sábado, 19 de diciembre de 2015

Las encuestas del 20-D y los partidos nacionalistas

Por último, pasamos a analizar los porcentajes medios de votos que dan las encuestas a los partidos nacionalistas (en este caso, los datos están extraídos de Wikipedia, más el sondeo del CIS, que incomprensiblemente Wikipedia no recoge).


El primer problema es que, en este caso, el número de encuestas es más limitado (entre 11 y 13, dependiendo del caso). El segundo problema es que en todos los casos -menos el CIS- únicamente las fuerzas políticas vascas y catalanas computan en las encuestas (cuando en el actual Congreso también hay partidos nacionalistas gallegos, navarros y canarios en el hemiciclo), lo que nos obliga a acudir a las encuestas regionales, también cortesía de Wikipedia, pero con el agravante de que aquí el número de encuestas es todavía más limitado (seis en Navarra, cinco en Canarias, cuatro en Galicia).

En cualquier caso, efectuando como siempre una simple media ponderada, los resultados, en relación con las fuerzas nacionalistas que entrarán en el Congreso o que se quedarán a las puertas, son los siguientes, redondeando al dígito más cercano en el caso de los escaños:

1.ERC: 2,18% del voto total (16,37% en las encuestas regionales de Cataluña), 8 escaños (8,35)

2.  Democracia i Llibertat (Convergencia): 1,94% del voto total (15,16% en las encuestas regionales de Cataluña), 8 escaños (8,12)

3. PNV: 1,18 % del voto total (26,73% en las encuestas regionales vascas), 6 escaños (5,54)

4. EH BILDU: 1,1% del voto total (19,63% en las encuestas regionales vascas, 12,78% en las encuestas regionales navarras) 5 escaños (5,29)

5.Unió: 0,38% del voto total (no hay porcentajes regionales)- 0 escaños (0,25)

6.Coalición Canaria: 0,3% del voto total (8,88% en las encuestas regionales canarias), 1 escaño (0,72)

7. NOS- Candidatura Galega (BNG): 0,3% del voto total (5% en las encuestas regionales gallegas), 0 escaños (0,06)

8.Geroa Bai: 0,1% del voto total (12,92% en las encuestas regionales navarras), 0 escaños (0,22)

9.MÉS: no figura en encuestas nacionales (7% en las encuestas regionales baleares), 0 escaños (0,25)

Analizando porcentajes de voto y previsiones de escaños partido por partido, las conclusiones que se extraen son las siguientes:

1) ERC:

2011: 1,05% del voto (7,06% en Cataluña), 3 escaños.

Encuestas 2015: 2,18% del voto, 8 escaños (+1,13%, +5 escaños).

Dentro de su pugna con Convergencia, todo parece indicar que ERC conseguirá su propósito de derrotar por primera vez a ésta en unas elecciones generales y erigirse, si no como la primera fuerza de Cataluña (todo parece indicar que Podemos e incluso el PSC y Ciudadanos pueden superarla) ser la primera fuerza nacionalista, doblando en votos y triplicando en escaños respecto a hace cuatro años.

2) Democràcia i Llibertat (Convergencia)

2011 (como CIU): 4,17% del voto (29,35% en Cataluña), 16 escaños

Encuestas 2015: 1,94% del voto (15,16% en Cataluña), 8 escaños (-2,23% -8 escaños)

Las previsiones de DiL son el reverso oscuro (en estos días llenos de referencias a "Star Wars") de los de ERC: el partido de Artur Mas parece continuar en caída libre, perdiendo la mitad de sus votos y escaños (incluso si tenemos en cuenta que iban con Unió hace cuatro años, los resultados de las últimas elecciones catalanas revelaron que apenas el 10% de los antiguos votantes de CIU eran de Unió). 

3) PNV

2011: 1,33% del voto (27,42% en el País Vasco), 5 escaños.

Encuestas 2015: 1,18% (26,73% en el País Vasco) del voto, 6 escaños (-0,15%, + 1 escaño).

Curiosamente, aunque las encuestas le dan un ligero retroceso de votos al PNV, parece que aumentará en número de escaños, ayudado por el retroceso del Partido Popular por un flanco y de EH BILDU por el otro.

4) EH BILDU

2011: 1,37% del voto (24,12% en el País Vasco, 14,86% en Navarra), 7 escaños.

Encuestas 2015: 1,1% del voto (19,63% en el País Vasco, 12,78% en Navarra), 5 escaños (-0,27% - 2 escaños)

En el País Vasco los resultados son los inversos a los catalanes: la fuerza de izquierdas nacionalista retrocede en favor de la fuerza de derechas nacionalista (de aquella manera, porque el PNV también retrocede en votos). PODEMOS parece que será la beneficiaria de este retroceso.

5) Unió:

2011: ver resultados de CIU.

Encuestas 2015: 0,38% del voto, 0 escaños.

Unió probablemente afronta su extinción como partido político si Duran i Lleida no es capaz de llegar al 3% de los votos en Barcelona, única esperanza del partido para conseguir escaño.

6) Coalición Canaria:

2011: 0,59% del voto (15,46% en Canarias), 2 escaños.

Encuestas 2015: 0,3% del voto (8,88% en Canarias), 1 escaño (-0,29% -1 escaño)

La escisión de Nueva Canarias y la presión de cuatro partidos estatales con posibilidad de lograr escaño diezmarán a Coalición Canaria, que continuará con el declive en votos y escaños que lleva padeciendo en los últimos quince años. 

7) Nos-Candidatura Galega:

2011: 0,75% del voto (11,25% en Galicia), 2 escaños.

Encuestas 2015: 0,3% del voto (5% en Galicia), 0 escaños (-0,45%, -2 escaños).

La escisión de ANOVA, la fuerza de Jose Manuel Beiras y la posterior alianza de ésta con Podemos para formar En Marea parece que va a arrollar al BNG, que por primera vez desde 1996 no obtendrá representación en las Cortes, perdiendo además más de la mitad de sus votos.

8) Geroa Bai:

2011: 0,17% del voto (12,84% en Navarra), 1 escaño.

Encuestas 2015: 0,1% del voto (12,92% en Navarra), 0 escaños

Geroa Bai, la coalición de partidos de centroderecha nacionalistas vascos en Navarra liderada por el PNV, es el caso más curioso, porque a pesar de que puede mantener sus resultados, podría perder su escaño, arrebatado por Podemos (aunque aquí es más probable que las encuestas se equivoquen y la que pierda el escaño sea EH Bildu).

9) MÉS

2011: 7,16% del voto en Baleares (concurrieron con Equo), 0 escaños

Encuestas 2015: 7% del voto, 0 escaños.

La negativa de MÉS a concurrir con PODEMOS, al contrario que otras fuerzas nacionalistas en Galicia, impedirá que MÉS alcance escaño en esta legislatura, algo que con sus escaños en las últimas autonómicas, era un objetivo alcanzable.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Las encuestas del 20-D: una visión general (II)

Tras comparar ayer los porcentajes medios de votos que dan las encuestas a los cinco partidos que se presentan en todas las circunscripciones, ahora toca ver cómo se traducen esos porcentajes en escaños (una vez más, los datos están extraídos de la web Electomanía, así como de Wikipedia):

Escaños

(Los datos de Electomanía están ligeramente equivocados: no se incluye la última encuesta de Metroscopia, Gad3 o Sigma Dos, y se omiten las de la página web Encuestamos).

En cualquier caso, una vez corregidos esos errores, tenemos un total de 19 encuestas. Efectuando una simple media ponderada, los resultados, en relación con las cinco fuerzas de ámbito nacional, son los siguientes, redondeando al dígito más cercano:
  1. Partido Popular: 117 escaños (116,5)
  2. Partido Socialista: 81 escaños (80,78)
  3. Ciudadanos: 63 escaños (62,95)
  4. Podemos (+ aliados): 55 escaños (55,18)
  5. Izquierda Unida: 3 escaños (2,87)

Analizando porcentajes de voto y previsiones de escaños partido por partido, las conclusiones que se extraen son las siguientes:

1) Partido Popular:

2011: 45,02% del voto, 187 escaños (se le suman los votos y el porcentaje de FAC, que se presenta en coalición con el PP en estas elecciones).

Encuestas 2015: 27,48% del voto, 117 escaños (-17,54%, -70 escaños).

Todo parece indicar que el Partido Popular ganará las elecciones y probablemente, en función de los resultados y las decisiones que adopte Ciudadanos, podrá seguir gobernando. 

Dicho esto, si el resultado que predicen las encuestas se consuma, el descenso del PP será la segunda mayor debacle de un partido de gobierno en la historia democrática reciente de nuestro país (sólo superado por el hundimiento de UCD en 1982).

El PP conservará apenas el 61% de su porcentaje de votos de hace cuatro años y volverá casi a los resultados de los años 80. El daño quedará mitigado por el hecho de que en vez de enfrentarse al PSOE de Felipe González, el PP se enfrenta al PSOE más débil de la historia, pero la continuidad de Mariano Rajoy quedará en cualquier caso en entredicho, y la hemorragia de votos hacia Ciudadanos será un hecho consumado.

Ningún partido político ha intentado gobernar en España desde la restauración de la democracia con un porcentaje de votos y un número de escaños tan escaso como el que el PP presumiblemente va a cosechar, así que es probable que encaremos una legislatura corta en cualquier caso.

2) Partido Socialista Obrero Español:

2011: 28,73% del voto, 110 escaños.

Encuestas 2015: 20,57% del voto, 81 escaños (-8,16%, -29 escaños).

El resultado del PSOE será peor todavía, si cabe, que el del PP. Aunque su descenso en votos y escaños será de algo menos de la mitad, la posición de partida del PSOE era mucho peor, puesto que en 2011 sólo había conseguido 110 escaños.

Por segunda vez consecutiva, el partido cosechará el peor resultado de su historia, conservando menos del 72% de su ya escaso porcentaje de voto del 2011. Es discutible que Pedro Sánchez sobreviva a la noche electoral e incluso si intenta seguir, probablemente la presidenta de Andalucía o Eduardo Madina, el diputado vasco y su rival en las primarias, le sieguen la hierba bajo los pies.

3) Ciudadanos:

No se presentó en 2011.

Encuestas 2015: 19,22% del voto, 63 escaños.

La irrupción de Ciudadanos, como anticipábamos ayer, será verdaderamente llamativa si se consuman los pronósticos de las encuestas. Desde 1977 ningún tercer partido había alcanzado el 11% de los votos o los 24 escaños. Ciudadanos va camino de casi doblar y casi triplicar esas dos magnitudes.

Muy probablemente, la continuidad de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno dependerá de la voluntad del partido naranja. El escenario más probable, a la vista de la suma PP-Ciudadanos (117 + 63 escaños suman 180, cinco más de la mitad del hemiciclo) es un gobierno del PP con apoyos puntuales de Ciudadanos, pero que Mariano Rajoy sea quien dirija ese gobierno es discutible.

4) Podemos (+aliados):

No se presentó en 2011.

Encuestas 2015: 17,42% del voto, 55 escaños.

Igualmente llamativa será la irrupción de Podemos. Si ningún tercer partido había alcanzado un 11% de los votos desde 1977, ningún cuarto partido había superado el 8,2% de los votos y los 16 escaños. Podemos doblará y triplicará ampliamente esas marcas.

A Podemos se le plantean sin embargo, tres problemas distintos: por una parte, la debilidad del PSOE impedirá la formación de un gobierno de izquierdas (la suma PSOE + PODEMOS + IU no alcanza los 140 diputados). El segundo problema es que tanto en Cataluña como en Valencia y Galicia Podemos ha aceptado que los diputados de sus aliados (Iniciativa y Barcelona en Comú en Cataluña, Anova en Galicia y Compromís en Valencia) formen grupos parlamentarios separados, lo que reducirá sensiblemente el número de diputados puramente de Podemos en el hemiciclo. El tercer problema es que tanto en Cataluña como en Galicia los diputados de Izquierda Unida que salgan elegidos en las listas comunes acabarán probablemente intentando formar grupo con Alberto Garzón, lo que reducirá algo más el grupo parlamentario de Podemos.

5)  Izquierda Unida

2011: 6,92% del voto, 11 escaños

Encuestas 2015: 3,96% del voto, 3 escaños (-2,96%, -8 escaños).

Izquierda Unida, la tercera fuerza política en número de votos en España desde 1989, será la tercera gran damnificada de las elecciones. Es perfectamente posible que sólo obtenga un diputado en solitario (el de Alberto Garzón por Madrid), y que sólo mediante la adición de los diputados del partido que se presentan junto a Podemos en Galicia y Cataluña sea posible aumentar algo el número de escaños del partido.

En cualquier caso, IU conservará apenas el 57% de su porcentaje de votos de hace cuatro años y volverá a los desastrosos resultados de 1982 y 2008, con el agravante de que por primera vez se encontrará enfrente en la izquierda no sólo al PSOE, sino a una pujante Podemos. Veremos si IU es capaz de resistir en la próxima legislatura.

6) Una nota final para UPyD, que en 2011 obtuvo el 4,96% de los escaños y 5 escaños, y en esta ocasión desaparecerá del hemiciclo y muy probablemente procederá a disolverse en los próximos meses, tras obtener menos del 0,5% de los votos.

Mañana hablaremos de las expectativas de los partidos nacionalistas en las comunidades autónomas dónde se presentan con opciones de alcanzar escaño: Galicia, País Vasco, Navarra, Cataluña, Baleares y Canarias.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Las encuestas del 20-D: una visión general (I)

Una vez superado el absurdo límite temporal que marca nuestra ley electoral, según la cual no se pueden publicar nuevas encuestas pasadas las 23:59 horas del lunes previo a las elecciones, el panorama general que nos ofrecen las mismas es el siguiente (los datos están extraídos de la web Electomanía, así como de Wikipedia):

Porcentajes


(Los datos de Electomanía están ligeramente equivocados: no se incluye la última encuesta de Celeste-Tel ni de Sigma Dos, y se omite la última de la página web Encuestamos).

En cualquier caso, una vez corregidos esos errores, tenemos un total de 26 encuestas, lo que nos permite, en lugar de basarnos en ésta o aquélla para sustentar nuestras preferencias personales, calcular la media aritmética, lo que siempre permite reducir el margen de error. Los resultados una vez efectuada dicha media, en relación con las cinco fuerzas de ámbito nacional, son los siguientes:
  1. Partido Popular: 27,48% 
  2. Partido Socialista: 20,57%
  3. Ciudadanos: 19,22%
  4. Podemos (+ aliados): 17,42%
  5. Izquierda Unida: 3,96%

Las conclusiones que nos ofrece la media de las encuestas resultan fascinantes, por encima de la predilección que se pueda sentir por uno u otro partido:

1) En primer lugar, hay que señalar el final del bipartidismo como lo hemos conocido en nuestro país desde el inicio de la democracia. 

Las dos primeras fuerzas políticas en España siempre habían obtenido entre un 63,9% de los votos (en las primeras elecciones de 1977) y un 83,8% (en fecha tan reciente como 2008). La media de las encuestas deja a PP y PSOE en esta ocasión por debajo del 50% -apenas por encima del 48% en total-.

Ninguna primera fuerza habría ganado con un porcentaje de voto tan bajo como el que se prevé que obtenga el PP en las próximas elecciones (hasta ahora el ganador con menos votos fue la UCD en 1977, y ésta obtuvo el 34,5% de los votos, siete puntos más que los que la media de las encuestas le dan al PP).

Tampoco ninguna segunda fuerza habría obtenido un porcentaje de voto tan bajo como el que se pronostica para el PSOE (muy alejado incluso del ya paupérrimo 25,8% de los votos que obtuvo el refundado PP de Aznar en 1989).

2) Ligado con lo anterior, ninguna tercera fuerza en España había superado jamás el umbral del 11% de los votos (la que más se acercó a ello fue el Partido Comunista en las elecciones de 1979, en las que alcanzó el 10,8% de los votos).

En esta ocasión no sólo una, sino dos fuerzas, van a superar ampliamente ese umbral, quedándose, de hecho, cerca del 20%.

3) Ahora bien, la consecuencia de este hecho es que el "cerrojo" que establece nuestro peculiar sistema electoral (fruto de la sobrerepresentación de las circunscripciones pequeñas más que de la Ley d' Hondt) saltará por los aires el domingo.

Me explico: más de 100 escaños se reparten en las provincias que únicamente tienen 3, 4 ó 5 diputados. Tradicionalmente, en dichas provincias los partidos pequeños de ámbito nacional no entraban, porque no alcanzaban el "umbral" de voto necesario para ello.

Veamos los datos de las elecciones de 2000 y 2004, cortesía de la magnífica página web electionresources.org de Manuel Álvarez Rivera:

Elecciones Generales de 2000
  Escaños    Circunscripciones    Umbral Promedio  

Votos    %
  3    9      28,081    26.9  
  4    8      40,328    19.4  
  5    11      47,961    16.2  
  6    4      47,827    13.2  
  7    6      51,970    11.6  
  8    1      56,991    10.7  
  9    5      59,749    9.4  
  10    1  (Málaga)    52,723    8.1  
  11    1  (Alicante)    62,391    7.8  
  13    1  (Sevilla)    67,975    7.0  
  16    1  (Valencia)    74,388    5.5  
  31    1  (Barcelona)    74,839    2.9  
  34    1  (Madrid)    85,267    2.8  

Elecciones Generales de 2004
  Escaños    Circunscripciones    Umbral Promedio  

Votos    %
  3    9      27,934    25.0  
  4    9      44,519    19.3  
  5    9      52,378    15.9  
  6    5      49,263    12.5  
  7    5      62,405    11.8  
  8    3      58,321    10.4  
  9    4      64,253    9.2  
  10    1  (Málaga)    61,293    8.3  
  11    1  (Alicante)    72,468    8.1  
  12    1  (Sevilla)    76,616    7.0  
  16    1  (Valencia)    78,515    5.4  
  31    1  (Barcelona)    90,573    3.0  
  35    1  (Madrid)    92,743    2.6  

Como se puede ver, para obtener representación en una provincia con tres diputados se necesita entre un 25 y un 27% de votos, en una provincia de cuatro diputados se necesita en torno al 19% de los votos, en una provincia de cinco diputados se necesita en torno al 16%, y así sucesivamente. Cifras que tradicionalmente estaban fuera del alcance de los terceros partidos en España (AP en 1977 y 1979, CDS entre 1982 y 1989, UPyD en 2004 y 2008, PCE-IU a lo largo de toda su historia).

En suma: los terceros partidos prácticamente tenían imposible entrar en circunscripciones que abarcaban un tercio del parlamento (y sumamente difícil en las circunscripciones de seis a nueve diputados, que sumaban otro tercio más, y tenían umbrales de voto entre el 9 y el 13%).

En la práctica, los pequeños partidos sólo podían obtener escaños, con carácter general, en las grandes circunscripciones: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante y Málaga, y aprovecharse de algunas idiosincrasias en provincias más pequeñas (el hecho de que Fraga fuera gallego para AP, las cuencas mineras de Asturias para el PCE, la condición de abulense de Suárez para el CDS, etc). Pero millones de votos se desperdiciaban por culpa de la pequeñez de nuestras circunscripciones electorales.

4) Ese cerrojo, sin embargo, y como digo, va a saltar el domingo, porque el resultado que augura la media de las encuestas para Ciudadanos y Podemos supone que ambos partidos van a obtener representación en casi todas las provincias de 5 escaños para arriba (y en bastantes de 4 o incluso de 3 en el caso de Ciudadanos), de manera tal que su proporción en escaños no se alejará mucho -por no decir nada- de su proporción de votos.

Mañana iremos viendo el impacto partido por partido.

domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Locura total o un mero transtorno mental transitorio?: las primarias republicanas

Si hace una semana decíamos que resultaba evidente que Hillary Clinton iba a ganar las primarias demócratas, y que además iba a hacerlo con claridad, en esta ocasión, en que analizamos el estado en que se encuentran las primarias republicanas, resulta imposible predecir quíen va a ser el ganador. A lo máximo a lo que vamos a aspirar es a señalar a los candidatos más probables a la victoria.

En primer lugar, los datos que se suelen usar para determinar quiénes son los favoritos no son especialmente claros en estas primarias:

1) En cuanto a los apoyos dentro del Partido Republicano, si acudimos a la tabla de apoyos explícitos que contabiliza diariamente Fivethirtyeight, el blog de Nate Silver, a día de hoy vemos un panorama sumamente dividido, sin níngún candidato verdaderamente dominador:

- Jeb Bush, que es el candidato con más apoyos, apenas tiene 36 "puntos" de apoyo (Silver atribuye 10 puntos por gobernador, 5 por senador y 1 por congresista), lo que supone que su candidatura es apoyada por 0 de los 31 gobernadores republicanos, 3 de los 54 senadores, y 21 de los 247 congresistas (y de éstos, 11 son del Estado del que fue gobernador, Florida)

Recordemos, a modo de comparación, que Hillary, a día de hoy, tiene 391 puntos de apoyo. Así pues, es evidente que Bush, pese a ser hijo y hermano de presidentes, no ha conseguido por el momento aglutinar ni muchísimo menos a su partido. Los restantes candidatos están aún peor en apoyos (a Chris Christie le apoyan dos gobernadores pero sólo cinco congresistas, por ejemplo).

Resulta evidente que la inmensa mayoría del partido republicano está indeciso y no sabe cuál es el mejor candidato para confrontarlo con Hillary Clinton.

2) El dinero recaudado clarifica algo la situación, pero sólo hasta cierto punto:

- Jeb Bush es el candidato que ha recaudado más hasta el momento (133,3 millones de dólares), pero de esa suma "sólo" 24,8 millones son contribuciones individuales, mientras que 108,5 millones pertenecen a dinero recaudado por Comites de Acción Política (Super Pacs), dinero que no puede ser empleado en contratar personal para la campaña, por ejemplo.

(Por ejemplo, si lo comparamos con Hillary, veremos que ésta ha recaudado menos en total que Bush -97,7 millones de Euros- pero su distribución es exactamente inversa: 77,5 millones en contribuciones individuales, y 20,3 de Super Pacs. Esto indica un apoyo mucho más diversificado para Hillary).

Entre los demás republicanos hay que destacar a Ted Cruz (64,9 millones de Euros en total, 26,6 millones en contribuciones individuales -mejor que Bush- y 38,4 millones en Super Pacs), Marco Rubio (47,7 millones en total, 14,6 en contribuciones individuales, 17,3 en Super Pacs y 15,8 en "otros grupos"), y Ben Carson (31,6 millones en total, y en su práctica totalidad en contribuciones individuales, lo que revela que es el candidato que genera más entusiasmo en ciertas bases republicanas. Los demás candidatos están por debajo de los 20 millones de recaudación (Donald Trump, como es multimillonario, apenas está haciendo labores de captación de fondos).

Los datos de recaudación están todos extraídos del New York Times.

3) En cuanto a las encuestas, aunque no tienen mucho valor a tres meses de las primeras primarias, muestran a día de hoy un panorama que no tiene mucho que ver con los dos parámetros que hemos expuesto con anterioridad.

Así, en Iowa, donde se celebran los primeros caucus, tras varios meses en los que Donald Trump ha dominado, parece que ahora Ben Carson es el claro líder, con Ted Cruz y Marco Rubio a mucha distancia de ambos:



Por su parte, en New Hampshire, donde se celebran las primeras primarias, las posiciones están invertidas, con Donald Trump en primer lugar y Ben Carson en segundo lugar, y Carly Fiorina (la única mujer candidata), Jeb Bush y John Kasich a bastante distancia:


4) Escojo las encuestas de Iowa y New Hampshire a conciencia, rechazando las encuestas a nivel nacional, por un motivo muy sencillo: las primarias se celebran Estado por Estado, no a nivel nacional. Si obtiene un buen resultado en Iowa y New Hampshire, el candidato en cuestión mejora diametralmente sus resultados en las encuestas nacionales y en las siguientes primarias (eso, por ejemplo, le ocurrió a Rick Santorum en 2012). Y a la inversa: si fracasa en las primeras primarias, el candidato perderá rápidamente fuelle a nivel nacional y en las siguientes primarias (le ocurrió a Rudy Giuliani en 2008).

5) Una vez expuesta la situación en trazos generales, vamos a las posibilidades concretas de los candidatos, a los que vamos a agrupar en primer lugar en dos grupos: políticos profesionales y "novedades".

- Las "novedades" son tres: Donald Trump, un millonario neoyorquino, Ben Carson, un neurocirujano de gran prestigio en Detroit, y Carly Fiorina, una ejecutiva del sector de las nuevas tecnologías de California.

Ninguno de estos tres candidatos ha ejercido jamás un cargo político representativo: gobernador, senador o siquiera congresista (Carly Fiorina intentó ganar un escaño al Senado en California en 2010, un gran año para los republicanos, y aún así perdió por 10 puntos).

Estos tres candidatos carecen de credenciales tradicionales para ganar la Presidencia de Estados Unidos (todos los candidatos que la han ganado desde 1932 han sido gobernadores u exgobernadores (Reagan, George Bush hijo o Bill Clinton), senadores (JFK u Obama), vicepresidentes o exvicepresidentes (Truman, Johnson o George Bush padre) o comandantes en jefe de las fuerzas armadas norteamericanas en la Segunda Guerra Mundial (Eisenhower).

Por otro lado, ninguno de los tres candidatos tiene posiciones aceptables en el marco de unas primarias republicanas, bien para las bases, bien para los donantes y miembros del Partido.

Trump siempre ha mantenido posiciones clásicas del establishment republicano de Nueva York: conservador en lo económico y moderado/liberal en lo social. Lo único que resulta sorprendente en la campaña de Trump es su rabioso discurso antiinmigrante, que no coincide con las posiciones de ese ala del partido (que quiere mano de obra barata para sus empresas), pero que enardece a las bases.

Trump se declara ahora contrario al aborto, pero todos sabemos que eso es falso. Por otra parte, sus prácticas como empresario de casinos, su disipada vida conyugal (tres matrimonios, con divorcios sonoros) le alejan mucho del perfil del votante republicano medio. Aunque gracias a su discurso antiinmigración se ha mantenido en lo alto de las encuestas, a medida que los votantes se van familiarizando con candidatos más serios, lo lógico es que vaya perdiendo apoyos (de hecho, las encuestas más recientes en Iowa y New Hampshire muestran que eso es lo que está sucediendo).

Otro tanto se puede decir de Carly Fiorina, cuya única función en las primarias republicanas está siendo demostrar que no todos los candidatos son hombres. Por lo demás, su gestión como ejecutiva en Lucent o Hewlett Packard fue más bien negativa, y tambíen recae sobre ella la sospecha, como californiana, de que sus posiciones en el ámbito social son mucho más moderadas que las del Partido en general y que, como San Pablo, ha sufrido una súbita conversión en el camino hacia la Casa Blanca.

Ben Carson, por su parte, es un candidato que está excesivamente a la derecha del republicano medio: radicalmente contrario al aborto en cualquier caso, al matrimonio homosexual, totalmente ignorante en materia económica (no parece entender que es el "límite de deuda", y ha abogado repetidas veces por no elevarlo, lo que llevaría a la suspensión de pagos de Estados Unidos), ha llegado a declarar que la reforma de los seguros médicos impulsada por el presidente Obama en esta legislatura es lo peor que le ha pasado a Estados Unidos "desde la esclavitud" (se ve que la segregación racial, los linchamientos, el gangsterismo provocado por la Ley Seca, la Gran Depresión, la guerra de Vietnam son menos graves que que la gente no se arruine por sus gastos médicos).

- En cuanto a los políticos profesionales, hay una larga lista de doce candidatos que reúnen, todos ellos, credenciales tradicionales para aspirar a la Presidencia:

Jeb Bush: gobernador de Florida (1999-2007)
Marco Rubio: senador de Florida (2011-)
Ted Cruz: senador de Texas (2013-)
John Kasich: gobernador de Ohio (2011-)
Chris Christie: gobernador de Nueva Jersey (2010-)
Rand Paul: senador de Kentucky (2011-)
Mike Huckabee: gobernador de Arkansas (1996-2007)
Lindsey Graham: senador de Carolina del Sur (2003-)
Rick Santorum: senador de Pennsylvania (1995-2007)
Bobby Jindal: gobernador de Louisiana (2008-)
George Pataki: gobernador de Nueva York (1995-2006)
Jim Gilmore: gobernador de Virginia (1998-2002)

En líneas generales, merece la pena señalar que los políticos que lo están haciendo mejor son aquellos que están todavía en activo. Aquellos que han salido del retiro para la campaña (Bush, Pataki, Gilmore, incluso Huckabee) están claramente oxidados después de más de una década de no participar en procesos electorales.

En cuanto a los demás, a día de hoy candidatos como Santorum (demasiado conservador), Christie o Graham (demasiado moderados), Paul (demasiado libertario) o Jindal (que ha resultado ser un fracaso como gobernador de su Estado) no parecen tener muchas esperanzas y tampoco están consiguiendo muchos apoyos políticos o pecuniarios.

Todo parece indicar que una vez que el público concentre su atención en la contienda, y Trump, Carson y Fiorina vayan perdiendo votos, sólo Rubio y Cruz (y quizá Kasich) estarán en condiciones de aspirar a ganar las primarias. Y a pesar de todo, Bush, aunque sólo sea por venir de una familia con dos expresidentes, no puede ser descartado por completo.

En las próximas semanas deberíamos ver cómo algunos de los candidatos con menos financiación abandonan (como ya lo hicieron Scott Walker, el gobernador de Wisconsin o Rick Perry, el exgobernador de Texas), pero es muy probable que lleguemos todavía a Iowa, a principios de febrero, con entre 10 y 12 candidatos, dado que muchos no tienen incentivos para abandonar hasta el veredicto de los electores (Santorum, por ejemplo, no despegó en las primarias de 2012 hasta 15 días antes de la votación).

domingo, 25 de octubre de 2015

Hillary Clinton: la trituradora demócrata

La semana que se acaba ha dejado claro a los despistados lo que los observadores políticos más astutos llevaban diciendo desde hace meses: que Hillary Clinton iba a ganar las primarias demócratas, y que además iba a hacerlo con claridad.


Los datos son sencillamente incontestables:

1) Hillary tiene de lejos el mayor número de apoyos dentro del Partido Demócrata. Véase la tabla de apoyos explícitos que contabiliza diariamente Fivethirtyeight, el blog de Nate Silver. A día de hoy:

- Hillary tiene 373 "puntos" de apoyo (Silver atribuye 10 puntos por gobernador, 5 por senador y 1 por congresista), lo que supone que su candidatura es apoyada por 10 de los 18 gobernadores demócratas, 31 de los 46 senadores, y 118 de los 188 congresistas. La inmensa mayoría del partido está con Hillary. Punto (y algunos de los que la apoyan o bien se están reservando para cuando las fechas estén más cerca de las primarias, o bien son congresistas o Senadores en territorio republicano a los que no les conviene que se vea que apoyan a Hillary).

- Los dos únicos rivales que le quedan a día de hoy, Bernie Sanders y Martin O' Malley, tienen el apoyo de 2 y 1 congresista, respectivamente.

Hillary es la candidata más dominante de la historia de las primarias demócratas: a 100 días de los caucuses de Iowa, ningún candidato (ni Al Gore en el 2000) tenía tantos apoyos.

2) Hillary es la candidata que más dinero ha recaudado (77,5 millones de dólares a día de hoy), muy por encima de su único rival Bernie Sanders (con unos muy respetables 41,5 millones de dólares) y a años luz de Martin O Malley (3,6 millones). A eso hay que añadirle 20,3 millones de dólares de los Comités de Acción Política (Super Pacs) que la apoyan (Bernie Sanders, en un gesto de desarme unilateral absurdo, no emplea Super Pacs). Hillary también es la candidata con más dinero en mano (33 millones) aunque Sanders está más cerca de ella en este punto (27,1 millones) porque Hillary está gastando más dinero que él (es de esperar que con más tino que en 2008, cuando se encontró sin dinero en mitad de la batalla contra Obama).

Los datos de recaudación están todos extraídos del New York Times.

3) Las encuestas, aunque no tienen mucho valor a tres meses de las primeras primarias, indican que Hillary Clinton domina en todos los Estados que votarán primero, salvo quizá en New Hampshire, estado contiguo a Vermont (que es el estado natal de Sanders), e incluso allí parece que Hillary está ya mano a mano con Sanders. Aquí tenemos la media de las encuestas a día de hoy en New Hampshire, aplicando la opción "less smoothing" del "Pollster" del Huffington Post:



4) Y si todo esto no basta, reflexionemos por favor sobre lo que ha ocurrido en la última semana: tras el primer debate demócrata y tras una comparecencia ante un Comité del Congreso en el que Hillary fue acribillada a preguntas durante 11 horas por un grupo de republicanos hostiles, dos de los candidatos demócratas se han retirado y el Vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que no participará en las primarias demócratas.

Paladeen conmigo esa frase, queridos lectores: Hillary Clinton ha espantado al Vicepresidente de Estados Unidos, un señor que ya se ha presentado dos veces a las presidenciales (en 1988 y en 2008). Eso sólo lo consigues si dominas claramente la competición.

5) Esto no es 2008: Hillary no se enfrenta a un político negro con un talento excepcional como Barack Obama, sino a un Senador despeinado de 74 años de Vermont, que ni siquiera es miembro del Partido Demócrata, sino un "demócrata socialista". El ala liberal del partido (y la prensa) está empeñada en dar batalla, pero Hillary sigue contando con el 50% del partido que ya le apoyó en 2008, más otra parte sustancial de obamistas que aprecian el hecho de que aceptara ser Secretaria de Estado y se comportara con absoluta lealtad con el Presidente. Hillary tiene el apoyo de entre dos terceras y tres cuartas partes del Partido Demócrata a día de hoy, y va a ganar con claridad las primarias demócratas.

En cuanto a las generales... tal y como acababan siempre las películas de Conan, "eso ya es otra historia"

sábado, 24 de octubre de 2015

Los resultados definitivos del 27-S: una visión general

Una vez computados los resultados del voto exterior, tenemos desde hace algunos días los resultados definitivos del 27-S. Ningún escaño ha bailado, y los resultados en sí mismo apenas han cambiado en una centésima o dos entre los distintos partidos.

Lo que sí ha cambiado (y mucho) es el porcentaje de participación global, que ha pasado del 77,44% contando sólo los votantes que viven en Cataluña (votantes presenciales y por correo) a un 74,95% una vez incluido el voto exterior.

Y es que el porcentaje de participación del voto exterior ha sido paupérrimo (entre el 6 y el 9%, dependiendo de la provincia), gracias a una reforma legislativa desastrosa votada en el 2011 por la inmensa mayoría de los partidos políticos, que ha hecho muchísimo más difícil votar a nuestros residentes en el extranjero.



Dicho esto, las elecciones de 2015 continúan siendo con gran diferencia los comicios en los que hubo un mayor número de votantes en unas autonómicas: un 74,95% (en 2012 había votado el 67,76%, lo que ya había supuesto un récord), aunque una vez reflejado el voto exterior el incremento es menos espectacular.

La comparación entre la suma de los votos definitivos de los partidos independentistas con la de los partidos unionistas (entendiendo estos como los partidos cuyos votantes son total o muy mayoritariamente contrarios a la independencia) en los comicios de 2012 y 2015 veremos que el crecimiento de unos y otros fue muy diferente en 2015, como ya lo había sido en 2012, pero de forma todavía más acusada.

(La comparativa, recordémoslo, es la siguiente: 

Partidos independentistas 2012: CIU, ERC, CUP y SI se comparan con los partidos independentistas 2015: JXS y CUP.

Partidos unionistas 2012: PSC, PP, IC, C's, PxC y UPyD frente a partidos unionistas 2015: PSC, PP, CSQEP, C's, Unió, Recortes Cero y Ganemos)

Como ya hemos dicho en ocasiones anteriores, sabemos que en CSQEP y Unió existen minorías independentistas significativas, pero la gran mayoría de sus votantes (en torno al 75% en CSQEP y del 80% en Unió) son unionistas. Por su parte, Recortes Cero y Ganemos son formaciones contrarias a la independencia. El PAMCA y Pirates.Cat son los únicos partidos que excluimos de los cálculos porque son monotemáticos y genuinamente neutrales en la dinámica independencia-unionismo.

Pasemos a la comparación del número de votos, con los datos extraídos de la página web de la Generalitat (ahora con los datos del voto exterior y con pequeñas correcciones):

Bloque independentista 2015: 1.966.508 votos
Bloque independentista 2012: 1.787.656 votos
Diferencia: + 178.852

Bloque unionista 2015: 2.095.357 votos
Bloque unionista 2012: 1.705.821 votos
Diferencia: + 389.536

Porcentaje del incremento del voto independentista sobre el incremento total de los dos bloques en 2015: 31,47% (178852/568338)

Porcentaje del incremento del voto unionista sobre el incremento total de los dos bloques en 2015: 68,53% (389536/568338)

En resumen: el incremento de la participación en 2015, al igual que ya había ocurrido en 2012 fue asimétrico: por cada 31 independentistas anteriormente abstencionistas (o votantes de opciones extraparlamentarias) que fueron a votar, 69 unionistas del mismo tipo también lo hicieron.

Pero es importante resaltar que la asimetría se incrementó respecto de 2012: mientras que ese año el reparto del incremento fue 41%-59% a favor de los unionistas, esta vez ya ha sido 31%-69% (redondeando). Es decir: cuanto más se incrementa la participación en Cataluña, el porcentaje de votantes independentistas -en general y entre los nuevos votantes- va disminuyendo.

En porcentaje de voto, como se puede ver, los resultados por bloques han sido los siguientes:

Bloque independentista 2015: 47,80%
Bloque independentista 2012: 49,18%
Diferencia: - 1,38%

Bloque unionista 2015: 50,94%
Bloque unionista 2012: 46,93%
Diferencia: + 4,01%

Otros (incluido voto en blanco) 2015: 1,27%
Otros (incluido voto en blanco) 2012: 3,87%
Diferencia: - 2,60%

(Es interesante comprobar la concentración del voto que se ha producido en estas elecciones, fruto de tres factores: a) la reducción del número de candidaturas, de 18 a 11, b) la bajada del voto nulo, y c) la bajada del voto en blanco).

En la siguiente entrega, la provincia de Lleida.

martes, 13 de octubre de 2015

Caos en la Cámara de Representantes

En las últimas semanas, la disfunción en la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha alcanzado unos niveles verdaderamente desconocidos.

Todo empezó el 25 de septiembre pasado, cuando John Boehner, el Speaker de la Cámara de Representantes desde enero de 2011 y líder de los republicanos desde enero de 2007, anunció su retirada con fecha 30 de octubre.

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La posición de Speaker (literalmente, "portavoz", aunque quizá "Presidente" sería más ajustado) es tremendamente relevante: es el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes (el equivalente a nuestro Congreso) y el tercero en la línea de sucesión presidencial (tras el Presidente y el Vicepresidente).

Boehner, congresista por el octavo distrito de Ohio desde enero de 1991, es un auténtico veterano de la Cámara (es el 28ª de 435 congresistas por antigüedad), aunque no es especialmente viejo (sólo tiene 65 años). Aliado de Newt Gingrich durante los años en que éste fue Speaker (el primero republicano en 40 años), consiguió, tras un breve periodo de eclipse, alcanzar el liderazgo de los republicanos en la Cámara baja, primero como líder de la minoría y luego, tras las elecciones de medio mandato de 2010, como líder de la mayoría, tras una amplísima victoria republicana (ampliada si cabe en 2014)

Sin embargo, los años de Boehner como Speaker han venido marcados por una curiosa sensación de fracaso: entre 2011 y 2015 se enfrentó con un Senado de mayoría demócrata y aunque en las elecciones de medio mandato de 2014 los demócratas perdieron su mayoría en el Senado, conservaron su capacidad de bloqueo (el denominado "filibusterismo") y en cualquier caso, Obama ha sido presidente con capacidad de veto durante todo el periodo.

Las evaluaciones de Boehner dependen del punto de vista: desde la posición demócrata, ha sido un Speaker totalmente negativo, incapaz de alcanzar consensos con los demócratas y sin que quepa decir de él que haya aprobado leyes significativas. Desde el punto de vista de los republicanos "tradicionales", ha conseguido mantener unido a su grupo parlamentario, impidiendo fugas hacia su izquierda y bloqueando la agenda demócrata en los últimos cinco años. Pero desde el punto de vista de una facción minoritaria republicana, a la que llamaremos los "radicales", no ha sido capaz de imponerse a Obama (cómo debía imponerse a un presidente con el poder de veto es algo que los radicales nunca saben explicar).

Las luchas con esa facción (que se autodenomina el "House Freedom Caucus") han desgastado enormemente a Boehner, hasta el punto de que es el primer Speaker que se retira a medio mandato sin verse forzado a ello por un escándalo en más de 100 años. Boehner ha criticado duramente a los radicales, a los que acusa de engañar a los votantes republicanos, prometiéndoles cambiar cosas como el Obamacare cuando no existe mayoría suficiente para ello en ninguna de las dos Cámaras (se necesitan dos tercios de los votos para superar el veto presidencial).

La composición exacta del House Freedom Caucus es desconocida, pero se calcula que tiene unos 40 miembros. Ahora bien, esa cifra es muy problemática, por el siguiente motivo:

- Para ser nombrado Speaker, se necesita la mayoría absoluta de los congresistas: 218 de 435. En teoría, con 247 republicanos, el sucesor de Boehner no debería tener problemas para salir elegido.

- Pero los 40 miembros (aproximadamente) del House Freedom Caucus están dispuestos a votar a su propio candidato antes que votar a otro Boehner. Eso impide a los republicanos alcanzar la mayoría de 218, salvo que le pidan ayuda a los demócratas (ayuda que éstos desde luego no piensan dar gratis). 

- Por lo tanto, la composición de la Cámara de cara a la elección del nuevo Speaker a día de hoy es la siguiente: unos 207 republicanos "tradicionales", 40 "radicales" y 188 demócratas. La Cámara está bloqueada y Boehner, por el momento, continúa como Presidente, a fin de no dejar a la institución descabezada.

La confirmación de dicho bloqueo se produjo de la forma más espectacular posible el jueves pasado, cuando Kevin McCarthy, el nº 2 de Boehner (House Majority Leader) se presentó ante los miembros del grupo parlamentario republicano para proponer su candidatura y se dio cuenta, al parecer súbitamente, de que carecía de los 218 votos necesarios para ganar una votación.


Este hecho sembró el pánico entre los republicanos: la votación, prevista para ese mismo 8 de octubre, se ha pospuesto sine die, mientras los conservadores buscan desesperadamente en sus filas a un candidato que pueda obtener al mismo tiempo los votos de la mayoría republicana y de la minoría radical.

El único candidato que parece suscitar consenso es Paul Ryan, congresista desde enero de 1999, Presidente del Cómite de la Cámara sobre impuestos y candidato a la vicepresidencia con Mitt Romney en 2012. El problema es que Ryan no quiere el puesto (visto lo visto, no es de extrañar).

Ryan tiene unos objetivos muy claros: jibarizar el débil Estado del bienestar americano, reduciendo los programas de ayuda social: la Seguridad Social, el Medicare y el Medicaid, principalmente, y promover enormes rebajas de impuestos para los ricos. Aspira a conseguirlo a través de los Presupuestos Generales, no desde la condición de Presidente de la Cámara. Ryan es perfectamente consciente de que los 40 radicales se volverán contra él tan pronto como sea elegido, y que mientras Obama sea Presidente, no tiene posibilidad alguna de alcanzar sus objetivos presupuestarios, porque Obama se los vetará. No quiere quemarse en una lucha inútil.


El problema es que mientras los republicanos se pelean, hay una serie de plazos muy peligrosos para la economía americana que se acercan inexorablemente:

1) En torno al 5 de noviembre, el Gobierno alcanzará su "límite de deuda", definido del siguiente modo por el Tesoro norteamericano:

The debt limit is the total amount of money that the United States government is authorized to borrow to meet its existing legal obligations, including Social Security and Medicare benefits, military salaries, interest on the national debt, tax refunds, and other payments. The debt limit does not authorize new spending commitments. It simply allows the government to finance existing legal obligations that Congresses and presidents of both parties have made in the past.   

El límite de deuda debe ser elevado periódicamente por el Congreso. De no hacerlo, Estados Unidos entra en quiebra, porque no puede financiar sus obligaciones legales.

Es un sistema enloquecido, porque invita a lo que están haciendo los republicanos en los últimos años: usar deudas existentes y ya autorizadas por el Congreso para chantajear al Presidente bajo la amenaza de no pagarlas.

2) En torno a finales de año, se producirá un "cierre del gobierno" (government shutdown), que no es lo mismo que el supuesto anterior: el cierre se produce cuando la Cámara no aprueba los presupuestos para los distintos departamentos gubernamentales, obligando al cierre de los mismos ante la imposibilidad de pagar sueldos y a los proveedores en ausencia de un nuevo presupuesto.

Este mecanismo también lleva siendo utilizado de forma creciente desde 1976 por parte de los distintos partidos para obtener concesiones en el debate presupuestario. El problema es que un cierre del gobierno prolongado (como el que ocurrió en 1995 y 2013) daña a la economía, al impedir el consumo por parte de los funcionarios federales y los ingresos por parte de los contratistas públicos.

En suma: la situación no es nada divertida. Es de esperar que a) Ryan sea convencido de que tiene que sacrificarse por la causa -aunque a día de hoy no está nada claro que los 40 radicales fueran a votar por él o b) que Boehner permanezca de manera interina durante unos meses y, liberado ya de la necesidad de complacer a los radicales, pacte con los demócratas y una parte sustancial de los republicanos elevar el límite de deuda y los nuevos presupuestos.

El problema es que los republicanos están aterrorizados de que los radicales les acusen de "RINOs" (Republicans In Name Only), y de ser derrotados en las primarias por candidatos más conservadores (no es un temor fútil: es exactamente lo que le ocurrió al predecesor de Kevin McCarthy, Eric Cantor, que vio truncada su carrera en 2014 precisamente por ese motivo). Claro que peor será cómo los ciudadanos les acaben acusando de destruir la economía americana, que es lo que pasará si no se eleva el límite de deuda, algo que no ha sucedido nunca.