Siguiendo con nuestras entradas sobre la reforma sanitaria norteamericana, es preciso señalar el momento "político" en el que nos encontramos:
1) Esta semana, el Comité de Finanzas del Senado ha aprobado por 14 votos a 9 su borrador de proyecto de ley de reforma sanitaria, uniéndose así a otro Comité del Senado y otros tres Comités de la Cámara de Representantes, todos los cuales habían aprobado hace ya meses sus propios proyectos de ley.
2) Ahora, Harry Reid, el líder del Senado, procederá a fusionar los dos proyectos de ley antedichos, mientras que Nancy Pelosi procederá (si no lo ha hecho ya de facto, dado que ha tenido varios meses para hacerlo) a fusionar los tres proyectos de reforma de ley salidos de la Cámara de Representantes.
3) Una vez fusionados los proyectos, los mismos serán sometidos a un proceso de enmiendas consistente en a) añadir elementos al proyecto de ley, b) retirarlos.
4) Acabado el proceso de enmiendas, cada Cámara votará su proyecto de ley. En la Cámara de Representantes se necesitará una mayoría simple (la mitad más un voto) para aprobar el proyecto (si todos los congresistas están presentes y no hay ninguna vacante, eso significa 218 de 435 votos, pero esto puede variar). En el Senado, aunque en teoría sólo se necesitan 50 votos (más el del vicepresidente), en la práctica primero se producirá un voto de "cloture" (cierre del debate), que precisará de 60 votos para salir adelante, y sólo posteriormente se producirá el voto en sí del proyecto de ley (que ahora sí, sólo precisaría de 50 votos más el del vicepresidente. Pero eso no va a pasar, así que no le demos más importancia).
5) Si se aprueban ambos proyectos de ley (y esto es un gran "si"), se procede a una fusión de ambos mediante una conferencia conjunta Cámara de Representantes- Senado. El producto resultante es votado una vez más en ambas Cámaras (y éste es el momento decisivo). Una vez más, precisa de mayoría simple en la Cámara de Representantes y en el Senado, pero necesita sobrevivir al voto de "cloture" en este último.
6) Aprobado el proyecto en ambas Cámaras, pasa a la mesa del Presidente, que puede aprobarlo o vetarlo (en este caso, no hay dudas sobre la respuesta del Presidente).
Políticamente, la aprobación del Comité de Finanzas del Senado ha adquirido gran relevancia por una serie de motivos:
- En primer lugar, por cuanto ha sido la última en ocurrir, y el Senador al mando del Comité, Max Baucus, se ha ocupado de lograr la máxima publicidad posible para su proyecto de ley.
- En segundo lugar, por cuanto ha sido bipartidista (contrariamente a lo que ha ocurrido en los otros cuatro proyectos de ley), aunque realmente se trata de un bipartidismo muy limitado: los 13 demócratas en el Comité de Finanzas votaron a favor del proyecto de ley y 9 de los 10 republicanos votaron en contra, dejando a Olympia Snowe, Senadora por Maine, en la desairada posición de ser la única republicana que ha votado por la reforma sanitaria en cualquiera de sus versiones hasta el momento.
- En tercer lugar, por cuanto la impresión generalizada es que el proyecto de ley del Comité de Finanzas va a ser el que va a marcar la pauta a seguir, aunque sólo sea porque dicho Comité es el más importante del Senado por un motivo muy simple: es el que administra la bolsa del dinero.
- En cuarto lugar, porque la historia nos indica que este proyecto de ley está yendo más lejos que nunca desde 1964; para poner en perspectiva las cosas, es preciso recordar que en 1994 la reforma sanitaria de Clinton murió en un Comité de la Cámara de Representantes, sin llegar siquiera a una votación. Este año, cinco proyectos distintos han salido de la Cámara y del Senado, con éxito en los cinco casos, aunque con apoyo bipartidista en sólo uno de ellos.
Aunque queda mucho por hacer (en primer lugar, aprobar los proyectos de ley de cada Cámara, sin ir más lejos), como dijimos la semana pasada, el hecho de que los demócratas posean mayorías suficientes tanto en el Congreso como en el Senado (y el hecho de que exista una Senadora republicana como Olympia Snowe) permiten a Obama y a los líderes demócratas albergar fundadas esperanzas de conseguir aprobar una reforma sanitaria sustancial. Dado que ahora entramos en la fase de las votaciones (primero enmiendas, y luego ya los proyectos de ley) en la próxima entrada analizaremos quiénes son los jugadores esenciales en el gran tablero político norteamericano.
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