de aguantar hasta Ohio y convertirse así en la última opción viable del establishment está siendo exitosa. Ahora bien, dicho esto, tiene 300 delegados de desventaja sobre Cruz y 400 sobre Trump, así que a lo máximo a lo que puede aspirar es a quedar tercero y llegar a una convención dividida.

Ahora bien, ¿estará dispuesta la Convención republicana a darle la nominación a su tercer candidato? Yo creo que es evidente que no. Por lo tanto, las opciones serán únicamente: Trump o Cruz (o un tercer candidato que no haya disputado las primarias, como por ejemplo Paul Ryan, el Portavoz de la Cámara de Representantes). En cualquier caso, los republicanos están consiguiendo transformar un año electoral en el que tenían como mínimo un 50% de posibilidades de recuperar la Casa Blanca en una victoria casi segura para Hillary Clinton. Tiene mucho mérito.

domingo, 13 de marzo de 2016

La marcha triunfal de Hillary desafina un poco; después de Michigan y Mississippi

El martes 8 se celebraron primarias demócratas en Michigan y Mississipi. En ambos Estados las encuestas daban como vencedora a Hillary Clinton, de manera arrolladora en el Estado sureño y de manera cómoda (veintiún puntos) en Michigan. Pues bien, los resultados fueron los siguientes:

- Mississipi: Clinton 82,6, Sanders 16,5: al igual que en el resto de Estados del Sur profundo, el voto negro salió en masa a apoyar a Hillary Clinton y le dio un triunfo aplastante.

- Michigan: Sanders: 49,8, Clinton 48,3: la pifia de las encuestas en Michigan se pareció a esto (ir al minuto 03:35):


Hay que remontarse a 1984 para encontrar un error tan monumental de las encuestas (primarias de New Hampshire, Mondale es arrollado por Gary Hart cuando las encuestas le daban una gran ventaja).

¿Qué ocurrió en Michigan? Esencialmente cuatro fenómenos distintos, de mayor a menor importancia:

1) Michigan es un Estado muy bueno para Bernie Sanders: muy castigado por la deslocalización empresarial desde hace varias décadas, el mensaje de Sanders contra los tratados de libre comercio (el NAFTA en los noventa, el acuerdo Transpacífico ahora) cala enormemente entre la gente.

2) Michigan permite votar a republicanos y especialmente a independientes en las primarias demócratas. Estos últimos fueron el 27% del electorado y apoyaron a Sanders con más del 70% de los votos, según la encuesta de salida de CNN.

3) El votante negro, además de ser muy inferior en número al voto negro en el Sur (un 21% en las primarias en Michigan, un 60% en las de Mississippi)  aunque votó todavía con mucha claridad a Hillary, no lo hizo con los márgenes abrumadores del Sur (85-90%) sino con un bastante inferior 68%.

4) Quizá hubo un pequeño punto de autocomplacencia entre los votantes de Hillary, que en algún caso se abstuvieron o incluso se pasaron en pequeños números a las primarias republicanas.

Hillary sólo ganó en Detroit y su conurbación. Sanders ganó abrumadoramente en las ciudades universitarias (Ann Arbor, Lansing) y en todo el Michigan rural.

Aunque la prensa reaccionó con el pánico habitual cada vez que Hillary sufre una derrota, lo cierto es que el día no fue en modo alguno malo para Hillary Clinton, que incrementó su ventaja en votos y delegados. Con los resultados del pasado martes, el mapa de las primarias demócratas queda así:

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El número de delegados que se precisan para ganar las primarias demócratas son 2.382. Así es como va el reparto a día de hoy, según RealClearPolitics:

Hillary Clinton: 1231 (748 delegados, 465 superdelegados), 4.940.095 votos
Bernie Sanders: 576 (542 delegados, 25 superdelegados), 3.290.824 votos

Este martes se celebra el "segundo Supermartes", porque aunque sólo votan cinco Estados se trata de Estados de mucho peso: Florida, Illinois, Ohio, Carolina del Norte, Missouri.

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Hillary Clinton es favorita en Florida y Carolina del Norte. En el primer Estado, que además es el más importante de la noche, hay una potente combinación de negros sureños, hispanos y blancos moderados que debería aupar con rotundidad a Hillary a la victoria. En el segundo Estado, faltan los hispanos, pero el número de votantes negros será muy elevado.

En los otros tres Estados, los resultados son menos predecibles: tanto Illinois como Ohio tienen un perfil parecido a Michigan (Estados industriales castigados por la globalización, con un número significativo aunque no mayoritario de minorías). Aquí Hillary es ligerísimamente favorita, aunque probablemente con un margen no superior a diez puntos.

Missouri es un Estado más complicado: híbrido entre el Sur y el Medio Oeste, apenas tenemos encuestas, pero los Estados que le rodean han tendido a votar a Sanders (¿hubiera votado Arkansas a Clinton de no ser la mujer de Bill?) por lo que uno diría que éste es ligeramente favorito (tampoco más de diez puntos de ventaja, no nos engañemos).

Clinton saldrá de la noche con una ventaja en votos y delegados todavía más fuerte que la que ostenta ahora, pero es probable que si Sanders gana uno o dos Estados continúe en la pelea, entre otras cosas porque el calendario durante el mes siguiente hasta las primarias de Nueva York le es favorable (Estados del Oeste, Wisconsin con sus universitarios) y quiere hacer sufrir a Hillary y obligarla a mantenerse a la izquierda cuanto sea necesario.

En cualquier caso, aunque sé que soy un pelmazo reiterativo, Hillary va a ganar, y con bastante autoridad. El calendario que queda tras el martes, aunque ya habrá dejado atrás a la mayoría de Estados con población negra más significativa, todavía incluye a cinco de los diez Estados con más población hispana, incluidos los dos premios más gordos que quedarán: California y Nueva York. Con esto le debería bastar para batir a Sanders más o menos con el 60% de los votos.

martes, 8 de marzo de 2016

La marcha triunfal de Hillary continúa: después del Supermartes

En cuanto a las primarias demócratas, el resultado del Supermartes no dejó lugar a dudas: Hillary Clinton venció con claridad, y a día de hoy mantiene un cómodo liderazgo tanto en votos (lleva en torno al 60% de los mismos) como en delegados.

El resultado del Supermartes fue el siguiente (en rojo, las victorias de Hillary; en azul las de Bernie Sanders):

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Alabama: Clinton 77,8, Sanders 19,2. Al igual que en todos los Estados sureños, el voto negro apoyó abrumadoramente a Hillary.

Samoa americana: Clinton obtuvo 8 delegados y Bernie 3.

Arkansas: Clinton 66,3, Sanders 29,7: es curioso que, aunque el resultado de Hillary fue excelente, no lo fue tanto como en otros Estados de los que ella no había sido primera dama durante diez años. El hecho de que la población negra de Arkansas sea inferior a la de otros Estados sureños colindantes sin duda lo explica.

Colorado: Sanders 59,3, Clinton 40,3: en líneas generales los caucuses están favoreciendo a Sanders, dado que son eventos que priman el entusiasmo de los seguidores más que los números (hay que pasarse varias horas antes de votar, oir discursos, etc.). Además, Colorado es un Estado con pocas minorías, por lo que es lógico que Sanders obtuviera la victoria.

Georgia: Clinton 71,3, Sanders 28,2: una vez más, un Estado sureño en el que el voto negro apoyó en masa a Hillary.

Massachusetts: Clinton 50,1, Sanders 48,7: quizá el resultado más interesante de la noche. El mapa de resultados revela a las claras que Hillary ganó en Boston, y Sanders en el resto del Estado, revelando una interesante división urbana-rural.

Minnesota: Sanders 61,6, Clinton 38,4: otro caucus en un Estado con pocas minorías raciales, otra victoria de Bernie Sanders, pero que no compensó en número de delegados las enormes pérdidas que padeció en el Sur.

Oklahoma: Sanders 51,9, Clinton 41,5: el único Estado en el que se celebraban primarias en el que ganó Bernie Sanders (aparte de Vermont), por tres motivos: a) escaso número de minorías, b) los demócratas liberales votaron a Sanders, y c) lo que es más curioso, los demócratas conservadores (un remanente de los tiempos de la segregación racial: sureños que se inscribieron como demócratas cuando el Sur votaba todavía demócrata pero que a día de hoy son funcionalmente republicanos) votaron a favor de Sanders pero no como apoyo al mismo sino como protesta contra Hillary Clinton, a la que también consideran inaceptablemente liberal (en 2008 pasó todo lo contrario: votaron a Clinton en masa como protesta contra Barack Obama).

Tennessee: Clinton 66,1 Sanders 32,4: otro Estado sureño, parecido a Arkansas (menos votos negros que la media del sur, pero todavía un número importante) que le dio a Hillary una cómoda victoria.

Texas: Clinton 65,2, Sanders 33,2. La aplastante victoria de Hillary no sólo le dio a ésta casi 100 delegados más que a Sanders sólo en este Estado, sino que además permitió comprobar que el voto hispano se decanta claramente por Hillary (la encuesta de salida dio una ventaja de 27 puntos a Clinton sobre Sanders entre los hispanos), poniendo un clavo más en el ataúd de las esperanzas del Senador de Vermont.

Vermont: Sanders 86,1, Clinton 13,6: como era de esperar, el estado al que representa Sanders le dio una victoria cercana a la unanimidad.

Virginia: Clinton 64,3, Sanders, 35,2: Otro Estado sureño, cuyo mapa, una vez más, es muy curioso: los únicos lugares en los que ganó Sanders son regiones del Sudoeste del Estado, plagadas de demócratas conservadores -republicanos en las generales- que votan no a favor de Sanders, sino en contra de Hillary (en 2008 votaron a favor de Hillary en contra de Obama).

El fin de semana se celebraron otras cuatro elecciones más, con los siguientes resultados: una vez más, en rojo las victorias de Hillary, y en azul las de Sanders:

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1) Kansas: Sanders 67,7, Clinton 32,3: un caucus en un Estado muy blanco supuso una vez más una clara victoria de Sanders.

2) Louisiana: Clinton 71,1 Sanders 23,2: primaria en un Estado sureño y abrumadoramente negro. Rotunda victoria de Hillary.

3) Nebraska: Sanders 57,1, Clinton 42,9: ver Kansas (de hecho, el resultado de Hillary fue interesante porque mejoró su margen respecto de 2008, cuando Obama la derrotó muy claramente).

4) Maine: Sanders 64,3, Clinton 35,5: otro caucus, esta vez en un Estado de Nueva Inglaterra, otra victoria de Bernie Sanders.

El número de delegados que se precisan para ganar las primarias demócratas son 2.382. Así es como va el reparto a día de hoy, según RealClearPolitics:

Hillary Clinton: 1130 (658 delegados, 458 superdelegados), 4.180.853 votos
Bernie Sanders: 499 (471 delegados, 22 superdelegados), 2.659.254 votos

El mapa de las primarias celebradas hasta el momento revela una vez más las fortalezas y debilidades de los candidatos:

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1) Hillary Clinton va a ganar. Es evidente que su coalición de negros, hispanos y blancos moderados es superior en número a la de Bernie Sanders. Hillary está arrasando en el Sur, su poderío entre los hispanos la hace muy potente en el Sudoeste, especialmente en California, el Estado más importante, y los Estados del Medio Oeste (que empiezan a votar en masa hoy, con Michigan) tienen una combinación de votantes proclives a Hillary que le debería dar mayorías de en torno a un 60% en los mismos.

2) Bernie Sanders es el reverso: fuerte en Nueva Inglaterra y en algunos Estados que celebran caucuses en lugar de primarias, pero débil -muy débil- con los negros y los hispanos, dos auténticos pilares de la coalición demócrata (el tercero son los blancos liberales). La cuestión es cuando decidirá Sanders finalizar su campaña (quizá después del Supermartes del 15 de marzo, cuando perderá cinco Estados importantísimos: Florida, Ohio, Carolina del Norte, Missouri e Illinois).

Entre tanto, recordemos tan solo que hoy votan Mississipi (Estado sureño en el que Hillary ganará con más del 75% de los votos) y Michigan (primarias en las que Hillary ganará con unos 20 puntos de ventaja).

domingo, 6 de marzo de 2016

El Partido Republicano se resiste a morir: tras el Supermartes

El resultado del supermartes republicano fue de difícil interpretación: por una parte, Donald Trump ganó 7 de los 11 Estados en liza. Por otra parte, no consiguió superar el 50% del voto en uno solo de dichos Estados. Es más, y esto es quizá el dato más importante: Trump obtuvo menos del 35% de los votos totales. 

En otras palabras: Trump está ganando únicamente por la división del voto entre sus rivales, y su apoyo no excede de poco más de un tercio del partido. A medida que vayan cayendo más candidatos (Ben Carson se retiró oficialmente este viernes), el apoyo a sus restantes rivales se incrementará, dado que, en principio, los votantes republicanos que hasta el momento no han apoyado a Trump no están muy inclinados a hacerlo.

El principal problema es que, debido a las peculiares normas que rigen las primarias republicanas, el día 15 de marzo se convierte en una fecha crucial, porque a partir de ese día la mayoría de los Estados pasan a ser "winner-take-all" o "winner-take-most" (es decir, que ganando el Estado, aunque sea por un voto, el vencedor se lleva el 100% o una amplia mayoría de los delegados). Y dado que Trump lidera en las encuestas, puede acabar llevándose la nominación sin obtener más del 40% de los votos totales.

En cualquier caso, el resultado del Supermartes fue el siguiente (en azul las victorias de Trump, en rojo las de Cruz y en verde la de Rubio):

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Alabama: Trump 43,4, Cruz 21,1, Rubio 18,7, Carson 10,2, Kasich 4,4: Uno de los mejores Estados de Trump, con un buen número de votantes pobres, con niveles educativos escasos y (para qué ocultarlo) sumamente racistas. Flojo resultado de todos los demás.

Alaska: Cruz 36,4, Trump 33,5, Rubio 15,1, Carson 10,9, Kasich 4,1: en general los caucuses, que premian la organización y la profesionalidad de una campaña, son malos eventos para Trump, que está obteniendo sus peores resultados en ellos (al contrario que Ted Cruz, cuya campaña es de lejos la más seria y profesional de todas las republicanas). Cruz obtuvo una trabajada victoria sobre Trump.

Arkansas: Trump 32,8, Cruz 30,5, Rubio 24,9, Carson 5.7, Kasich 3,7: una de las grandes decepciones para Cruz, que creía que obtendría la victoria, y que probablemente la hubiera logrado de no ser porque Carson le sustrajo un pequeño porcentaje de votantes evangélicos que de otro modo le hubieran llevado al triunfo.

Georgia: Trump 38,8, Rubio 24,4, Cruz 23,6, Carson 6,2, Kasich, 5.6: Trump ganó, pero una vez más lejos de la mayoría. Si vemos el mapa de los condados de Georgia en la páguina web del Huffington Post, podemos comprobar que Trump ganó en la parte rural del Estado y en la costa, pero que en Atlanta y su conurbación obtuvo resultados más flojos. Algo decepcionante el resultado de Cruz, y muy flojos, como en todo el Sur, los de Carson y Kasich.

Massachusetts: Trump 49,3, Kasich 18,0, Rubio 17,9, Cruz 9,6, Carson 2,6: el mejor Estado de Trump en el Supermartes. Una vez más, si acudimos al mapa de los distritos de Massachusetts, veremos que Trump ganó en las áreas pobres del Estado y sólo flojeó en Boston, en áreas de mayor nivel educativo, que tendieron a votar a Kasich y a Rubio (por cierto, decepcionante resultado de éste último, al que Kasich le está haciendo un daño terrible).

Minnesota: Rubio 36,5, Cruz 29,0, Trump 21,3, Carson 7,3, Kasich 5,8: el caucus de Minnesota le dio la única alegría a Rubio dentro de una noche decepcionante. Cruz obtuvo un resultado muy sólido teniendo en cuenta que Minnesota no es un Estado que le "vaya" especialmente (norteño, poco evangélico). Y Trump, que todo lo fía al carisma de su persona, obtuvo un resultado pésimo.

Oklahoma: Cruz 34,4, Trump 28,3, Rubio 26,0, Carson 6,2, Kasich 3,6: Oklahoma es un Estado muy conservador y evangélico, pero la ausencia de negros hizo que uno de los pilares de la coalición Trump (el voto racista) no fuera lo suficientemente fuerte aquí, y permitió a Cruz alzarse con la victoria (incidentalmente, vemos que en el núcleo urbano más importante, Oklahoma City, el que ganó fue Rubio).

Tennessee: Trump 38,9, Cruz 24,7, Rubio 21,2, Carson 7,6, Kasich 5,3: el resultado de Tennessee, como se puede ver, fue muy parecido al de Georgia: Trump ganando en las áreas rurales del Estado. Cruz lo hizo algo mejor que en Georgia y Rubio algo peor, porque es un Estado con núcleos urbanos menos poblados que Atlanta.

Texas: Cruz 43,8, Trump 26,7, Rubio 17,7, Kasich 4,2, Carson 4,2: el premio gordo de la noche era el Estado al que representa Ted Cruz en el Senado, y éste obtuvo un excelente resultado, que le permitió amasar dos tercios de los delegados. Trump ganó únicamente en algunos condados fronterizos con México, y Rubio no consiguió superar el  "umbral de viabilidad" (para poder obtener delegados es preciso alcanzar al menos el 20% de los votos), lo que le hizo un daño terrible.

Vermont: Trump 32,7, Kasich 30,4, Rubio 19,3, Cruz 9,7, Carson 4,2: el Estado más liberal de la Unión le dio una victoria por los pelos a Trump. Kasich obtuvo un buen segundo lugar, y aquí fue Rubio el que dividió el voto e impidió una derrota de Trump.

Virginia: Trump 34,7, Rubio 31,9, Cruz 16,9, Kasich 9,4, Carson 5,9: el reverso de Vermont: aquí la presencia de Kasich provocó que Rubio no fuera capaz de derrotar a Trump, el cual obtuvo buenos resultados en las áreas rurales del Estado, pero mucho más flojos en la capital Richmont, y en los suburbios de Washington D.C.

En suma: la división del voto republicano plasmó un mapa que genera una impresión artificial de dominio de Trump: con que el voto se hubiera desplazado algo hacia Cruz en Arkansas, hacia Kasich en Vermont y hacia Rubio en Virginia, el mapa, hubiera tenido este aspecto, que ciertamente no hubiera sugerido una victoria aplastante de Trump (4 Estados Trump, 4 Estados Cruz, 2 Estados Rubio, 1 Estado Kasich):


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Este sábado, además, se han celebrado primarias y caucuses en cuatro Estados más, con los siguientes resultados:

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1) Kansas: caucus cerrado (abierto sólo a republicanos): Cruz 48,2, Trump 23,3, Rubio 16,7, Kasich 10,7. La retirada de Carson, un claro debilitamiento de Rubio (que se está desangrando en dos direcciones- hacia Cruz a la derecha y hacia Kasich a la izquierda) y el hecho de que Trump no tiene organización efectiva real provocó una clara victoria de Ted Cruz.

2) Kentucky: semi-caucus cerrado (semi-caucus porque se podía votar durante seis horas, casi como en una primaria): Trump 35,9, Cruz 31,6, Rubio 16,4, Kasich 14,4. Aquí Trump obtuvo su algo más de un tercio habitual, Cruz siguió mejorando sobre sus resultados del Supermartes (en Tennessee, por ejemplo, el Estado de al lado, había obtenido siete puntos menos, casualmente el mismo porcentaje de Ben Carson), Rubio siguió desangrándose (cinco puntos menos que en Tennessee) y Kasich siguió creciendo a su costa.

3) Louisiana: primaria cerrada: Trump 41,4, Cruz 37,8, Rubio 11,2, Kasich 6,4. Si comparamos el resultado de Louisiana con el de Alabama, un Estado relativamente parecido, podemos observar que Trump más o menos obtuvo un resultado parecido, ligeramente a la baja, pero Cruz en cambio ha conseguido absorber el voto de Carson y buena parte del voto de Rubio (parte del cual también ha ido hacia Kasich).

4) Maine: caucus cerrado: Cruz 45,9, Trump 32,6, Kasich 12,2, Rubio 8,0: el resultado más sorprendente de la noche, porque Cruz, un sureño evangélico, no parecía el candidato más adecuado para ganar el Estado más norteño de Nueva Inglaterra. Pero se trataba de un caucus cerrado con pocos votantes, en el que la capacidad de movilizar a éstos era capital y, como hemos dicho, en eso Cruz es manifiestamente superior a sus votantes.

Como recordarán nuestros lectores, el número de delegados que se necesitan para ganar la Convención son 1237 (de un total de 2.472). Si acudimos a la página de Josh Putnam, que es a donde hay que acudir, el reparto de delegados a día de hoy es el siguiente: 

Trump: 385 (el 31,12% de los que necesita)
Cruz: 296 (el 23,93% de los que necesita)
Rubio: 125 (el 10,11% de los que necesita)
Kasich: 37 (el 2,99% de los que necesita)
Otros: 23

El mapa de las primarias celebradas hasta el momento es ya bastante revelador sobre las fortalezas y debilidades de los candidatos:

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1) Donald Trump ha ganado en los Estados del Sur (salvo en Texas y Oklahoma), aunque en ningún caso por encima del 44%. También ha obtenido excelentes resultados en Nueva Inglaterra, salvo en Maine (donde el formato de caucus le es desfavorable). Por una parte, resulta extremadamente notable que un candidato obtenga buenos resultados en el área más conservadora (la antigua Confederación) y en la más liberal (Nueva Inglaterra) del país, pero es importante insistir en que en ningún caso Trump ha sido capaz de obtener la mayoría, por lo que no es descartable que si se van retirando otros candidatos, Trump acabe siendo derrotado en un enfrentamiento uno contra uno. Por otra parte, parece que en el Oeste (salvo Nevada) Trump está obteniendo resultados algo más pobres, aunque una vez más, el formato de caucus puede tener cierta importancia en este hecho.

2) Ted Cruz: por una parte, Cruz es el candidato que está más cerca de Trump, con notable ventaja sobre los restantes. Es más, los resultados de ayer parecen indicar que se está produciendo un corrimiento del voto muy significativo de exvotantes de Carson y Rubio hacia él que puede conseguir que dispute el voto a Trump en los pocos Estados sureños que quedan por votar. El problema, esencialmente, es ése: que quedan pocos Estados sureños por votar. Cruz, como cristiano evangélico, había apostado muy fuerte por arrasar en el Sur, y Trump básicamente le ha robado la cartera, ganando en ocho de las diez primarias sureñas (todas salvo Texas y Oklahoma). Cruz puede obtener buenos resultados en el Oeste interior (Nebraska, las Dakotas, Wyoming), pero son Estados poco poblados y con pocos delegados. Es mucho más discutible que Cruz obtenga buenos resultados en el Medio Oeste (Ohio, Pennsylvania) o en la costa atlántica (Nueva York, Nueva Jersey, etc).

De cualquier forma, la estrategia de Cruz de cara al futuro es clara: convertirse en el candidato anti-Trump por eliminación de sus contrincantes. Es significativo que Cruz esté haciendo un notable esfuerzo en Florida, pese a que el resultado de ese esfuerzo no puede ser otro que dividir el voto anti-Trump. Pero Cruz sabe que si Rubio pierde en Florida y Kasich en Ohio, ambos tendrán que retirarse y de ese modo él se erigirá en la única esperanza del Partido Republicano, por más que sea una figura generalmente odiada dentro del Partido.

3) Marco Rubio: los motivos del fracaso de Rubio son verdaderamente dignos de estudio: en general, parece tratarse de un problema reducible a la siguiente ecuación: Rubio es la segunda opción de muchos votantes republicanos, pero dado que la primera opción de muchos votantes (Cruz y Kasich, primordialmente) sigue compitiendo, Rubio se ha encontrado en la horrorosa situación de ser incapaz de ganar prácticamente Estado alguno, lo cual erosiona su imagen de manera constante (las primarias de este sábado, por ejemplo, han sido muy interesantes: el retroceso de Rubio en Louisiana y en Kentucky respecto a las encuestas revela que los votantes están empezando a abandonarle, principalmente en pro de Cruz, pero también hacia la izquierda, hacia Kasich). Si Rubio no es capaz de enderezar esa situación -y no muestra señales de ser capaz de hacerlo- el 15 de marzo perderá en Florida y tendrá que poner punto y final a su campaña, acabando así con el candidato favorito del establishment.

4) John Kasich: la estrategia de Kasich es difícil de entender: es prácticamente imposible que obtenga la nominación directamente (quedan solo 1589 delegados por repartir, y el necesitaría 1.200 de los mismos). Su objetivo es ganar su Estado de Ohio, rascar quizá alguna victoria más una vez se retire Rubio en Estados de Nueva Inglaterra, de la costa atlántica y pacífica y del Medio Oeste que consideren a Ted Cruz demasiado extremista, y esperar a una convención republicana dividida de la que él resulte elegido como el candidato de consenso. ¿Posible? Sí ¿Probable? Desde luego que no, dada la continuada presencia de Trump en el juego.

En líneas generales, la estrategia republicana parece ser no ya tanto conseguir la victoria de un candidato que no sea Trump con una mayoría de delegados (aunque técnicamente es perfectamente posible que Ted Cruz lo consiga) sino bloquear su nominación en la Convención, aspirando a que Trump no alcance 1.237 delegados. El principal problema es que ambos escenarios son verdaderamente negativos para los republicanos:

- Si Trump es nominado, una parte significativa del partido optará por no votar, votar a un candidato conservador independiente (el ala derecha republicana) o a Hillary Clinton (los más moderados).

- Pero si Trump es "robado" en la Convención (a la que es probable que llegase al menos con el mayor número de delegados) muchos de sus votantes simplemente "pasarán" de las generales, lo cual también sería letal para las aspiraciones republicanas.

Resulta tremendo que los republicanos se vean en esta tesitura ante unas elecciones que, siendo caritativos hacia los demócratas, estaban al 50-50, tras ocho años de presidencia de Obama. A día de hoy, sin embargo, si los candidatos republicanos acaban siendo Trump o Cruz, Hillary Clinton es la favorita para ganar las elecciones.

¿Cómo ha llegado el Partido Republicano a esto? Es un tema tan importante que le dedicaremos un post detallado al tema, probablemente durante la segunda quincena de marzo.

Entre tanto, recordemos tan solo que este martes 8 tenemos caucuses cerrados en Hawaii (¿favorito Cruz, a la vista del resultado de Maine?), primarias cerradas en Michigan (favorito Trump) y Idaho (favorito Cruz) y abiertas en Mississipi (ligerísima ventaja Trump con Cruz pisándole los talones).

martes, 1 de marzo de 2016

¿Qué va a ocurrir en el Supermartes demócrata?

En cuanto a las primarias demócratas, como decíamos en nuestro artículo anterior, parece evidente que Hillary Clinton va a ganarlas de manera clara.

Estos son los datos esenciales para entender qué es lo que está en disputa este Supermartes demócrata:

1) Estados que votan en las primarias demócratas: 11 (más la Samoa americana), en su mayoría sureños, que reparten un total de 865 delegados de manera proporcional. Éste es el mapa:

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2) Delegados que se necesitan para ganar la Convención: 2382 (de un total de 4.763)

3) Delegados que tienen los candidatos en liza a día de hoy:

Clinton: 545 (90 delegados normales y 455 superdelegados)
Sanders: 87 (65 delegados normales y 22 superdelegados)

4) Características de cada Estado y predicciones:

Alabama: primarias abiertas (a demócratas, republicanos e independientes)- 53 delegados. Predicción: estado sureño parecido a Carolina del Sur (con una mayoría de votantes negros) en el que Hillary ganará con una mayoría aplastante.

Samoa americana: caucus cerrado (es decir, abiertos sólo a demócratas)- 6 delegados. Hillary los ganó en 2008, así que es probable que vuelva a hacerlo ahora. De todos modos, es tan poquita cosa...

Arkansas: primarias abiertas- 32 delegados- Aunque no hay tanta población negra como en otros Estados sureños, el hecho de que Hillary fuera primera dama del Estado durante diez años asegura que obtenga una clara victoria en el Estado.

Colorado: caucus cerrado- 66 delegados- el hecho de que sea un caucus puede favorecer a Sanders, pero el hecho de que sean cerrados favorece a Clinton, cuyo apoyo entre los demócratas es superior al de Sanders. La escasez de minorías en Colorado también favorece a Sanders, y la falta de encuestas impide efectuar predicción alguna. En cualquier caso, es uno de los pocos Estados en los que Sanders puede ganar.

Georgia: primarias abiertas, 102 delegados: uno de los premios gordos de la noche. Estado sureño una vez más similar a Carolina del Sur, con una mayoría de votantes negros, en el que Hillary ganará con claridad, solamente matizada por la presencia de blancos liberales en Atlanta.

Massachusetts: primarias abiertas pero sólo a demócratas e independientes. 92 delegados. Las encuestas indican que es uno de los mejores Estados para Sanders (votantes liberales y blancos), pero también indican que probablemente no le baste y que Hillary gane por poco, pero gane (ya lo hizo en 2008, pese a que Ted Kennedy y John Kerry apoyaban a Obama).

Minnesota: caucus abierto- 77 delegados. Sin encuestas, resulta extremadamente difícil determinar quién ganará. Dado que es un Estado muy blanco y cuyos demócratas son liberales, y que está al lado de Iowa, es posible que Sanders tenga una oportunidad de ganar.

Oklahoma: primaria abiertas pero sólo a democratas e independientes, 38 delegados. Oklahoma es el Estado más sorprendente: pese a ser un Estado sureño, las últimas encuestas indican que Sanders puede ganarlo, probablemente aupado por la inexistencia de minorías negras e hispanas, y por el hecho de que es un Estado pobre, una variable que tiende a ayudar a Sanders.

Tennessee: primarias abiertas- 67 delegados. Estado sureño en el que Hillary ganará con bastante autoridad (no tanto como en Georgia o Alabama, algo más parecido a Arkansas), apoyada en su gran superioridad con el voto negro.

Texas: primarias abiertas. 222 delegados. El premio gordo de la noche, Hillary aspira a un resultado espectacular, apoyada por la importante minoría negra (el 19%) y por la todavía más importante minoría hispana (el 32%). Precisamente Texas será muy interesante para calibrar si realmente Hillary está manteniendo el apoyo entre los hispanos que tenía en 2008, algo que se ha puesto en cuestión, a mi juicio, equivocadamente.

Vermont: primarias abiertas. 16 delegados. El estado al que representa Sanders, es el único lugar donde éste aplastará a Hillary, hasta el punto de que es posible que ésta no alcance el 15% de umbral de viabilidad y no obtenga delegado alguno (aunque Vermont es tan pequeño que no importa mucho).

Virginia: primarias abiertas. 95 delegados. Otro Estado sureño, aunque con mayores niveles de educación en el que las encuestas indican que Hillary ganará con autoridad, algo intermedio a sus resultados en Tennessee y Georgia.

En resumen, éste sería el mapa al final de la noche: en rojo, los Estados en los que Hillary ganará con una razonable certidumbre. En azul, Vermont, donde ganará Sanders. En verde, los Estados en los que por falta de encuestas o por pura incertidumbre no sabemos bien quién ganará.

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1) Hillary Clinton es la indiscutible favorita. Va a ganar en la mayoría de Estados, incluyendo al menos uno (Massachusetts) donde hasta hace unos pocos días podía parecer que iba a perder. Saldrá del día con una ventaja muy sólida, con el agravante de que la naturaleza proporcional de las primarias demócratas hace que una vez que un candidato coge ventaja, sea muy difícil recuperarse (eso lo descubrió amargamente Hillary en 2008 durante el mes siguiente al Supermartes, cuando Obama le derrotó en una docena de Estados, creando una ventaja que le fue imposible recuperar en meses subsiguientes, pese a ganar en Texas, Ohio o Pennsylvania).

2) Bernie Sanders sólo ganará en el Vermont al que representa en el Senado, pero su continuidad en la carrera depende de que consiga ganar un par más de Estados por lo menos (Oklahoma sería un buen premio de consolación, especialmente porque es un Estado muy inesperado). Pero seamos claros: si las encuestas aciertan, el Supermartes marcará el principio del fin para la campaña de Bernie Sanders.

Uno tiene la clara impresión, por lo demás, de que así como los republicanos están desquiciados, los demócratas cada vez son más pragmáticos, especialmente ante el riesgo cierto de que Trump sea el candidato del GOP: pondrán a su candidata más centrista y con más predicamento entre las minorías para maximizar la participación de éstas en las generales (Donald Trump es el mejor candidato posible para conseguir que el voto negro a los demócratas iguale el 92-93% que obtuvo Obama, y supere ampliamente el 71% que Obama logró entre los hispanos en 2012).

Con una coalición multicolor (blancos liberales + hispanos + negros + asiáticos + republicanos incapaces de votar a Trump) podemos encontrarnos con una victoria de Hillary similar a la de Reagan en 1984 o a la de Johnson en 1964. Algo insólito, pero posible (John Podhoretz, comentarista conservador lo expone de una manera muy clara en este artículo).

Para quien esté interesado en leer más, nuevamente Fivethirtyeight o Daily Kos Elections les orientarán bien.

¿Qué va a ocurrir en el Supermartes republicano?

Este martes votarán millones de norteamericanos en las primarias republicanas y demócratas. Las primeras son sin duda las más decisivas, dado que todo indica que en las primarias del Partido Demócrata Hillary Clinton se va a alzar con la victoria.

Estos son los datos esenciales para entender qué es lo que está en disputa este Supermartes republicano:

1) Estados que votan en las primarias republicanas: 11, en su mayoría sureños, que reparten un total de 661 delegados de manera más o menos proporcional. Éste es el mapa:

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2) Delegados que se necesitan para ganar la Convención: 1237 (de un total de 2.472)

3) Delegados que tienen los candidatos en liza a día de hoy:

Trump: 82
Cruz: 17
Rubio: 16
Kasich: 6
Carson: 5

4) Características de cada Estado y predicciones:

Alabama: primarias abiertas (a republicanos, demócratas e independientes)- 50 delegados- el ganador se lleva la mayoría. Predicción: estado sureño parecido a Carolina del Sur (evangélico, con pocos centros urbanos importantes, muchos votantes con estudios básicos) en el que Trump se llevará la victoria y la mayoría de los delegados pese a obtener sólo en torno al 40% de los votos.

Alaska: caucus cerrados (es decir, abiertos sólo a republicanos)- 28 delegados. La única encuesta de que disponemos está rancia (es de principios de enero). Intuyo que Trump ganará pero probablemente con apenas un tercio de los votos.

Arkansas: primarias abiertas- 40 delegados- Es uno de los pocos Estados sureños en los que Cruz o incluso Rubio podrían derrotar a Trump, pero al final del día sospecho que Trump ganará, al igual que en los demás.

Georgia: primarias abiertas, 76 delegados: uno de los premios gordos de la noche. Estado sureño con muchos votantes evangélicos y muchos votantes con niveles de educación bajos (una de las fortalezas de Trump), todo indica que éste ganará la mayoría de los delegados, con un 40% de los votos aproximadamente.

Massachusetts: primarias abiertas pero sólo a republicanos e independientes. 42 delegados. Las encuestas indican que es uno de los mejores Estados para Trump (votantes "somewhat conservatives", de bajo nivel educativo), que puede rozar incluso el 50% de los votos y llevarse la mayoría de los delegados frente a Rubio y Kasich (éste es uno de los pocos sitios en que Kasich aspira a obtener un resultado digno).

Minnesota: caucus abierto- 38 delegados. Sin encuestas, resulta extremadamente difícil determinar quién ganará. Marco Rubio está intentando esforzarse por conseguir el Estado, pero a la vista de la evolución de las encuestas generales, es más probable que Trump gane.

Oklahoma: primaria cerrada, 43 delegados. Estado pseudosureño (no existía en tiempos de la Guerra Civil), con muchos votantes evangélicos. Las pocas encuestas de que disponemos indican que Trump ganará, aunque Cruz y Rubio le pisan los talones.

Tennessee: primarias abiertas- 58 delegados. Estado sureño en el que Trump ganará más o menos con el 40% de los votos al que hemos hecho referencia con anterioridad, con Cruz y Rubio disputándose la segunda plaza.

Texas: primarias abiertas. 155 delegados. El premio gordo de la noche es el Estado al que representa Ted Cruz en el Senado, por lo que es el favorito para ganarlo, aunque Trump va a llevarse también un buen número de delegados. Rubio está rozando lo que se llama el "umbral de viabilidad" (para poder obtener delegados es preciso alcanzar al menos el 20% de los votos).

Vermont: primarias abiertas. 16 delegados. El único Estado cuyo electorado republicano es mayoritariamente moderado, es un Estado en el que Trump probablemente obtendrá el 40% de los votos, con Kasich o Rubio en segundo lugar (es el otro Estado bueno para Kasich además de Massachusetts).

Virginia: primarias abiertas. 49 delegados. Otro Estado sureño, aunque con mayores niveles de educación en el que las encuestas indican que Trump está cerca del 40% de los votos, con Rubio y Cruz muy por detrás suyo.

Colorado y Wyoming votan en convención cerrada, con 37 y 29 delegados. Sólo tiene interés si al final llegamos a una convención dividida, pero ya nos preocuparemos de eso si tenemos que vérnoslas con ese escenario.

En resumen, éste sería el mapa al final de la noche: en azul, los Estados en los que Trump ganará con una razonable certidumbre. En rojo, Texas, donde ganará Cruz. En verde, los Estados en los que por falta de encuestas o por pura incertidumbre no sabemos bien quién ganará.

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1) Donald Trump es el indiscutible favorito. Va a ganar en la mayoría de Estados, y encima va a ganar en Estados muy variados, tanto del Sur evangélico (Alabama, Tennessee) como del supuestamente más moderado Norte (Massachusetts, Vermont). Salvo hecatombe, saldrá del día con una ventaja muy fuerte.

2) Marco Rubio: la desgracia de Rubio es que no despunta en ningún Estado, y a lo máximo que aspira es a quedar segundo en general, y rascar alguna victoria simbólica aquí y allá (Minnesota es la candidata más evidente). El problema, además, es que es perfectamente posible que, pese a quedar segundo en la mayoría de Estados, quede tercero en número de delegados, por detrás de Ted Cruz, por lo que los incentivos de éste para retirarse serán más bien escasos.

3) Ted Cruz: Cruz sólo lucha en el Sur. Ganará su Texas natal, y quizá Arkansas, y puede incluso ser segundo en número de delegados gracias a su victoria en Texas. Pero su presencia en la papeleta este supermartes dividirá el voto conservador (especialmente en el Sur) y privará a Rubio de unos votos decisivos para intentar acercarse a Trump lo máximo posible y poder seguir luchando después del Supermartes. Una vez que el calendario se desplace hacia el Norte, Ted Cruz, cuyo perfil sureño y evangélico, y su condición de representante del ala derecha del Partido Republicano no es la más adecuada para Estados como Ohio o Michigan, sufrirá mucho.

4) John Kasich: el último candidato viable sólo lucha en el Norte (Massachusetts, Vermont, Minnesota y como máximo Virginia). Aspira a quedar segundo en esos Estados, para intentar conseguir algo de impulso de cara a las primarias de Michigan el martes que viene y las del Estado del que es gobernador, Ohio, dentro de dos semanas. Pero es muy posible que su ejecutoria sea tan floja este martes que se retire inmediatamente.

5) De Ben Carson no hablamos: sacará con suerte entre un 5 y un 10% que apenas le permitirá captar delegados y divide un voto republicano anti-Trump desesperadamente necesitado de unidad.

En resumen: si todo va como se espera, este Supermartes puede ser "el principio del fin" no ya de las primarias republicanas, sino del Partido Republicano tal y como lo conocemos. Evidentemente, Trump no conseguirá 1.237 delegados al final del día, pero mis cálculos (haciendo uso del estupendo simulador de Real Clear Politics) aplicando las encuestas de que disponemos indican que al final del día probablemente tenga una suma igual a la de Cruz y Rubio juntos.

Veremos si los resultados obligan a Kasich, Cruz o Rubio (en ese orden de probabilidad) a retirarse. Pero la hora de la unificación hace tiempo que debía haber sonado entre los republicanos si querían evitar que este demagogo que es Donald Trump se apoderase del partido. Ahora puede que ya sea tarde.

Para quien tenga más interés, este artículo de Fivethirtyeight está muy bien, como todos los suyos. Y este artículo en Daily Kos Elections tampoco está nada mal.