Además de las elecciones presidenciales, a nivel federal se renueva cada dos años la Cámara de Representantes, compuesta de 435 miembros, cuya función principal es precisamente la redacción y aprobación de legislación.
Tras las elecciones de medio mandato, los demócratas tienen una mayoría de 234 a 201 sobre los republicanos. Se trata, como se puede ver, en el mapa adjunto, de una mayoría basada sobre todo en distritos urbanos y suburbanos (los únicos distritos rurales de gran tamaño que mantienen los demócratas son aquellos en los que las minorías negras o hispanas son mayoritarias, y algún distrito en el Norte muy ancestralmente demócrata).
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Pese a lo que pueda parecer, se trata de una mayoría frágil, porque hay sólo 3 congresistas republicanos en distritos que votaron por Hillary Clinton, mientras que hay 31 congresistas demócratas en distritos que votaron por Trump en 2016, lo que, en un escenario desfavorable para los demócratas, expondría a muchos de ellos a la derrota. Lo que ocurre es que la ventaja de Biden en las encuestas les otorga un colchón importante y hará que la inmensa mayoría de ellos revaliden su escaño.
No hay que ir muy hacia atrás para comprobar qué ocurrió en una situación semejante: en 2010 los demócratas tenían una mayoría de 257 a 178, y a raíz del resultado de las elecciones de medio mandato de ese año los republicanos pasaron a dominar el Congreso por 242 a 193). Además, los demócratas sufrieron pérdidas devastadoras en las elecciones a Congresos y Senados estatales, justo en el peor momento posible, porque cada diez años toca rediseñar las fronteras de los distritos del Congreso, tarea que llevan a cabo las cámaras estatales, que en la mayoría de los casos están (todavía ahora, diez años después) en manos republicanas (concretamente, de las 99 cámaras estatales, 59 están controladas por el Partido Republicano y 40 por el demócrata. Para quien tenga curiosidad de saber por qué hay 99- Nebraska es unicameral).
Otra señal interesante de la polarización en USA: casi no hay Estados donde el Congreso y el Senado pertenezcan a partidos distintos (de hecho, sólo ocurre en Minnesota y en Alaska, y en éste último Estado, sólo porque algunos republicanos moderados forman la mayoría en el Congreso de Alaska junto a los demócratas).
Las elecciones de 2020 son, en ese sentido, especialmente importantes porque son las previas a un ciclo de rediseño electoral de los distritos electorales en el Congreso y en las Cámaras estatales.
En 2010, los republicanos, tras su gran victoria en las elecciones de medio mandato, redibujaron los distritos protegiendo a sus nuevos congresistas más que intentando ampliar su ya vasta mayoría. Curiosamente, Trump ha sido un lastre en algunos casos para esos mapas diseñados varios años antes de su Presidencia. Quizá el ejemplo más interesante de los problemas que Trump le ha generado al Partido Demócrata se está dando en los distritos suburbanos de Texas, que en 2016 estaba compuesta por 25 republicanos y sólo 11 demócratas. En 2018 los demócratas consiguieron ganar dos distritos, el 7º y el 32º, que llevaban décadas representados por republicanos, y no está fuera de lo descartable que los demócratas empaten a 18 cuando todos los votos se computen, debido, sobre todo, a que los votantes blancos moderados de los suburbios ya empezaron a girar hacia Hillary en 2016, reforzaron su giro en 2018, y todas las encuestas muestran que ese giro se va a consolidar en 2020:
Pero no sólo eso es importante los demócratas también aspiran a conseguir una mayoría en el Congreso de Texas, lo que les permitiría participar en el procedimiento de rediseño de los distritos que se llevará a cabo el año que viene. Cuantas más legislaturas estatales recuperen los demócratas en 2020 (y si Biden gana por 10 puntos, se recuperarán muchas legislaturas estatales) más posibilidades tendrán los demócratas de influir en el proceso de diseño de los distritos de manera muy significativa (en los Estados en que controlen por completo el proceso concentrarán a los republicanos en distritos rurales -y viceversa: los republicanos intentarán concentrar a los demócratas en distritos urbanos- mientras que en los Estados en los que el gobernador o alguna de las cámaras estén divididas se negociarán mapas ecuánimes o finalmente los Tribunales tendrán que decidir los mapas de los distritos).
¿Qué predicen las encuestas y los politólogos sobre el control de la Cámara de representantes? Este mapa que acompaño le da a los demócratas 227 escaños razonablemente seguros y 183 a los republicanos, con 25 puramente en disputa ("toss-up") Si los dividimos por igual, los demócratas obtendrán 239-240 congresistas, y los republicanos 195-196, un ligero retroceso respecto a dos años atrás.
En general, hay varios distritos suburbanos republicanos que están en peligro, en algún caso por primera vez en muchos años (como hemos dicho antes hablando de Texas) y algún distrito rural demócrata (como el Séptimo de Minnesota) que, en cambio, podría caer en manos republicanas. Pero el consenso es que el Congreso seguirá en manos demócratas, con una mayoría ligeramente incrementada.
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