lunes, 30 de enero de 2012

El final del espejismo Gingrich

El 21 de enero Newt Gingrich consiguió una contundente victoria en Carolina del Sur. Sin embargo, lejos de marcar el renacimiento de su campaña electoral, lo cierto es que todo indica que dicha victoria ha supuesto la señal dentro del Partido Republicano para el arremolinamiento en torno a Newt Gingrich.

Veamos primero los resultados escuetos:

Newt Gingrich: 243.323 votos.- 40,4%
Mitt Romney: 167.417 votos.- 27,8%
Rick Santorum: 102.113 votos.- 17%
Ron Paul: 78.036 votos- 13%

(Rick Perry y Jon Huntsman, sensatamente, se retiraron días antes, al constatar que sus campañas no iban a ninguna parte).

1) Gingrich se apoyó en dos buenos debates y en el hecho de que pudo igualar en publicidad negativa a la campaña de Romney en un Estado relativamente pequeño como Carolina del Sur. Sustentado en los votantes de Mike Huckabee de hace cuatro años, pero con la ventaja añadida de tener un solo candidato a su derecha (Santorum) cuando Huckabee tuvo dos hace cuatro años (Romney -sic- y Thompson), Gingrich consiguió subirse a la ola en el momento justo.

2) El resultado de Romney, por supuesto, fue flojo. Sin embargo, el exgobernador de Massachusetts ha reaccionado con notable dureza, ahogando a Gingrich en publicidad negativa en Florida (le está batiendo con un margen de casi 5 a 1) y sacando toda la artillería pesada en términos de apoyos del "establishment" republicano (el ejemplo más característico ha sido este ataque brutal de Bob Dole, candidato a la vicepresidencia en 1976, y a la Presidencia en 1996, y líder de los republicanos en el Senado, que poco menos que imputa su derrota frente a Clinton en 1996 a la ejecutoria de Gingrich como líder de la mayoría en la Cámara de Representantes).

3) Santorum mejoró algo su resultado respecto a las encuestas, pero su momento ha pasado: el estandarte del ala conservadora del partido es Gingrich. Mañana obtendrá en Florida una honrosa tercera posición, pero realmente no se ve un camino viable para él emparedado entre dos candidatos como Romney y Gingrich.

4) Ron Paul sigue a lo suyo: mejorando sus resultados de manera clara, pero continúa sin poder llegar a más del 15-20% del partido, dependiendo del Estado.

Mañana, como decíamos, Florida. Un megaestado, en el que la unión del apoyo del aparato del partido y la publicidad negativa masiva que está recibiendo Gingrich provocará una notable victoria de Romney y el fin de las primarias republicanas (Gingrich intentará armar gresca durante un par de meses más, pero no tiene ni dinero ni organización).

sábado, 21 de enero de 2012

Cuatro pensamientos antes de Carolina del Sur

Primero: Como muy bien dice nuestro lector y cobloguero de Ático Derecha, la coronación de Romney parece que va a verse obstaculizada en Carolina del Sur. Newt Gingrich, contra todo pronóstico, ha conseguido aprovechar los dos debates de esta semana y la retirada de Rick Perry para lanzar un contraataque brutal contra Mitt Romney, cuya condición de archimillonario, curiosamente, no le está beneficiando nada en una primaria republicana.

Segundo: El secreto de la más que probable derrota de Romney en Carolina del Sur está probablemente en este encantador gráfico del Huffington Post:

0119gopspending_update

Por una parte: Gingrich ha recibido una cantidad de publicidad negativa inferior (pero todavía muy sustancial) a la que recibió en Iowa (y la demoledora entrevista con su segunda exmujer suple sin lugar a dudas la diferencia). Pero lo relevante es que mientras que apenas hubo publicidad negativa anti-Romney en Iowa, está siendo literalmente machacado (básicamente por Gingrich, pero también por Santorum) en Carolina del Sur por sus múltiples apostasías en materia de aborto, seguro sanitario, apoyo a las parejas gays, etc., todas las posiciones que defendió en sus campañas en Massachusetts en 1994 y 2002.

Tercero: Como señalé en mi comentario anterior, esperaba que Santorum se beneficiara del mutuo exterminio entre Romney y Gingrich. Parece ser que me equivoqué. Santorum ha estado correcto en los debates, pero no consigue transmitir, me parece a mí, al electorado republicano del mismo modo que un Gingrich, incluso con su historial marital y heterodoxo, logra.

Ah, y por cierto: menudo bochorno el del Partido Republicano de Iowa, que ahora dice que Santorum "probablemente" ganó los caucuses del Estado, pero que como se han perdido los votos de ocho recintos, no pueden declarar a nadie oficialmente ganador. Vergonzoso. La historia de estas primarias podría haberse sido totalmente distinta si la prensa no hubiera dado en su mayoría como ganador a Romney en Iowa cuando no lo fue.

Cuarto: Pese a todo lo anterior, no perdamos el norte: si Gingrich vence en Carolina del Sur, eso no bastará para impedir la victoria de Romney: sólo la pospondrá. Romney tiene mucho más dinero y más apoyos dentro del partido. Romney es el único candidato aceptable para la mayoría de los votantes republicanos y el "establishment" (véase la segunda tabla de esta encuesta de Gallup de principios de enero, en la que Romney tenía un margen de 28 puntos, 59 a 31, entre aquellos republicanos que lo encontraban aceptable o no, mientras que Gingrich estaba 46 a 46, es decir, tenía a tanta gente a favor como en contra).

Después de Carolina del Sur, con sus 4,6 millones de habitantes, viene Florida, con sus casi 20. Es decir, la publicidad será cuatro veces más cara. Y Gingrich se ha gastado todo ese dinero en Carolina del Sur.

En fin, veremos. Al menos la casi segura victoria hoy de Gingrich nos asegura unas primarias bastante más entretenidas.

sábado, 14 de enero de 2012

Romney avanza hacia la coronación- Después de New Hamsphire

El 10 de enero, como sabéis, fueron las primarias de New Hampshire. En primer lugar, estos fueron los resultados escuetos de las mismas:

  1. Mitt Romney: 97.600 votos- 39,31%
  2. Ron Paul: 56.872 votos- 22,91%
  3. Jon Huntsman: 41.783 votos- 16,83%
  4. Rick Santorum: 23.362 votos- 9,41%
  5. Newt Gingrich: 23.291 votos- 9,38%
  6. Rick Perry: 1.764 votos- 0,71%
Y esto es lo que me parece que significan:

1) Mitt Romney: el exgobernador de Massachusetts podía estar francamente contento. No sólo su victoria fue contundente: 8 puntos porcentuales y 22.000 votos más que en 2008, sino que el orden de sus rivales le fue extremadamente favorable: Ron Paul (que es inaceptable para tres cuartas partes del partido) segundo, Jon Huntsman con un tercer puesto insuficiente para llevarle más lejos, y su rival en Iowa, Rick Santorum, desinflado por una cuarta posición que le hace llegar cojeando a Carolina del Sur. Un éxito rotundo para Romney, que ha hecho campaña de manera constante en New Hampshire (tiene incluso una casa allí) y ha obtenido excelentes beneficios de ello.

El único dato que podría suscitar una (mínima preocupación) es que el porcentaje de votantes "muy conservadores" que apoyaron a Romney en esta ocasión (según las encuestas a pie de urna) fue inferior al 2008 (sin embargo, creo que la explicación es muy sencilla: en 2008 Romney sólo tenía a su derecha a Huckabee, y ésta vez tenía a Gingrich y Santorum, mientras que a su izquierda en 2008 tenía nada menos que a McCain y Giuliani, y ésta vez sólo al débil Huntsman. En todo caso, un levísimo indicador de que el ala derecha del partido no está totalmente cómodo con el candidato).

2) Ron Paul: vaya por delante que el resultado de Paul supone una mejora excelente respecto del 2008, donde no llegó al 8%. El mensaje de Paul obviamente está ganando impulso en el ámbito republicano. Dicho esto, es preciso recordar, antes de que algún comentarista pierda la cabeza (estoy pensando por ejemplo en Andrew Sullivan), que las posiciones de Paul en materia de drogas (legalización) y política exterior (aislacionismo, reducción drástica del presupuesto de Defensa) son anatema para la inmensa mayoría de los republicanos. Añado asimismo que el resultado de Paul en New Hampshire está algo "inflado" porque dicho Estado permite a los independientes votar en sus primarias, y como en esta ocasión no había primarias relevantes en el lado demócrata, algunos liberaltarianos (liberales libertarios) han votado por él. El apoyo "real" de las bases republicanas hacia las ideas de Paul lo veremos, por ejemplo, en las primarias de Florida, cerradas a todos los que no sean republicanos (en 2008 Paul sacó en ellas el 3,23%, un resultado raquítico, aunque no dudo que en esta ocasión alcanzará el 10% aproximadamente). Dicho esto, estoy totalmente de acuerdo (por una vez y sin que sirva de precedente) con este noble artículo de Charles Krauthammer, que dice que lo relevante es que Paul, a base de esfuerzo, se ha convertido en una fuerza minoritaria pero relevante en el Partido Republicano a la que se debe escuchar. Y eso tiene mucho mérito.

3) Jon Huntsman: es cierto que su resultado fue mejor que lo que predecían las encuestas, es cierto que es un candidato que, sobre el papel, tenía experiencia más que suficiente, y una pátina bipartidista al haber aceptado pasar de ser el gobernador republicano de Utah a embajador de Estados Unidos en China bajo un presidente demócrata.

Todo eso es cierto. Pero no lo es menos que tras estar acampado un año en New Hampshire, tras haberse postulado como el republicano más moderado de entre los candidatos de este año, menos del 17% y la tercera posición no bastan. ¿Si Huntsman es incapaz de ganar en New Hampshire, un Estado donde el 47% de los votantes eran independientes y no republicanos, donde se supone que puede ganar? ¿En Carolina del Sur?. Personalmente, creo que Huntsman se equivocó estratégicamente, poniendo excesivo énfasis en las posiciones moderadas que mantiene (uniones civiles para los homosexuales, creencia en que el cambio climático es producido por el hombre) y no en sus posiciones conservadoras (que son la mayoría: contrario al aborto, neoliberal en lo económico). A veces parecía creer que los votantes iban a ser los periodistas (que le han dado más relevancia de la que se merecía) y no los republicanos. Y otro grave error estratégico: no haber competido en Iowa: le podría haber quitado votos a Romney, haber provocado su derrota y haberle debilitado de cara a New Hampshire.

Ahora no se sabe muy bien hacia donde va su campaña ("down South", por supuesto, pero eso puede interpretarse también en sentido figurado). Después de Carolina del Sur (donde hará el ridículo) o incluso antes (si se percata de que va a hacer el ridículo), se retirará.

4) Rick Santorum: a toro pasado todos los comentaristas son muy listos y ahora dicen que Santorum debería haber esquivado New Hampshire e ido directamente a Carolina del Sur. Sin embargo, los problemas de Santorum son otros: su buen resultado en Iowa se debió simplemente a que TODOS los candidatos del ala derecha del partido se habían retirado (Cain) o habían sido baqueteados en debates y anuncios (Perry, Gingrich, Bachmann). Santorum es un candidato muy débil (su pésima financiación muestra que los contribuyentes no creen en sus posibilidades). Es cierto que era un candidato singularmente inadecuado para New Hampshire (mucho más conservador que los votantes incluso de las primarias republicanas) y que se equivocó al comparar el matrimonio gay con la poligamia ante un foro de estudiantes.

La cuestión ahora es sencillamente: ¿podrá recuperarse o se desinflará definitivamente en Carolina del Sur? Las primeras encuestas post-New Hampshire abogan por la segunda tesis, pero Santorum tiene una ventana de oportunidad muy sencilla: que Romney y Gingrich se destruyan a golpe de anuncios negativos y que él pueda resurgir al igual que hizo en Iowa. Muy difícil (la falta de carisma del candidato no ayuda, pero bueno, no es imposible).

5) Gingrich: menos del 10% no es un resultado bueno, pero Gingrich lo fía todo a Carolina del Sur (en la que su SuperPAC está lanzando una campaña salvaje contra Romney por su actuación como CEO de una empresa de capital riesgo entre 1984 y 1999 que se dedicaba a salvar -o enterrar- empresas, con ingentes beneficios).

Las primeras encuestas muestran, sorprendentemente, una recuperación de Gingrich, aunque su condición de sureño probablemente algo tiene que ver. Resulta interesante, asimismo que las encuestas reflejan una diferencia de 35 puntos de apoyo entre los votantes de Romney dependiendo de si son protestantes evangélicos (13%) o de otras denominaciones (48%). Gingrich sin duda pretende aprovecharse de la condición mormona de Romney para derrotarle en Carolina del Sur y alargar las primarias. A sus 68 años, es su última oportunidad.

Por supuesto, Romney no se va a quedar de brazos cruzados, y no tengo la menor duda de que, al igual que lo hizo en Iowa, sepultará a Gingrich bajo una tempestad de publicidad negativa. El único riesgo es que los dos acaben dañados y que Santorum pueda alcanzar la victoria en Carolina del Sur.

6) Perry: una cosa es que no haga campaña en New Hampshire, porque su electorado natural (los republicanos conservadores sureños) no vive aquí. Otra cosa es no sacar ni el 1% de los votos. Es un resultado ridículo. Si consigue remontar hasta la victoria en Carolina del Sur habrá que empezar a creer literalmente en los milagros (además, apenas le queda dinero). Pero lo normal es que no llegue ni al 10% y se retire inmediatamente.

7) Un detalle más sobre New Hampshire: en las primarias republicanas votaron 248.000 personas, 14.000 más que hace cuatro años, lo cual superficialmente es un buen resultado, con un caveat emptor importante: ¿qué tanto por ciento de los 98.000 votantes de Paul y Huntsman son votantes republicanos fiables en noviembre-? las encuestas de salida mostraban que había muchos simpatizantes demócratas especialmente entre los votantes de Huntsman que acudieron a las primarias republicanas dado que no había nada que decidir en las demócratas

8) Un último detalle relevante: el dinero importa: no hay más que ver la abrumadora diferencia entre Romney y los demás (con la excepción de Perry), tal y como se ve en el gráfico que adjunto:

http://dailydish.typepad.com/.a/6a00d83451c45669e20167607b3cb2970b-popup

Romney y su SuperPAC llevan gastados más de 15 millones de dólares en publicidad (positiva respecto de Romney y negativa respecto de los demás). Perry le ha sacado un rendimiento lamentable a sus casi 10 millones de publicidad. Ron Paul, en cambio, le ha sacado un rendimiento bastante decente a sus casi 5 millones de gastos.

Pero el problema viene después: los rivales más fuertes en Carolina del Sur de Romney son Gingrich y Santorum. Pues bien, Gingrich y su SuperPAC hasta ahora han gastado apenas 2,5 millones en anuncios (6 veces menos que Romney) y Santorum no llega al millón y medio (diez veces menos que Romney).

El dinero no lo es todo (McCain se gastó menos dinero que Romney en 2008 y pese a todo le batió). Pero las diferencias en este caso son tan abismales que resulta imposible concebir cómo Romney (incluso si es derrotado en Carolina del Sur) puede perder en Florida (un mercado televisivo carísimo, donde Romney está invirtiendo a día de hoy 6 millones de dólares en publicidad) o en los restantes Estados. Ni Gingrich ni Santorum tienen potencia de fuego suficiente para contrarrestar la cartera de Romney y sus SuperPACs. Simplemente, no es una lucha equilibrada.

En suma, el día 21 hay primarias en Carolina del Sur, y se están perfilando como la contienda decisiva. Carolina del Sur es un Estado que lleva votando republicano, sin excepción, desde 1980. Es un Estado republicano sureño clásico, conservador y religioso. Es un Estado flojo para Romney, en su condición de mormón. Pero el voto conservador está dividido entre Gingrich, Santorum y Perry. Romney puede perfectamente ganar como lo hizo McCain en 2008 (no llegó a un tercio del voto). Y eso le bastaría para sellar la nominación: el dinero se arremolinará en torno a él, el Partido también, y el resto de las primarias serán casi con total seguridad una coronación para Romney.

La única forma de que esto se alargue algunas semanas es simplemente que Romney pierda. Y aún así, por los motivos económicos que hemos expuesto antes, me parece evidente que Romney es favorito al 99,9%.

martes, 10 de enero de 2012

New Hampshire 2012: las primarias más aburridas

El 3 de enero, como sabéis, fueron los caucuses de Iowa. Me gustaría resumiros lo que me parece a mí que pasó en ellos (lo cual no necesariamente coincide con lo que la prensa dice que pasó).

En primer lugar, estos son los resultados escuetos del caucus republicano:
  1. Mitt Romney: 30,015 votos, 24.55% 
  2. Rick Santorum: 30,007 votos, 24.54% 
  3. Ron Paul: 26,219 votos, 21.45%
  4. Newt Gingrich: 16,251 votos, 13.29% 
  5. Rick Perry: 12,604 votos, 10.31%
  6. Michele Bachmann: 6,073 votos, 4.97%
  7. Jon Huntsman: 745 votos, 0.61%
¿Qué significado tienen estos resultados? Vayamos uno por uno:

1) Mitt Romney: parafraseando a Gertrude Stein: "una victoria es una victoria es una victoria" (aunque sea por ocho votos). Entre los datos positivos: Romney obtuvo resultados prácticamente idénticos a los de hace cuatro años gastando bastante menos dinero y esforzándose menos. Eso es bueno, incluso desde el punto de vista de la posibilidad de utilizar sus recursos en primarias futuras.

Entre lo negativo: después de cuatro años, sorprende un tanto que Romney sea incapaz de mejorar ni siquiera un poco sus resultados (en 2008 obtuvo seis votos más). También resulta sintomático que más del 75% de los votantes de Iowa prefirieran a otro candidato (pero eso no supone ni mucho menos que luego no voten por él en Noviembre: los partidarios de Hillary Clinton apoyaron a Obama en las generales).

Los ocho votos que le separaron de Santorum impidieron a la prensa hablar de un "gran fracaso" de Romney. La victoria no le ha dado ningún impulso en New Hampshire (pero no le hace falta, ya que su ventaja allí es abrumadora), pero sí en Carolina del Sur (donde sí le hace mucha falta). Por ahora, sigue siendo el favorito.

2) Rick Santorum: el exsenador de Pennsylvania tuvo una magnífica noche. Hay que pensar que según RealClearPolitics, la media de las encuestas el día 27 de diciembre le daba menos del 8% de los votos. El mismo día 3, la media de las encuestas le daba el 16%. Finalmente obtuvo el 24,5%. Un rotundo éxito, sin duda. Santorum se ha aprovechado de dos factores: su relativa oscuridad durante los meses previos, que le ha permitido avanzar "por debajo del radar", sin sufrir las toneladas de publicidad negativa que hundieron a Cain y dañaron a Perry y Gingrich, y el hecho de que su perfil era el más parecido al de Huckabee hace cuatro años: el candidato del ala socialmente conservadora del partido, que es la dominante en Iowa.

Pese a ello, sus resultados han sido sustancialmente peores que los de Huckabee (que batió a Romney por nueve puntos) y aunque ha empezado a recaudar dinero a buen paso y a subir en las encuestas, New Hampshire es un Estado muy malo para él (está lleno de republicanos moderados e independientes que pueden votar en las primarias, y Santorum no se ha hecho ningún favor al decir ante un auditorio de estudiantes que si se autoriza el matrimonio homosexual, el siguiente paso es la autorización de la poligamia) y un mal resultado allí le hará daño en Carolina del Sur.

3) Ron Paul: su 21,45% fue un resultado bueno (más del doble que hace cuatro años), pero el problema es que su techo no es mucho más alto (en New Hampshire sacará aproximadamente lo mismo). Además, Paul se ha beneficiado y se beneficiará del hecho de que al no haber primarias demócratas, muchos independientes y demócratas -especialmente jóvenes- a los que les apetece votar se sienten atraídos por su discurso en favor de la legalización de las drogas, de la retirada de las tropas americanas de todas partes, y del control de la política de seguridad y vigilancia ciudadana (obviando los elementos más discutibles de su política económica, así como sus posiciones neoconfederadas en materia de derechos estatales y su antiabortismo).

Paul se enfrenta con otro problema: en muchas primarias (Carolina del Sur, Florida) no se permite el acceso a independientes o demócratas, por lo que su base de apoyo se verá muy diluida.

4) Newt Gingrich: su 13% fue un resultado en mi opinión bueno, especialmente tras haber sido masacrado por el SuperPac de Romney durante un mes, y demuestra que existe un nicho de votantes maduros en el Partido Republicano que recuerdan con cariño la belicosidad de Gingrich en los años de Clinton. Las encuestas le dan todavía como tercero en Carolina del Sur, y es posible que tenga dinero suficiente como para combatir allí, pero en New Hampshire las encuestas le dan quinto, que es un mal resultado y no le da ningún impulso de cara a seguir adelante.

5) Rick Perry: Fiasco. Tras gastarse un dineral, su 10% fue un resultado malo sin paliativos, que le llevó a ir a Texas para "reevaluar" su estrategia. Inicialmente, todos pensamos que abandonaba. Curiosamente, al día siguiente Perry anunció que continuaba, aunque omitiendo por completo New Hampshire y apostándolo todo a Carolina del Sur, un Estado en el que por su condición de gobernador sureño cree que tiene posibilidades. Lo cierto es que nunca ha ocurrido que alguien que haya quedado tan mal en Iowa y New Hamsphire resurja luego en Carolina del Sur. ¿Qué está pensando Perry? La explicación más razonable es quizá la que ha dado Michael Barone (Romney es en el fondo un candidato débil, su oposición conservadora- Gingrich y Santorum - lo es todavía más, y existe una mínima ventana de oportunidad para que Perry, que todavía tiene algún dinero, pueda ganar en Carolina del Sur, que es un Estado que se adapta bien a su perfil sureño -sudista- y evangélico). Ese escenario sería, sin embargo, verdaderamente sorprendente, especialmente habida cuenta de que hoy hará el ridículo en New Hampshire.

6) Michele Bachmann: Bachmann, nativa de Iowa, entendió inmediatamente que menos del 5% en su Estado natal era un mensaje alto y claro para que abandonara. Y así lo hizo al día siguiente. Su espacio político (la derecha socialmente conservadora de índole religioso) había sido ocupado por mensajeros con más experiencia que ella y su campaña no tenía ya ningún sentido.

7) Jon Huntsman: Ridículo sin paliativos. Huntsman lo fía todo a New Hampshire (donde las encuestas de hecho lo muestran en tercer lugar). Pero obtener menos del 1% en Iowa (resultado lógico para un candidato que no sólo ignoró al Estado, sino que llegó a insultar a sus votantes) es señal evidente de que tu campaña no va a ninguna parte.

8) Un detalle más sobre Iowa: votaron 122.000 personas, un récord. Ahora bien, un 25% de esas personas no eran republicanos, sino independientes e incluso demócratas, por lo que las cifras están algo infladas, y muestran que el entusiasmo por los candidatos republicanos quizá no está en el máximo nivel posible comparado con 2008 (aunque insisto, salvo gran sorpresa, en noviembre todo el mundo se unirá trás el vencedor, incluso si este es Romney, y además votar contra Obama es para la gran mayoría de los republicanos un factor fuertemente cohesionador).

En fin, hoy vota New Hampshire, con un Mitt Romney que tiene entre 15 y 20 puntos de ventaja sobre el segundo en las encuestas, que es Ron Paul. La tercera plaza será en principio para Huntsman, y existen dudas acerca de la posición relativa de Gingrich y Santorum tras los tres primeros.

En cualquier caso, el escenario es ideal para Romney: será el primer candidato en la historia de las primarias modernas (desde 1972) que haya ganado en Iowa y New Hampshire (Reagan perdió en Iowa). Su principal rival en Iowa (Santorum) tendrá un mal resultado en New Hampshire que desinflará su burbuja, Ron Paul es inelegible para la inmensa mayoría de los republicanos, y Perry ni siquiera compite en New Hampshire.

Por eso digo que las primarias están siendo muy aburridas: llevamos un año oyendo que el favorito es Romney y efectivamente, está ganando. Romney quiere remachar esto rápidamente: aspira a ganar en Carolina del Sur (no necesita un 50%, porque el voto conservador se divide entre Gingrich, Santorum y Perry) y luego barrer en Florida el día 31. Con eso le bastaría para dar por finiquitado el proceso de primarias.

Lo cierto es que no se ve cómo sus divididos rivales pueden detener a Romney, que es de lejos el candidato más organizado, con más dinero, y por decirlo de una manera simple, el que comete menos fallos.

martes, 3 de enero de 2012

Iowa 2012: empiezan (¿y acaban?) las primarias republicanas

Queridos lectores, feliz año nuevo. Tras un largo hiato, el blog vuelve por Navidad desde las nevadas llanuras de Iowa para comentar, cuatro años después, las primarias republicanas.

Una vez más, a pocas horas de que empiecen los caucuses en el estado del Medio Oeste, merece la pena analizar, intentando separar el grano de la paja de la opinión que recibimos de los medios de comunicación norteamericanos, lo que los precedentes nos demuestran que puede pasar en las primarias norteamericanas.

En 2012 las elecciones primarias son menos divertidas que hace cuatro años porque tan solo se celebran en el campo republicano (en el bando demócrata no se ha planteado ninguna candidatura seria para competir frente al presidente Obama, lo cual es una señal de que no todo está perdido para él; no olvidemos que cuando un presidente es desafiado en sus primarias, siempre ha sido indicativo de debilidad interna y derrota en las generales- véase Roosevelt desafiando al presidente Taft en 1912, Ronald Reagan desafiando al presidente Ford en 1976, Ted Kennedy desafiando al presidente Carter en 1980 o incluso Pat Buchanan desafiando al presidente Bush padre en 1992).

Así pues, sólo tenemos a los republicanos en una primaria competitiva. Hay siete candidatos, cuyas posibilidades paso a resumir de más a menos:

1) Mitt Romney: antiguo gobernador de Massachusetts entre 2003 y 2007. En su segundo intento, el multimillonario Romney (salvo hecatombe), conseguirá la nominación. Romney ha aprovechado su experiencia de hace cuatro años, y ha efectuado una campaña inteligente, afortunada y poco arriesgada. Ha tenido la notable suerte de encontrarse con unos adversarios mucho más flojos que en el año 2008 (ninguno de los demás candidatos, a mi entender, alcanza el nivel de un McCain o un Huckabee) y ni siquiera ha tenido que emplear sus muchos millones en la misma medida en que los utilizó (sin éxito) hace cuatro años.

Sus puntos fuertes siguen siendo los mismos que hace cuatro años: es guapo (y aparenta 10 años menos de los 64 que tiene), fotogénico, casado con la misma mujer desde hace 40 años, tiene la edad adecuada para ser presidente (republicano).

Por otra parte, y lógicamente, sigue padeciendo los mismos problemas que en 2008: para empezar, es mormón. Pese a que esto no debería ser un impedimento, lo cierto es que sigue existiendo entre una minoría relevante de votantes republicanos la creencia de que los mormones no son cristianos, sino una especie de secta semi-pagana polígama. Romney ha luchado mucho por combatir esta imagen, con bastante éxito (su valoración entre los republicanos es más positiva que negativa a día de hoy) pero está por ver si el antimormonismo introduce un sesgo a la baja entre lo que proyectan las encuestas y el resultado final de las elecciones.

Existe otro problema mucho más serio que el mormonismo: fue gobernador de Massachusetts (el estado de los Kennedy y de John Kerry) y gobernó como el típico republicano de Nueva Inglaterra: moderado en lo social y conservador-liberal en lo económico. Antes de 2005 era pro-aborto, pro-uniones gay, etc. Sólo a raíz de decidir que se iba a presentar a las elecciones de 2008, giró a la derecha, y en las primarias del 2008 intentó convertirse en el candidato del ala derecha del partido, con un cierto éxito (hasta que apareció Huckabee).

Cuatro años después, Romney (hasta cierto punto para mi sorpresa) ha conseguido llegar a Iowa sin recibir toneladas de publicidad negativa por sus constantes cambios de chaqueta, si bien es cierto que entre la prensa y ciertos miembros de la base republicana continúa persiguiéndole la acusación de hombre sin convicciones y de veleta (sus campañas -fallida- para el Senado en 1994 y -triunfante- como gobernador en 2002 demuestran que Romney era mucho más "liberal" hace diez o quince años de lo que está intentando vender ahora).

Sin embargo, y pese a todo lo anterior, lo cierto es que Romney, hasta el momento, ha llevado a cabo una campaña modélica: es el único candidato que ha recibido un número significativo de apoyos entre los miembros de su partido, el único candidato que está luchando en todos los diferentes Estados iniciales con posibilidades de éxito, el único candidato que parece tener un plan a largo plazo para ganar la nominación, el único candidato (junto a Ron Paul) que se sabe las reglas para participar en las primarias de su propio patido (los demás hicieron el ridículo la semana pasada cuando no consiguieron las 10.000 firmas necesarias para participar en las primarias de Virginia).

Romney demuestra que con práctica todo es susceptible de mejorar, aunque lo que haya que mejorar sean los resultados en las primarias del partido republicano. A día de hoy puede perfectamente ganar los caucuses de Iowa (aunque yo creo que los perderá) las primarias de New Hampshire (que ganará con contundencia) y las de Florida (si gana Florida, es casi seguro que la nominación es suya, al igual que lo fue para McCain en 2008). Carolina del Sur, sureña - y sudista- y llena de protestantes evangélicos, puede ser un puente demasiado lejano, pero quizá también tenga la fortuna de McCain y consiga que el ala evangélica del partido divida sus votos y le otorgue la victoria.

Pero me estoy adelantando a los acontecimientos. Sólo añadiré que resulta verdaderamente sorprendente que el Partido Republicano de 2012, (muy) conservador en sus dos tercios, predominantemente sureño y evangélico, esté a punto de elegir como su portaestandarte a un exgobernador de Nueva Inglaterra, moderado, y además mormón. No hay que desdeñar que los republicanos se debaten entre lanzar a la arena a un candidato ideólogo -a la Goldwater en 1964- a expensas de arriesgarse a sufrir una derrota, o en lanzar al candidato más "elegible" posible, a riesgo de perder pureza ideológica en el proceso. Romney se beneficia de esa ecuación -y del hecho de que el ala moderada del partido está más o menos unificada, a excepción de Huntsman, mientras que el ala conservadora tiene cuatro candidatos de fuerza similar-

Romney se beneficia asimismo del hecho de que según nos indican las encuestas, hace cuatro años los republicanos estaban más preocupados por las "esencias". Hoy les preocupa más la economía, y ése es un terreno donde Romney, cuyas credenciales en ese terreno, al menos en una primaria republicana, son fuertes -salvó los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City del desastre en 2002 e hizo su fortuna en el sector del capital riesgo- tiene ventaja sobre sus oponentes.

En resumen: Romney es el favorito, hasta el punto de que a día de hoy no veo a otro candidato que pueda batirle, por los motivos que se verán al analizar a sus rivales.

2) Rick Santorum: congresista entre 1991 y 1995 y senador por Pennsylvania entre 1995 y 2007, Santorum se ha destacado en los últimos días como el candidato con más opciones para ganar en Iowa, porque el sector de los conservadores sociales, el más importante en las primarias republicanas en dicho Estado, ha empezado finalmente a unirse en torno a él. Tras varios meses con ningún empuje en las encuestas nacionales, en cuanto los votantes republicanos han empezado a fijarse seriamente en el proceso de primarias, ha despegado, porque es el candidato que mejor conecta con sus valores: firmemente antiabortista, profundamente antihomosexual, firmemente creyente (católico, con seis hijos, uno de los cuales tiene una enfermedad de origen genético bastante grave). Es el Huckabee de 2012, aunque carece del sentido del humor de éste y está más a la derecha que éste en todos los temas que centraban al gobernador de Arkansas.

Su postura frente a la inmigración es durísima y claramente nativista. Es extremadamente beligerante en materia de política internacional, hasta el punto de que una guerra contra Irán sería muy probable bajo un hipotético mandato suyo. Por otra parte, siempre ha sido un populista en materia económica, lo que no le hace especialmente querido para el área fiscalmente conservadora del partido.

Su registro de votaciones en el Senado durante los 12 años en que estuvo en él le muestra como un senador claramente de derechas (por ejemplo, fue uno de dos senadores que votó contra la continuidad de Robert Gates como Secretario de Estado de Defensa de Obama, pese a que había sido nombrado originariamente por Bush).

Quizá es un candidato excesivamente a la derecha incluso para el votante medio republicano, aunque no tanto en Iowa, cuyo electorado republicano es de los más conservadores de Estados Unidos. Ha recaudado muy poco dinero, y es posible que su auge en las últimas encuestas se deba únicamente a que es el único candidato conservador que no ha recibido toneladas de publicidad negativa (al contrario que Perry o Gingrich). Para ser justos, también es cierto que es, de lejos, el candidato que más se ha pateado Iowa, visitando sus 99 condados, en muchos casos por partida doble o triple, algo que los votantes aprecian.

Es posible que venza en Iowa, porque se ha subido a la cresta de la ola en el momento justo y tiene una organización seria en Iowa. Sin embargo, incluso si ganase hoy, veo verdaderas dificultades de cara al futuro: no tiene dinero ni organización en los Estados siguientes, y es muy difícil que obtenga un resultado decente en New Hampshire, cuyos votantes republicanos son más moderados que en Iowa. No así en Carolina del Sur, donde probablemente será favorito (aunque esto dependerá de cuántos candidatos conservadores queden para entonces).

Por lo demás, en las elecciones generales, sus posiciones extremistas en materia de aborto, homosexualidad e inmigración le convierten en un candidato muy peligroso... para los republicanos. Es preciso recordar que en 2006 perdió su campaña para la reelección por un margen aplastante de 17 puntos, el más amplio de la historia para un Senador republicano de Pennsylvania (aunque es cierto que Pennsylvania no vota por un republicano en las presidenciales desde 1988).

3) Ron Paul: el viejo (76 años) congresista tejano se lanza a su última campaña sin posibilidades de ganar, pero sí con la clara intención de mejorar sus resultados de hace cuatro años y luchar hasta el final (confiando de manera un tanto increíble en que su apoyo sea decisivo de cara a la Convención republicana, para decidir entre Romney y el candidato del ala derecha del partido).

Y digo de manera un tanto increíble porque las posiciones libertarias de Paul siguen siendo claramente minoritarias en el Partido Republicano. Encuesta tras encuesta muestra que tan solo una cuarta parte (como máximo) de los republicanos se muestran receptivos al discurso aislacionista de Paul en política exterior (los republicanos siguen abogando por una política de supremacía imperial en su mayor parte), y aunque están algo más interesados que hace cuatro años en sus peculiares teorías sobre la Reserva Federal y sobre la reducción del gobierno federal, siguen teniendo a Paul por lo que es: un candidato marginal. Por lo demás, la prensa ha analizado con algo más de cuidado su historial, y se ha percatado de que Paul es un revisionista pro-sudista y que su newsletter durante los ochenta albergaba un ideario claramente racista.

Todo eso le importará poco a su 15-20% de votantes, pero hace muy difícil que Paul vaya mucho más allá de esos resultados en ninguna de las primarias posteriores, especialmente en Estados claramente anti-libertarios como Carolina del Sur o Florida.

4) Newt Gingrich: congresista por Georgia entre 1979 y 1999 y Presidente de la Cámara de Representantes entre 1995 y 1999, Gingrich tuvo a principios de diciembre un momento de gloria en las encuestas que fue contenido por una brutal campaña de anuncios orquestada por los SuperPacs de Romney, que se ocuparon de recordarle a los votantes de Iowa que Gingrich es un hombre errático, que ha mantenido posiciones heterodoxas (a favor de actuar contra el cambio climático, por ejemplo).

A esto hay que añadir su flagrante hipocresía personal, así como su carácter eminentemente desagradable (le anunció a su primera esposa que quería divorciarse de ella para casarse con otra cuando ésta estaba en el hospital recuperándose de una operación para tratar un cáncer; a esta segunda esposa la engañó durante años con su actual tercera esposa, mientras sermoneaba al país sobre la inmoralidad de Bill Clinton por su affaire con Monica Lewinsky).

Por otra parte, ha sido el único Presidente de la Cámara de Representantes sancionado por conductas poco éticas (concretamente, evasión de impuestos).

En suma, una alhaja. En su haber, sin embargo, figura el hecho de que en 1994 lideró a los republicanos en su reconquista de la Cámara de Representantes por primera vez en 40 años. Los votantes más viejos (que no dejan de ser la mayoría en unas primarias republicanas) recuerdan esa victoria con cariño, aunque la conducta posterior de Gingrich probablemente ha más que amortizado ese sentimiento.

Su estilo irascible y su vida personal movida, unidas a una completa falta de organización (y hasta cierto punto de dinero) hacen que cualquier resultado por encima del cuarto puesto hoy en Iowa sería considerado como una tremenda sorpresa (por lo demás, ni siquiera eso, en mi opinión, serviría para salvar a Gingrich, que carece de la disciplina necesaria para dirigir una campaña presidencial).

5) Rick Perry: el gran misterio de estas primarias: el gobernador de Texas desde hace 11 años, sucesor de Bush hijo, entró en la carrera presidencial como el líder evidente del ala conservadora y sureña del partido. Bien financiado por sus apoyos tejanos, era desde cualquier punto de vista el candidato evidente para batir a Romney (un protestante evangélico sureño, gobernador del segundo Estado de la Unión y el más importante controlado por los republicanos). Sin embargo, y de manera completamente inusitada, se desplomó por completo en los debates, atacado por todos por su postura compasiva en materia de inmigración (en su condición de gobernador de Texas, con un 25% de votantes latinos, simplemente no podía actuar de otra manera, pero sus rivales no tuvieron piedad y él no se supo defender adecuadamente).

Pero lo que realmente acabó con él fue su catastrófica actuación en los debates (y en particular, este devastador momento). La prensa le hizo picadillo, y el estereotipo del tejano idiota (que era muy peligroso para el sucesor de Bush Jr. en Texas) se le quedó incrustado de un modo tal que no ha sido capaz de desprenderse de él. Algo que se ha comentado muy poco, y que a mí me parece significativo, es el hecho de que en el mes de julio, un mes antes de lanzarse a la refriega, Perry fue operado de la espalda con una técnica, además, muy innovadora y controvertida. Sospecho que o bien la operación no salió bien, o bien la recuperación debería haberse extendido durante mucho más tiempo. En cualquier caso, la actuación de Perry en los debates se vio muy afectada por su mala salud (obsérvese la rigidez con la que se mueve, y el perenne cuello alto, que es posible que tape un -modesto- collarín ortopédico).

Y sin embargo... su financiación ha sido mejor incluso que la de Romney, su organización en Iowa sospecho que no será mala, y si de algún modo consiguiera quedar tercero (aunque en este momento me parece imposible que Santorum, Paul o incluso Romney lo hagan peor que él) quizá podría tener una oportunidad de salvar su campaña. Pero temo que Perry hace mucho que fue derrotado (en la llamada "invisible primary", los meses previos a los caucuses de Iowa, en los que los distintos poderes del Partido Republicano eligen a sus caballos ganadores)

6) Michele Bachmann: la congresista de Minnesota tuvo su momento de gloria en Agosto, cuando ganó la encuesta informal de Ames (un invento del Partido Republicano de Iowa para recaudar fondos) y consiguió echar a Tim Pawlenty, gobernador de su Estado, que renunció a continuar tras un mal resultado en Ames (de lo que se debe estar arrepintiendo seriamente a día de hoy, porque parece evidente que hubiera tenido su momento en unas primarias en las que Bachmann, Cain, Perry, Paul, Gingrich y Romney han liderado las encuestas de Iowa en un momento u otro).

Bachmann, sin embargo, vio su triunfo en Ames completamente eclipsado por el anuncio de la entrada en la carrera presidencial de Rick Perry y nunca volvió realmente a levantar el vuelo, opacada por las subidas de Cain, Gingrich, Paul y ahora Santorum. Por lo demás, la congresista tiene poco a su favor: es una extremista irrelevante en la Cámara de Representantes, ignorante en materia de política exterior e interior, partidaria de acabar con la Seguridad Social y Medicaid...

Para acabar de rematar su campaña en Iowa, el director de la misma se pasó la semana pasada al bando de Ron Paul, lo cual por supuesto supuso una última salva de publicidad negativa para Bachmann.

7) Jon Huntsman: Huntsman, gobernador de Utah entre 2005 y 2009, y embajador en China entre 2009 y 2011 (es decir, nombrado por Obama) ha sido también un notable fiasco. Ha abandonado Iowa por completo y se ha concentrado en la siguiente primaria, en New Hampshire, pero es improbable que obtenga nada provechoso de ello, porque para ganar en las primarias republicanas hay que competir en ambas (McCain, aunque obtuvo un mal resultado en Iowa en 2008, compitió y mejoró sus pésimos resultados del año 2000, lo que le bastó para coger impulso y batir a Romney en New Hampshire).

Huntsman, (mal) asesorado por el equipo de McCain en 2008, se equivocó estratégicamente en un doble sentido: en primer lugar, al aceptar el nombramiento de embajador en China por parte de Obama en 2009 (especialmente si ya estaba tramando presentarse a las primarias de 2012), porque el votante medio republicano (de manera injusta, pero natural) le examina con un grave recelo al haber aceptado un nombramiento importante de un presidente demócrata. En segundo lugar, al presentarse como el más moderado de los candidatos en las primarias de un partido que lleva muchos años moviéndose hacia la derecha. Huntsman ha enfatizado su creencia de que el cambio climático está producido por el hombre, apoya las uniones civiles para los homosexuales, y tiene una política hacia los inmigrantes razonable y compasiva. Todo eso, que le haría mucho bien en la campaña de las generales, le ha alejado radicalmente del votante republicano medio en las primarias, y va a conllevar, junto al hecho de que también es mormón como Romney, y de que no ha hecho campaña en Iowa, un resultado pésimo allí y también en New Hampshire.

Este comentario es ya muy largo, pero os adjunto la media de los sondeos de los últimos meses según los muchachos de Pollster.com (ahora en The Huffington Post), en la que se puede apreciar la situación en las encuestas a día de hoy: como se puede ver, Romney se ha mantenido estable durante los últimos meses, si bien tiene poco potencial al alza. Ron Paul, por su parte, vio súbitamente frenado su ascenso al recibir ataques por parte de la prensa en relación con sus conexiones con grupos racistas, aunque a día de hoy cotiza segundo en las encuestas. Se puede observar asimismo el espectacular avance de Santorum en la última quincena, que puede perfectamente hacerle superar a Paul o incluso a Romney esta noche. Por último, se puede ver la tendencia a la baja de Gingrich, Perry y Bachmann, que muy posiblemente se incremente esta noche, cuando los conservadores se agrupen en torno a Santorum.

Iowa_Poll_Of_Polls


Sin embargo, debo insistir en ello: incluso si Romney quedase tercero esta noche (menos que eso sí que sería una auténtica sorpresa), se trataría de un mero tropiezo (aunque recordemos que hace cuatro años, y frente a oponentes más fuertes, Romney obtuvo un 25%). Lo más interesante será comprobar: a) ¿qué resultado obtendrá Santorum? y b) ¿quiénes de este terceto abandonarán tras Iowa: Bachmann (casi seguro), Perry (quizá, dependiendo de lo malo del resultado) y Gingrich (seguramente no)?

Pero a largo plazo, Romney es el único que tiene una organización suficiente para afrontar estas primarias. Santorum no tiene dinero y Paul no tiene suficientes apoyos. Romney tiene el apoyo (tibio pero suficiente) de una mayoría razonable de los votantes republicanos, que ven en él la opción más segura para derrotar a Obama (claro que también los demócratas creían que Kerry era el mejor candidato para batir a Bush en 2004).

Mi predicción para Iowa: una notable victoria sorpresa de Santorum (desde luego, si gana Romney, esto se acabó antes de empezar). Pero de cara a la victoria final: Romney.