Resulta curioso como cambian las cosas en un año: a principios de 2009 el Partido Demócrata estaba a pocas semanas de la inauguración de Barack Obama, y acababa de inaugurar expandidas mayorías tanto en el Congreso como en el Senado. Los demócratas estaban exultantes y optimistas.
Por contra, el Partido Republicano acababa de salir de serias derrotas en las presidenciales y en las elecciones al Congreso y al Senado y sus ánimos, ante la perspectiva de cuatro años de Obama, eran muy bajos.
Un año después, las tornas han cambiado: los republicanos, empujados por sus victorias en las elecciones a gobernador de Virginia y New Jersey y aupados por una crisis económica que se inició bajo su mandato pero que cada día más y más ciudadanos consideran responsabilidad, cuanto menos compartida, del actual Presidente y del Congreso y Senado demócratas, encaran 2010, y en particular las elecciones de medio mandato de noviembre de 2010, con singular optimismo.
Prueba de que los demócratas consideran que sus perspectivas para noviembre son sombrías está en el ominoso hecho de que este miércoles pasado nada menos que cuatro primeros espadas demócratas anunciaron su retirada: los senadores Christopher Dodd, de Connecticut, y Byron Dorgan, de Dakota del Norte, el gobernador Bill Ritter, de Colorado, y el vicegobernador de Michigan, John Cherry (que aspiraba a ser gobernador este año).
Hay tres lecturas diferentes que hacer sobre estas cuatro retiradas:
1) En primer lugar, el efecto óptico que produce en el seno del propio partido el hecho de que estas cuatro personas, todas las cuales aspiraban a la reelección (o en el caso de Cherry, al ascenso) en noviembre, se retiren a sus casas, es nefasto para otros congresistas, senadores o candidatos en general que se presenten este noviembre. Revela que todos estos políticos sentían que sus posibilidades de ganar en 2010, en el actual clima, eran mínimas, y que en líneas generales, de cara a dichas elecciones es mejor ser republicano que demócrata, lo que puede conducir a otros demócratas a retirarse anticipadamente.
Las elecciones de medio mandato tienden a ser malas, por sistema, para el Partido en la presidencia (en especial en el Congreso, donde hay elecciones cada dos años y los congresistas se ven gravemente afectados por los vaivenes de la opinión pública). En las 25 elecciones de medio mandato de los últimos cien años, el partido que ocupaba la Presidencia ha ganado escaños en el Congreso exactamente en tres (1934, 1998 y 2002, para quien tenga curiosidad). En el Senado la correlación no es tan acusada pero sigue siendo muy significativa (el partido que ocupaba la Presidencia ha ganado escaños en cinco de las últimas veinticuatro elecciones de medio mandato- 1914, 1934, 1962, 1970 y 2002), así que las perspectivas para los demócratas en 2010 son más bien malas.
2) Dicho esto, y analizando las retiradas en concreto, algunas de ellas no son tan malas para los demócratas. En concreto, la retirada de Dodd en Connecticut es una buena noticia. Dodd era notablemente impopular en Connecticut por una serie de corruptelas (favores financieros que había recibido en su hipoteca, en particular) que se descubrieron entre 2007 y 2009 y todas las encuestas mostraban que Dodd iba por detrás en las encuestas frente a sus posibles rivales republicanos. Retirado Dodd, ha sido sustituido como candidato inmediatamente (no exagero: a las pocas horas) por Richard Blumenthal, el "eterno" fiscal general de Connecticut (lo es desde 1990, nada menos), un político extremadamente popular en su Estado, y que, salvo catástrofe, será elegido cómodamente (las primeras encuestas muestran a Blumenthal ganando por un mínimo de 23 puntos, incluso en Rasmussen, que últimamente tiene un sesgo republicano algo acusado).
La retirada de Ritter en Colorado es similar a la de Dodd en cuanto al hecho de que su popularidad se ha resentido gravemente en 2009 (en general, ha ocurrido con la mayoría de gobernadores, demócratas o republicanos, debido a las pésimas circunstancias económicas en los distintos Estados). Las encuestas mostraban una vez más que Ritter perdía en todas las posibles permutaciones con los distintos candidatos republicanos, así que ha decidido retirarse antes que sufrir una derrota. Queda por ver si su posible sustituto, el alcalde de Denver, John Hickenlooper, tendrá mejores posibilidades de victoria, aunque es muy posible que así sea (el área metropolitana de Denver alberga al 50% de la población del Estado). La retirada de Ritter es, al menos por ahora una noticia neutra, ni positiva ni negativa, para los demócratas.
Nota al margen: es sorprendente el número de retiradas no forzosas que se están produciendo de cara a noviembre de 2010- hasta ahora cuatro gobernadores republicanos (Minnesota, Vermont, Connecticut y Florida) y tres demócratas (Colorado, Kansas y Wisconsin) han anunciado que no se presentarán a la reelección cuando podían hacerlo.
En cuanto a Cherry, el anuncio del vicegobernador de Michigan de que renuncia a su campaña para ser elegido Gobernador del Estado es otra noticia ambigua: Cherry se ve lastrado por la gran impopularidad de la gobernadora saliente, la demócrata Jennifer Granholm (hay que recordar que Michigan es el Estado más castigado por la Gran Recesión- Detroit lleva una década sumida en la recesión por la crisis de la industria automovilística). Cherry iba a perder de todos modos, pero lo que yo no acabo de ver es qué demócrata puede ganar en Michigan. Los ocho años de gobierno demócrata en el Estado han sido espantosos, y el Estado tiene el desempleo más elevado de todo el país. Obama ganó en Michigan porque los votantes le echaron la culpa a los republicanos del desastre de los últimos ocho años a nivel federal, pero a nivel estatal la responsabilidad es de los demócratas. Así que Michigan es una de las dos o tres mejores oportunidades que tienen los republicanos para ganar una gobernaduría este noviembre (de aquí a unos meses dedicaremos un post entero a la apasionante cuestión de las elecciones a gobernador de 2010).
3) Lo que es una catástrofe sin paliativos para los demócratas es la retirada de Byron Dorgan en Dakota del Norte. Dorgan lleva cuarenta años en la política de su Estado: Comisario de Impuestos desde 1969, congresista (único) entre 1980 y 1992, y Senador desde entonces, Dorgan es más liberal que su Estado (que no ha votado demócrata en unas presidenciales desde 1964), y será sustituido sin lugar a dudas por el popular gobernador republicano del Estado, John Hoeven, este noviembre, por lo que los demócratas ya pueden dar por perdido este escaño (salvo milagro).
La retirada de Dorgan es terrible por cuanto cómo se puede leer en diversos blogs políticos, la conclusión que un demócrata que se encuentre en un distrito o Estado conservador y afronte una elección en 2010 sólo puede ser la siguiente :¿si un hombre como Dorgan, honesto, trabajador, y que es popular en su Estado, al que lleva sirviendo cuarenta años, cree que iba a perder las elecciones este noviembre, qué me puede acabar pasando a mí?.
En resumen: el año empieza con perspectivas verdaderamente ominosas para los demócratas, y como ya hemos dicho varias veces en este blog, todo depende de la economía: si el paro no empieza a descender muy significativamente a lo largo de este año, las elecciones de noviembre serán muy malas para los demócratas. Y si, como predicen algunos de los economistas más pesimistas, la recuperación económica de los próximos años no se traduce en crecimiento de empleo, y para 2012 continuamos en torno al 10% de desempleo, Obama no será reelegido.
Esta reflexión es tan trascendental que le hemos de dedicar un post específico en los próximos días.
En cuanto a Cherry, el anuncio del vicegobernador de Michigan de que renuncia a su campaña para ser elegido Gobernador del Estado es otra noticia ambigua: Cherry se ve lastrado por la gran impopularidad de la gobernadora saliente, la demócrata Jennifer Granholm (hay que recordar que Michigan es el Estado más castigado por la Gran Recesión- Detroit lleva una década sumida en la recesión por la crisis de la industria automovilística). Cherry iba a perder de todos modos, pero lo que yo no acabo de ver es qué demócrata puede ganar en Michigan. Los ocho años de gobierno demócrata en el Estado han sido espantosos, y el Estado tiene el desempleo más elevado de todo el país. Obama ganó en Michigan porque los votantes le echaron la culpa a los republicanos del desastre de los últimos ocho años a nivel federal, pero a nivel estatal la responsabilidad es de los demócratas. Así que Michigan es una de las dos o tres mejores oportunidades que tienen los republicanos para ganar una gobernaduría este noviembre (de aquí a unos meses dedicaremos un post entero a la apasionante cuestión de las elecciones a gobernador de 2010).
3) Lo que es una catástrofe sin paliativos para los demócratas es la retirada de Byron Dorgan en Dakota del Norte. Dorgan lleva cuarenta años en la política de su Estado: Comisario de Impuestos desde 1969, congresista (único) entre 1980 y 1992, y Senador desde entonces, Dorgan es más liberal que su Estado (que no ha votado demócrata en unas presidenciales desde 1964), y será sustituido sin lugar a dudas por el popular gobernador republicano del Estado, John Hoeven, este noviembre, por lo que los demócratas ya pueden dar por perdido este escaño (salvo milagro).
La retirada de Dorgan es terrible por cuanto cómo se puede leer en diversos blogs políticos, la conclusión que un demócrata que se encuentre en un distrito o Estado conservador y afronte una elección en 2010 sólo puede ser la siguiente :¿si un hombre como Dorgan, honesto, trabajador, y que es popular en su Estado, al que lleva sirviendo cuarenta años, cree que iba a perder las elecciones este noviembre, qué me puede acabar pasando a mí?.
En resumen: el año empieza con perspectivas verdaderamente ominosas para los demócratas, y como ya hemos dicho varias veces en este blog, todo depende de la economía: si el paro no empieza a descender muy significativamente a lo largo de este año, las elecciones de noviembre serán muy malas para los demócratas. Y si, como predicen algunos de los economistas más pesimistas, la recuperación económica de los próximos años no se traduce en crecimiento de empleo, y para 2012 continuamos en torno al 10% de desempleo, Obama no será reelegido.
Esta reflexión es tan trascendental que le hemos de dedicar un post específico en los próximos días.
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