...entre otras muchas razones, fue por la voluntad de mejorar la información que recibía el público español en relación con la política norteamericana (y especialmente, por corregir las constantes erratas que se pueden leer en nuestra prensa).
El día 21 de junio en EL MUNDO Ricard González publicó un artículo sobre la reforma sanitaria planteada por el Partido Demócrata. González, desde Washington, planteó el artículo como una serie de preguntas y respuestas que permitían al lector casual hacerse una idea genérica del estado de la cuestión.
Por desgracia, el artículo patinaba espectacularmente en su tramo final, que transcribo literalmente y voy comentando fallo por fallo:
"¿Se puede aprobar la reforma sin un solo voto republicano?
En teoría, para aprobar la reforma, es necesaria una mayoría simple en la Cámara de Representantes, que los demócratas ya tienen, y 60 votos en el Senado, para lo que les falta uno. No obstante, existe un grupo de senadores demócratas moderados que también recela de los planes de la Casa Blanca y podría acabar votando en contra."
Eso, como mínimo, es inexacto. Para aprobar la reforma, no se necesitan 60 votos en el Senado. Basta con 50 más el voto de calidad del vicepresidente Biden. Para lo que se necesitan 60 votos es para poder derrotar al "filibuster", esto es, a una minoría de bloqueo que intente evitar que se llegue a votar siquiera el proyecto de ley. Y el 21 de junio a los demócratas no les faltaba ningún voto, si bien Ted Kennedy enfilaba ya la fase final de su enfermedad. Los demócratas tienen 60 escaños en el Senado desde que Arlen Specter se pasó a su bando a principios de este año.
En todo caso, hoy mismo la Cámara de Representantes de Massachusetts ha votado una reforma legislativa por la que el gobernador del Estado, Deval Patrick, podrá nombrar a un Senador interino hasta que haya elecciones para cubrir la vacante en enero. Ahora la reforma pasa al Senado de Massachusetts, donde será aprobada con casi total certeza. Y por cierto, ya sabemos casi con toda seguridad quien va a ser el Senador "interino": ni más ni menos que Michael Dukakis, exgobernador del Estado y excandidato a la Presidencia por el Partido Demócrata en 1988 contra George Bush padre.
Por otra parte, es perfectamente posible que algunos Senadores demócratas voten en contra del "filibuster" y sin embargo, luego también voten en contra de la reforma (algo así pasó en 2006, cuando se votó la nominación del Juez Samuel Alito al Tribunal Supremo: sólo 25 demócratas votaron para bloquear la nominación -y fracasaron- pero luego, cuando se votó la nominación en sí, los votos en contra de Alito subieron a 42). De este modo, la reforma no se bloquearía, pero podría salir aprobada sin su voto.
"Aun así, la reforma podría acabar siendo aprobada a través de una treta legal que permite aprobar leyes con sólo una mayoría simple. Tanto Bill Clinton como George W. Bush recurrieron a esta estrategia, conocida como "la opción nuclear". Como su nombre indica, el riesgo de utilizarla es que rompe durante largo tiempo cualquier posible colaboración con la oposición.
De momento, el presidente Obama no ha querido utilizar explícitamente la amenaza de "la opción nuclear" para forzar a los republicanos a un acuerdo, pero sí lo han hecho algunos asesores demócratas. En principio, está previsto que el Congreso presente una ley para el próximo octubre. Hasta entonces, en el Capitolio se librará una encarnizada batalla."
Esto sí que es un resbalón gordo: el sistema para aprobar leyes con sólo una mayoría simple (que por cierto, no es ni remotamente una "treta" legal, sino una norma legal interna del Senado desarrollada por el Senador Robert Byrd en 1974) no se llama "la opción nuclear", sino "reconciliación". La opción nuclear fue una amenaza que la entonces mayoría republicana lanzó contra la minoría demócrata especialmente en el año 2005, cuando los demócratas bloquearon (mediante el "filibuster") diversos candidatos del entonces presidente Bush nominados para ocupar posiciones de Magistrados en los Tribunales de Apelación federales. Los republicanos (con su líder Bill Frist al frente) amenazaron con derogar la normativa del Senado que permite el "filibuster" (la cosa quedó en agua de borrajas porque 7 senadores demócratas y 7 republicanos, todos ellos moderados, llegaron a un acuerdo para permitir que se votara a algunos de los candidatos de Bush y no a otros). En todo caso, la opción nuclear no tiene nada que ver con la reforma sanitaria.
El mecanismo legal que pueden emplear los demócratas para superar a una eventual minoría de bloqueo en la reforma sanitaria es la llamada "reconciliation", que sólo exige mayoría simple en el Senado y no puede ser bloqueada mediante un filibuster. La "reconciliation" nació para evitar bloqueos en materia presupuestaria y es dudoso, en ese sentido, que se pueda aplicar a la reforma sanitaria, que técnicamente no constituye una Ley de Presupuestos aunque afecta al mismo. En todo caso, para poder aplicar el procedimiento de reconciliación, las distintas medidas propuestas han de cumplir una serie de requisitos (en particular, que no incrementen el déficit público pasados diez años).
Es una materia compleja (quien quiera saber más, aquí tiene la definición de Wikipedia de lo que es la "opción nuclear", y aquí tiene la explicación, una vez más vía Wikipedia, sobre cómo se articula el procedimiento de reconciliación), pero el artículo de EL MUNDO erró gravemente al mezclar dos conceptos que no tienen nada que ver: la opción nuclear se refiere a las nominaciones a Jueces federales, y la reconciliación a aprobaciones de leyes que afecten al Presupuesto de Estados Unidos. La única conexión es que ambas tienen su origen en posibles "filibusters". Pero nada más.
En las próximas semanas, a medida que avance (o se estanque) la negociación sobre la reforma sanitaria, iremos comentando sus aspectos más destacados.
Es una materia compleja (quien quiera saber más, aquí tiene la definición de Wikipedia de lo que es la "opción nuclear", y aquí tiene la explicación, una vez más vía Wikipedia, sobre cómo se articula el procedimiento de reconciliación), pero el artículo de EL MUNDO erró gravemente al mezclar dos conceptos que no tienen nada que ver: la opción nuclear se refiere a las nominaciones a Jueces federales, y la reconciliación a aprobaciones de leyes que afecten al Presupuesto de Estados Unidos. La única conexión es que ambas tienen su origen en posibles "filibusters". Pero nada más.
En las próximas semanas, a medida que avance (o se estanque) la negociación sobre la reforma sanitaria, iremos comentando sus aspectos más destacados.
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