Si la situación en las primarias demócratas es bastante clara (holgada ventaja de Hillary Clinton y ninguna duda sobre el resultado final) la situación en las primarias republicanas es cada vez más confusa.
Afirmemos para empezar algunas verdades antes de comentar las cuestiones discutibles:
- A día de hoy, el único candidato con expectativas plausibles de alcanzar la mayoría absoluta de los delegados (1.237) antes del final del proceso de primarias es Donald Trump.
- John Kasich no puede hacerlo matemáticamente y Ted Cruz, que teóricamente podría hacerlo (faltan 769 delegados por repartir y él necesita 696) no podrá después de mañana, cuando pierda abrumadoramente las primarias de Nueva York. Por lo tanto, si Ted Cruz aspira a ganar la nominación, sólo podrá hacerlo consiguiendo que delegados nominalmente de otros candidatos le apoyen.
- Es más, debido a la configuración de las próximas primarias, resulta sumamente difícil ver como Cruz puede superar a Trump tanto en votos como en delegados (incluso en el mejor escenario para Cruz, Trump le batirá aproximadamente 1.100 a 900 en número de delegados).
- Por otra parte, aunque Trump tenga posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta de los delegados, en modo alguno se trata de un fait accompli. Trump deberá ganar el 62,42% de todos los delegados que quedan por repartir, cosa que no es imposible, pero que es difícil cuando su media de votos obtenidos hasta el momento es del 37%.
- En las últimas semanas, Ted Cruz ha conseguido reducir la ventaja de Trump, tanto en delegados, (gracias a su superior organización en las convenciones en Colorado, Wyoming y Dakota del Norte) como en votos (merced sobre todo a su victoria en Wisconsin, que se produjo debido a un doble fenómeno: los votantes indecisos se decantaron por él, y los votantes de Kasich abandonaron en parte a su candidato para apoyar a Cruz contra Trump).
La comparativa entre la media de las encuestas antes de las primarias de Wisconsin y el resultado final es muy significativa: Trump prácticamente no capta indecisos, que votan a Cruz junto con un tercio de los votantes que afirmaban que apoyarían a Kasich:
- Lamentablemente, mañana, en Nueva York, Cruz no podrá replicar esa misma estrategia, porque Trump lidera en su Estado natal con más del 50% de los votos, y el perfil de sureño evangélico de Cruz es totalmente anatema para los republicanos neoyorquinos. Cruz aspira como mucho a sacar un 20% del voto:
Dicho todo lo cual, a día de hoy, el mapa de las primarias republicanas se encuentra así:
Afirmemos para empezar algunas verdades antes de comentar las cuestiones discutibles:
- A día de hoy, el único candidato con expectativas plausibles de alcanzar la mayoría absoluta de los delegados (1.237) antes del final del proceso de primarias es Donald Trump.
- John Kasich no puede hacerlo matemáticamente y Ted Cruz, que teóricamente podría hacerlo (faltan 769 delegados por repartir y él necesita 696) no podrá después de mañana, cuando pierda abrumadoramente las primarias de Nueva York. Por lo tanto, si Ted Cruz aspira a ganar la nominación, sólo podrá hacerlo consiguiendo que delegados nominalmente de otros candidatos le apoyen.
- Es más, debido a la configuración de las próximas primarias, resulta sumamente difícil ver como Cruz puede superar a Trump tanto en votos como en delegados (incluso en el mejor escenario para Cruz, Trump le batirá aproximadamente 1.100 a 900 en número de delegados).
- Por otra parte, aunque Trump tenga posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta de los delegados, en modo alguno se trata de un fait accompli. Trump deberá ganar el 62,42% de todos los delegados que quedan por repartir, cosa que no es imposible, pero que es difícil cuando su media de votos obtenidos hasta el momento es del 37%.
- En las últimas semanas, Ted Cruz ha conseguido reducir la ventaja de Trump, tanto en delegados, (gracias a su superior organización en las convenciones en Colorado, Wyoming y Dakota del Norte) como en votos (merced sobre todo a su victoria en Wisconsin, que se produjo debido a un doble fenómeno: los votantes indecisos se decantaron por él, y los votantes de Kasich abandonaron en parte a su candidato para apoyar a Cruz contra Trump).
La comparativa entre la media de las encuestas antes de las primarias de Wisconsin y el resultado final es muy significativa: Trump prácticamente no capta indecisos, que votan a Cruz junto con un tercio de los votantes que afirmaban que apoyarían a Kasich:
Poll
|
Cruz
|
Trump
|
Kasich
|
Spread
|
48.2
|
35.1
|
14.1
|
Cruz +13.1
|
|
RCP Average
|
39.2
|
34.5
|
20.0
|
Cruz +4.7
|
- Lamentablemente, mañana, en Nueva York, Cruz no podrá replicar esa misma estrategia, porque Trump lidera en su Estado natal con más del 50% de los votos, y el perfil de sureño evangélico de Cruz es totalmente anatema para los republicanos neoyorquinos. Cruz aspira como mucho a sacar un 20% del voto:
Poll
|
Trump
|
Kasich
|
Cruz
|
Spread
|
RCP Average
|
52.6
|
22.9
|
17.9
|
Trump +29.7
|
Dicho todo lo cual, a día de hoy, el mapa de las primarias republicanas se encuentra así:
El número de delegados que se precisan para ganar las primarias republicanas son 2.382. Así es como va el reparto, según RealClearPolitics y Frontloading HQ:
Donald Trump: 757 delegados, 8.197.535 votos (37%)
Ted Cruz: 541 delegados, 6.263.349 votos (28,3%)
Ted Cruz: 541 delegados, 6.263.349 votos (28,3%)
John Kasich: 144 delegados, 2.960.411 votos (13,4%)
(Marco Rubio se ha retirado con 172 delegados y 3.435.009 votos (15,6%), hay 70 delegados "sin designar" (aunque la mitad de estos son delegados de Ted Cruz en todo menos en nombre) y 16 delegados de otros candidatos, principalmente Ben Carson).
La estrategia de los "NeverTrump" parecería, por lo tanto, clara:
1) Trump tiene al mismo tiempo un suelo y un techo muy sólido: entre un 35-40% de los votantes republicanos le apoyan y le apoyarán.
2) Pero el 60-65% de los votantes republicanos no le apoyan y, por lo tanto, si el voto anti-Trump se agrupa, Trump podría ser derrotado en la mayoría de las primarias restantes.
3) El problema de esta estrategia es doble: en primer lugar, resulta imposible coordinar a todos los votantes republicanos, y en segundo lugar, hay un segmento importante de votantes de Kasich que considera que Cruz es demasiado conservador y no piensan votarle (como se vio en Wisconsin), y hay otro segmento importante de votantes de Cruz que piensan que Kasich es demasiado moderado y que no piensan votarle (como se verá mañana en Nueva York).
4) Esa división del voto provocará la victoria de Trump en muchos Estados en los que las encuestas no le dan un 50% (Pennsylvania, Maryland, quizá California) y le dará muchos delegados que de otro modo no habría obtenido.
5) Ahora bien, Ted Cruz tiene un arma secreta que pasamos a explicar a continuación y que es posible que le dé la nominación incluso si Trump alcanza la mayoría absoluta de los delegados.
Las estrategias de ambos candidatos son las siguientes:
A) Trump lo fía todo a alcanzar la cifra mágica de 1.237 delegados, bien el día 7 de junio, cuando acaben las primarias, o si queda lo suficientemente cerca de ese número, durante los días siguientes, convenciendo al centenar y pico de delegados que irán a la convención teóricamente "uncomitted" (dentro de estos, hay 54 delegados de Pennsylvania que podrían ser decisivos) para que le apoyen. En Cleveland, Trump consigue 1.250-1.300 delegados en la primera votación y es elegido candidato.
Trump considera que si alcanza la cifra de 1.237 delegados, el Partido no se arriesgará a cambiar las reglas de juego en la Convención de Cleveland, lo que sin duda provocaría una reacción termonuclear en el candidato, entre sus votantes y (sospecho) en la opinión pública en general.
B) Cruz, en cambio, está desarrollando un juego mucho más complejo, basado en el sistema de elección de delegados, que no tiene mucho que ver con el resultado de las primarias que se están celebrando.
Me explico: los delegados están obligados a apoyar al candidato al que representan durante la primera votación, pero a partir de la segunda, la mayoría de los Estados liberan a sus delegados para que puedan votar a quien quieran.
Por otra parte, en la mayoría de los Estados, las campañas no eligen a los delegados; los eligen convenciones estatales a las que asisten esencialmente miembros del partido muy experimentados (senadores y congresistas estatales, exsenadores y excongresistas estatales, miembros del Comité Estatal Republicano, etc.) gente que, por lo que estamos viendo hasta ahora, poseen dos características claras: una escasa simpatía por Donald Trump, y más sintonía con Ted Cruz de la que sienten los congresistas y senadores republicanos federales.
Por lo tanto, parece claro que entre los 1.100-1.200 delegados nominalmente pertenecientes a Donald Trump en la Convención de Cleveland habrá un número muy elevado de "quintacolumnistas", es decir, delegados que a partir de la segunda o tercera votación (en cuanto se lo permitan las normas de su Estado) abandonarán a Trump y apoyarán a Cruz.
El plan de Cruz es, esencialmente el siguiente:
- En la primera votación, Trump no llega a 1237 delegados. En la segunda y tercera votación, los delegados leales a Cruz se unen a los "quintacolumnistas" (delegados nominalmente de Trump que en realidad apoyan a Cruz) y Cruz alcanza los 1237 delegados. Los delegados de Trump abandonan en masa la Convención y probablemente hay violencia en las calles de Cleveland. Pero Cruz es el candidato republicano.
- Cruz, que es un hombre que carece de respeto por las reglas (aunque sin duda sabe usarlas en su favor) tiene un plan todavía más arriesgado en caso de que Trump llegue a 1237 delegados. La Convención tendrá un Comité de Reglas compuesto por 56 miembros (2 por cada Estado, más algunos miembros del Comité Nacional Republicano) que puede modificar retroactivamente las reglas vigentes (en particular, podría permitir a los delegados votar en conciencia desde la primera votación). Evidentemente, la reacción de Trump a una jugarreta de tal calibre sería épica, y la violencia dentro y fuera de la Convención estaría asegurada (además, aquí sí que la prensa -y yo mismo- opinaría que a Trump se le habría robado la nominación).
Este escenario es más difícil de ver que el primero, porque aunque Cruz está intentando rellenar el Comité de Reglas con sus partidarios, es posible que el Comité no tenga valor de cambiar las reglas del juego en el último segundo. La óptica de semejante maniobra es prácticamente golpista.
En cualquier caso, lo que sí parece evidente es que, si las cosas continúan como hasta ahora, la Convención de Cleveland probablemente será tremenda, y puede dejar en nada los disturbios de la Convención Demócrata de 1968 y las maniobras de la Convención Republicana de 1976.
(Marco Rubio se ha retirado con 172 delegados y 3.435.009 votos (15,6%), hay 70 delegados "sin designar" (aunque la mitad de estos son delegados de Ted Cruz en todo menos en nombre) y 16 delegados de otros candidatos, principalmente Ben Carson).
La estrategia de los "NeverTrump" parecería, por lo tanto, clara:
1) Trump tiene al mismo tiempo un suelo y un techo muy sólido: entre un 35-40% de los votantes republicanos le apoyan y le apoyarán.
2) Pero el 60-65% de los votantes republicanos no le apoyan y, por lo tanto, si el voto anti-Trump se agrupa, Trump podría ser derrotado en la mayoría de las primarias restantes.
3) El problema de esta estrategia es doble: en primer lugar, resulta imposible coordinar a todos los votantes republicanos, y en segundo lugar, hay un segmento importante de votantes de Kasich que considera que Cruz es demasiado conservador y no piensan votarle (como se vio en Wisconsin), y hay otro segmento importante de votantes de Cruz que piensan que Kasich es demasiado moderado y que no piensan votarle (como se verá mañana en Nueva York).
4) Esa división del voto provocará la victoria de Trump en muchos Estados en los que las encuestas no le dan un 50% (Pennsylvania, Maryland, quizá California) y le dará muchos delegados que de otro modo no habría obtenido.
5) Ahora bien, Ted Cruz tiene un arma secreta que pasamos a explicar a continuación y que es posible que le dé la nominación incluso si Trump alcanza la mayoría absoluta de los delegados.
Las estrategias de ambos candidatos son las siguientes:
A) Trump lo fía todo a alcanzar la cifra mágica de 1.237 delegados, bien el día 7 de junio, cuando acaben las primarias, o si queda lo suficientemente cerca de ese número, durante los días siguientes, convenciendo al centenar y pico de delegados que irán a la convención teóricamente "uncomitted" (dentro de estos, hay 54 delegados de Pennsylvania que podrían ser decisivos) para que le apoyen. En Cleveland, Trump consigue 1.250-1.300 delegados en la primera votación y es elegido candidato.
Trump considera que si alcanza la cifra de 1.237 delegados, el Partido no se arriesgará a cambiar las reglas de juego en la Convención de Cleveland, lo que sin duda provocaría una reacción termonuclear en el candidato, entre sus votantes y (sospecho) en la opinión pública en general.
B) Cruz, en cambio, está desarrollando un juego mucho más complejo, basado en el sistema de elección de delegados, que no tiene mucho que ver con el resultado de las primarias que se están celebrando.
Me explico: los delegados están obligados a apoyar al candidato al que representan durante la primera votación, pero a partir de la segunda, la mayoría de los Estados liberan a sus delegados para que puedan votar a quien quieran.
Por otra parte, en la mayoría de los Estados, las campañas no eligen a los delegados; los eligen convenciones estatales a las que asisten esencialmente miembros del partido muy experimentados (senadores y congresistas estatales, exsenadores y excongresistas estatales, miembros del Comité Estatal Republicano, etc.) gente que, por lo que estamos viendo hasta ahora, poseen dos características claras: una escasa simpatía por Donald Trump, y más sintonía con Ted Cruz de la que sienten los congresistas y senadores republicanos federales.
Por lo tanto, parece claro que entre los 1.100-1.200 delegados nominalmente pertenecientes a Donald Trump en la Convención de Cleveland habrá un número muy elevado de "quintacolumnistas", es decir, delegados que a partir de la segunda o tercera votación (en cuanto se lo permitan las normas de su Estado) abandonarán a Trump y apoyarán a Cruz.
El plan de Cruz es, esencialmente el siguiente:
- En la primera votación, Trump no llega a 1237 delegados. En la segunda y tercera votación, los delegados leales a Cruz se unen a los "quintacolumnistas" (delegados nominalmente de Trump que en realidad apoyan a Cruz) y Cruz alcanza los 1237 delegados. Los delegados de Trump abandonan en masa la Convención y probablemente hay violencia en las calles de Cleveland. Pero Cruz es el candidato republicano.
- Cruz, que es un hombre que carece de respeto por las reglas (aunque sin duda sabe usarlas en su favor) tiene un plan todavía más arriesgado en caso de que Trump llegue a 1237 delegados. La Convención tendrá un Comité de Reglas compuesto por 56 miembros (2 por cada Estado, más algunos miembros del Comité Nacional Republicano) que puede modificar retroactivamente las reglas vigentes (en particular, podría permitir a los delegados votar en conciencia desde la primera votación). Evidentemente, la reacción de Trump a una jugarreta de tal calibre sería épica, y la violencia dentro y fuera de la Convención estaría asegurada (además, aquí sí que la prensa -y yo mismo- opinaría que a Trump se le habría robado la nominación).
Este escenario es más difícil de ver que el primero, porque aunque Cruz está intentando rellenar el Comité de Reglas con sus partidarios, es posible que el Comité no tenga valor de cambiar las reglas del juego en el último segundo. La óptica de semejante maniobra es prácticamente golpista.
En cualquier caso, lo que sí parece evidente es que, si las cosas continúan como hasta ahora, la Convención de Cleveland probablemente será tremenda, y puede dejar en nada los disturbios de la Convención Demócrata de 1968 y las maniobras de la Convención Republicana de 1976.