Dejamos por un momento a un lado la reforma sanitaria para comentar una de esas informaciones que jamás llega a Europa y que refleja bien la situación política real en Estados Unidos, por encima de las turbulencias políticas diarias, discursos del Nobel de la Paz, planes de guerra en Afganistán, giras de Sarah Palin, etc.
Como todos nuestros lectores ya saben, los 435 miembros de la Cámara de Representantes se someten a elecciones cada dos años. Una vez elegidos, tienen varias opciones: presentarse a la reelección, aspirar a un puesto "superior" (Senador o Gobernador, normalmente, de sus respectivos Estados, a veces también Fiscal General, raras veces otros puestos más subalternos), o bien "retirarse" (es decir, anunciar que no se presentarán a la reelección). En algunas ocasiones, incluso dimiten a medio mandato, pero eso es relativamente poco habitual.
Una de las medidas más sencillas para determinar cómo ven "internamente" los congresistas las perspectivas de su partido en las siguientes elecciones es tan simple como examinar cuántos congresistas de un Partido u otro anuncian su "retirada" (es decir, cuántos anuncian no que van a aspirar a otro cargo, sino que se van a su casa "para pasar más tiempo con su familia" - ésta es la frase tipo en todos los comunicados de los congresistas cuándo se retiran).
Un congresista que se retira lo suele hacer porque teme directamente ser derrotado en las elecciones, o teme que aunque él gane, su partido pierda el control de la Cámara, con lo que él perderá poder e influencia (por supuesto, a veces simplemente están cansados o se sienten viejos).
Tanto de cara a las elecciones de medio mandato de 2006 como de cara a las elecciones al Congreso de 2008 ésta fue una excelente medida para averiguar que los republicanos veían (entonces) sus perspectivas muy negras, y que los demócratas, en cambio, eran optimistas sobre el futuro.
- En 2006, 18 republicanos se retiraron (9 de los cuales "se fueron a su casa" y otros 9 aspiraron a ser Senador o Gobernador). En cambio, tan solo 10 demócratas se retiraron (y de éstos sólo 3 "se fueron a su casa" y 7 aspiraban a "ascender" a Senador o Gobernador). Esto reflejaba la impresión creciente entre los congresistas republicanos sobre sus malas perspectivas (que luego se confirmaron) en las elecciones de 2006.
- En 2008, la situación se hizo más evidente, si cabe. 26 republicanos se retiraron (y para más inri, nada menos que 23 "se fueron a su casa" y sólo 3 aspiraron a ser Senador o Gobernador). En cambio, sólo 6 demócratas se retiraron (y de éstos, sólo 3 "se fueron a su casa". Los otros tres intentaron todos ser Senadores). Esto, mucho más que cualquier encuesta, era un preludio de la derrota republicana en 2008.
Por lo demás, se trata de una "profecía autocumplida" (self-fulfilling prophecy) porque al retirarse, los congresistas republicanos dejaron muchos escaños "abiertos" (open seats) y por regla general, suele ser más fácil defender un escaño cuando hay un congresista (incumbent) que lo representa, que no un escaño "abierto" (esto admite muchos matices, pero sirve como principio general).
Bien, la pregunta ahora es: ¿cómo van las cosas de cara al año 2010? Pues bien, a día de hoy, 12 republicanos han anunciado su retirada y 9 demócratas han anunciado la suya. Eso, superficialmente, parecería indicar que los republicanos ven una vez más peor sus perspectivas de cara a 2010. Pero hay que ahondar un poquito más: los 12 republicanos, todos ellos, sin excepción, aspiran a un cargo "superior": Gobernador o Senador (con la única posible excepción de Adam Putnam, del 12º distrito de Florida, que aspira a ser Ministro de Agricultura de su Estado, lo que no estoy seguro que sea exactamente un "ascenso"). En cambio, entre los 9 demócratas, si bien hay 6 que aspiran a ser Senadores o Gobernadores de sus Estados, otros tres han anunciado su retirada pura y simple: cada uno en una de las tres últimas semanas: Dennis Moore (3º de Kansas), John Tanner (8º de Tennessee) y Brian Baird (3º de Washington).
Si bien es pronto para indicar cuál es la tendencia general, en los próximos meses ésta se apreciará claramente (las retiradas se suelen anunciar entre noviembre y marzo como muy tarde, para permitir al partido presentar un nuevo candidato con tiempo suficiente). Hay, por lo tanto, dos aspectos a examinar:
a) Si esta vez se retiran más demócratas que republicanos (cosa que a día de hoy todavía no ocurre, pero que es perfectamente posible).
b) Cuántos de esos demócratas y republicanos que se retiren "se van a sus casas" (por ahora, los demócratas ganan 3 a 0).
Si estas dos tendencias se consolidan, ésa será la señal más clara de que 2010 será un buen año para el Partido Republicano.
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