Resulta interesante comprobar la aguda diferencia de reacciones entre la prensa "de izquierdas" norteamericana y la prensa de "izquierdas" europea en el asunto Polanski.
Mientras que la segunda, en líneas generales, está intentando apelar a motivos humanitarios (piensen en lo mal que lo ha pasado Polanski, al que asesinaron a su mujer y su hijo nonato) o artísticos (¡como vamos a enviar a la cárcel al creador de "El Pianista") o directamente raros (la chica violada quiere pasar página, por lo que merece la pena olvidarse del asunto) para justificar que Polanski no sea extraditado, la primera, también en líneas generales (aunque no sus portaestandartes el New York Times -para ser justos, el Times está dividido sobre el tema entre su editorial, contra Polanski, y alguno de sus columnistas- y el Washington Post), simplemente, pone muchísimo más énfasis en la naturaleza especialmente horrenda del crimen (violación de una menor de 13 años, drogada, que repetidamente había rehusado mantener relaciones con el director).
Un artículo valiente contra la línea europea general, lo publicó Enric González ayer en EL PAÍS. En Estados Unidos, ya digo, ha sido mucho más fácil encontrar a periodistas de izquierdas en la línea de "fiat justitia et pereat mundi". Por ejemplo: Amy Sullivan y Karen Tumulty en TIME, o Andrew Sullivan en The Atlantic. Y, en un artículo completamente demoledor, Kate Harding (que es conservadora) en Salon (¿por qué no me extraña del todo -y lo digo en un sentido positivo- que la carga contra Polanski esté dirigida por mujeres periodistas, más que por hombres?)
No hay comentarios:
Publicar un comentario